El politólogo y directivo de la Asociación Venezolana de Consultores Políticos (Avencopol) destaca la opacidad que rodea a la investigación sobre la trama de ilícitos en torno a Pdvsa. Al mismo tiempo, destaca que la oposición está llamada a reorientar su narrativa y no centrarse en sus diferencias internas
SOFÍA NEDERR
Desde el 17 de marzo, el Gobierno de Nicolás Maduro dio a conocer las detenciones ejecutadas por la Policía Nacional Anticorrupción, en medio de una red de ilícitos por al menos 3.000 millones de dólares. Este tejido involucra a civiles, militares, dirigentes políticos; empresarios y jueces, en su mayoría vinculados a negocios derivados de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
El 25 de marzo, el fiscal general designado por la Constituyente, Tarek William Saab, informó la detención de 10 funcionarios públicos de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial y el arresto de 11 empresarios.
Según Saab, desde agosto de 2017, el Ministerio Público ha investigado 30 tramas vinculadas con la lucha contra la corrupción en la industria petrolera, con un saldo de 194 personas procesadas y 75 condenadas.
En medio de la escasa información que se conoce sobre estos hechos ilegales, el 28 de marzo los investigados fueron imputados en una audiencia realizada en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
Sobre este entramado de ilícitos, Confirmado entrevistó al politólogo Piero Trepiccione, directivo de Avencopol (Asociación Venezolana de Consultores Políticos). El también investigador destaca que tanto la oposición como el país en general desconocen los detalles administrativos de una investigación develada cuando el Gobierno lo consideró oportuno.
-El Gobierno destapó una trama de corrupción en este mes de marzo. ¿A qué atribuye que se hicieran públicos estos ilícitos en este momento?
– El problema es que el Gobierno de Venezuela tiene una gravísima situación en relación con el flujo de caja por todo lo que conocemos públicamente: las limitaciones de producción en Pdvsa y el tema de ingresos fiscales que ha mermado mucho durante los últimos años y no es suficiente. Al Gobierno le cuesta mucho cubrir sus compromisos internos y externos en materia de pago.
Con esta particular corruptela descubierta, esto ha impactado el flujo de caja y va a ser mucho más difícil, en los próximos meses, atender los compromisos externos. Estamos viendo, por ejemplo, las protestas de los educadores en todo el país por el tema salarial y con ese flujo de caja tan golpeado, a esto se le suma este hueco enorme generado por el desvío de fondos, el Gobierno tiene que usar, de alguna manera, lo que en antropología política se llama la víctima propiciatoria o el chivo expiatorio.
Al final, se busca apuntalar las responsabilidades de la atención de los requerimientos del Estado culpabilizando hacia terceros con el hueco dejado por el desvío de fondos proveniente de la exportación del petróleo venezolano.
– ¿Hay un fin económico y político en estas medidas anticorrupción? Diosdado Cabello dijo que devolverán al pueblo el dinero robado.
– Sí, claro. En medio de una debilidad, buscan usar una estrategia política para el propio fin de fortalecimiento de los factores que ostentan el poder en el país. Se le da un fin político, y también de cara a las elecciones presidenciales de 2024, es una forma de mimetizar el tema de la corrupción que pudiera ser utilizado en campaña presidencial más adelante, una forma de manejar el tema, de darle el ritmo y con ello con fines políticos y que no cause mayor impacto negativo en las aspiraciones reeleccionistas de Nicolás Maduro, por una parte, y por la otra, hacerlo morir en la opinión pública.
Estallar un escándalo, resonarlo y pasarlo a segundo plano en el interés de la opinión pública.
– ¿En ese escenario, ¿cómo queda la oposición? ¿Cree que los dirigentes deben ser más enérgicos en sus reclamos sobre una investigación transparente?
– El problema de la oposición con relación a este caso y a otros es que la oposición no tiene acceso a los intríngulis administrativos del Gobierno. No era como en otra época o en un sistema donde existan pesos y contrapesos. No hay acceso realmente a los expedientes, a los procesos administrativos, a toda la información que no es pública y que se ampara en la Ley Antibloqueo que facilita el oscurantismo en el control de las finanzas públicas.
Entonces, obviamente, en cuanto la vocería, la oposición debería ser más enérgica y tomar el tema como bandera porque, efectivamente, la corrupción no ha estado en la escena pública del país y frente a otros problemas del ciudadano ha quedado de lado. Hay que tener claro que muchos de los problemas que afectan a la ciudadanía son provocados por la corrupción.
– Ante toda esta trama el gran ausente parece ser el Contralor General. No está claro el protocolo anticorrupción empleado en este caso.
-Es muy extraño que el Contralor General de la República, y la propia Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional (AN), no hayan tenido una actitud más activa y más enérgica en este caso. Incluso la del propio Fiscal General. Es primero la Policía Anticorrupción la que comienza a actuar en este sentido y allí hay un elemento muy político en la investigación y al no haber contrapesos, efectivamente, se genera la duda, la poca transparencia en el procedimiento.
– ¿Hasta qué punto la oposición puede sacar rédito electoral de este escándalo de corrupción?
– Poniendo la corrupción en el centro de la agenda pública del país y señalando que muchos de los problemas de los venezolanos tienen su origen en estos delitos: el dinero que hace falta para las escuelas, para mantener el sistema de distribución de agua, de los servicios públicos en general, mantener el valor de la moneda local; la capacidad adquisitiva, los sueldos y salarios. Ese dinero al ser sustraído, al ser desviado, malversado, es una causa directa de los males de la sociedad.
Esto debe manejarse y, sin caer en posturas demagógicas, hay que hacer una cruzada moralista para poner la necesidad de transparencia en el manejo del Gobierno y el castigo ejemplar para quienes hayan cometido delitos de corrupción.
-En medio de esto, la oposición, la Plataforma Unitaria, se prepara para unas primarias en octubre. Hay varios precandidatos en la carrera y poca motivación hacia ese proceso. ¿Cómo vislumbra la elección del 22 de octubre?
– Al principio, ciertamente, este proceso despertó poco entusiasmo. Pero, con el paso de los días y el recorrido de los precandidatos por el país, ya comienza a mostrarse ciertas señales de atención pública. Quizás no con la rapidez deseada, pero sí creo que ha venido dándose una identificación importante de la gente con los precandidatos. Ya comienza a despedazarse el musculo social para integrarse a los proyectos políticos.
Esperemos que en las próximas semanas este proceso pueda aumentar ese entusiasmo ciudadano para que se convierta en una fortaleza no solamente para el candidato que resulte electo en el proceso, sino para la sociedad venezolana que esta ávida de reactivación del musculo social con articulación política.
– ¿Cómo puede impulsar la oposición ese músculo de articulación política?
-Evidentemente, tiene que reconectarse con el país, modificar las narrativas y hacerlas más atractivas a la población. Hay un sentimiento de descontento muy grande en el país que está como suelto, desconectado de las propuestas políticas porque no ha encontrado eco en ellas. Entonces, en primer lugar, la oposición tiene la misión de darle más colorido, más dinámica, más emoción al tema de las primarias.
En segundo lugar, revisar sus actuaciones y su estrategia de cara a hacerlas más humanas cercanas a la gente, menos centradas en sí mismo, en sus problemas y discusiones internas, sino más bien apuntalar hacia las necesidades de la gente, sus problemas fundamentales.
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