El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, asistió este jueves a la toma de posesión
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, asistió este jueves a la toma de posesión de su sucesora en el cargo entre 2011 y 2016 y aliada política, Dilma Rousseff, como nueva jefa del banco de fomento de los BRICS, foro que Brasil integra junto con Rusia, India, China y Sudáfrica.
En un discurso pronunciado en la sede del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) en Shanghái, Lula calificó a Rousseff de «mujer fuerte» y reivindicó el legado que ambos dejaron en sus presidencias: «Las políticas públicas de nuestros gobiernos fueron capaces de salvar a 36 millones de brasileños de la extrema pobreza».
«El NBD reúne todas las condiciones para convertirse en el gran banco del Sur Global. El tiempo en el que Brasil estuvo ausente de las grandes decisiones mundiales ya quedó en el pasado. Estamos de vuelta en el escenario internacional tras una ausencia inexplicable», aseguró el mandatario.
Por su parte, la nueva presidenta del banco prometió «modelos de financiación innovadores, capaces de captar recursos públicos y privados para tener el máximo impacto», así como financiar los proyectos de la entidad en monedas locales, «privilegiando los mercados domésticos y disminuyendo la exposición a las fluctuaciones cambiarias».
«La creación del NBD es un reflejo creciente (…) de la necesidad de estos países de apoyarse recíprocamente teniendo en cuenta los problemas a los que siempre nos enfrentamos cuando se trata de financiación», agregó.
Postulada por Lula
Rousseff fue confirmada el pasado 24 de marzo como nueva presidenta del NBD en sustitución del diplomático brasileño Marcos Prado Troyjo, quien asumió el cargo en 2020 con mandato hasta 2025, el cual ahora completará la exlíder del país sudamericano.
Troyjo, cuya candidatura había sido impulsada por el ahora expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, había manifestado su deseo de renunciar a sus responsabilidades en el banco de los BRICS para incorporarse al gobierno regional de São Paulo, encabezado por el bolsonarista Tarcísio Gomes de Freitas.
La ya nueva presidenta del organismo fue postulada para el cargo por su padrino político, Lula, en el poder de nuevo desde el pasado 1 de enero tras haber ocupado ya el cargo entre 2003 y 2010, etapa durante la que Rousseff fue ministra de Minas y Energía y jefa de su Gabinete.
«Si depende de mí, ella será la nueva presidenta» del NBD, afirmó el jefe de Estado brasileño en febrero durante una entrevista, en la que se refirió a Rousseff como «una persona muy competente técnicamente».
Rousseff, que asumió la presidencia de Brasil en 2011, fue desalojada en 2016 por el Congreso tras un proceso de destitución promovido por la oposición a raíz de presuntos manejos irregulares de los presupuestos.
El NBD, con un capital de 100.000 millones de dólares, fue fundado en 2014 -precisamente durante la presidencia de Rousseff en Brasil, país en el que se firmó el acuerdo para su creación- y está volcado en la financiación de proyectos de infraestructura de sus cinco miembros, pero también apoya a otros países como Bangladesh, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Uruguay, admitidos como socios en 2021.
Una visita clave
Con este acto, Lula dio comienzo a su visita oficial a China, calificada por Presidencia como «una de las más importantes del inicio de su tercer mandato» y cuyo objetivo es «relanzar las relaciones» con el país asiático, principal socio comercial de Brasil desde 2009.
El viaje, en el que le acompaña una nutrida comitiva formada por ministros, empresarios, gobernadores y congresistas, estaba previsto inicialmente para finales de marzo, pero fue pospuesto después de que Lula, de 77 años, cayese enfermo.
Tras la toma de posesión de Rousseff, el mandatario brasileño mantendrá encuentros con empresarios antes de volar esta noche a Pekín, donde mañana tiene previsto entrevistarse con el presidente chino, Xi Jinping; con el primer ministro, Li Qiang, y con el presidente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), Zhao Leji.
Durante la visita se firmarán una veintena de acuerdos para estrechar lazos en el área comercial, protocolos fitosanitarios, tecnología, desarrollo, transición energética y otros ámbitos de colaboración en el marco de la asociación estratégica bilateral.
Uno de ellos, ya anunciado previamente, copó titulares por establecer la operación directa de transacciones comerciales entre Brasil y China en yuanes, «sin necesidad de dolarización».
Precisamente hoy, Lula defendió ese acuerdo: «Todas la noche me he preguntado: ¿por qué todos los países estamos obligados a hacer nuestro comercio respaldado por el dólar? ¿Por qué no podemos hacer nuestro comercio respaldado por nuestra moneda? «.
La prensa oficial china informó anoche de la primera transacción transfronteriza procesada en yuanes en Brasil, aunque algunos analistas consideran que destronar al dólar como divisa mundial de reserva sigue siendo una «quimera».
EFE