La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) revisó este martes ligeramente al alza su previsión sobre la demanda mundial de petróleo en 2023, al estimarla en 101,87 millones de barriles diarios (mbd), un 2,33% más que en 2022.
Ese crecimiento interanual, que supone un aumento del consumo en 2,32 mbd con respecto al promedio de 99,55 mbd registrado el año pasado, es superior en 100.000 bd o un 0,1% al estimado hace un mes, indicó la OPEP en su informe mensual.
La corrección al alza es atribuida principalmente a la recuperación económica de China, que a su vez mejoraría las perspectivas en otras regiones.
Los nuevos pronósticos se basan en una mejora de las estimaciones sobre el crecimiento de la economía mundial tanto en 2022, calculado ahora en el 3,1%, como en 2023, del 2,6%.
Los combustibles para el transporte serán los principales impulsores de la demanda de petróleo, con aumentos interanuales en torno a 1,1 mbd en la gasolina y el gasóleo, hasta niveles «muy por encima de los prepandémicos».
«La clave del crecimiento de la demanda de petróleo en 2023 será el regreso de China» tras levantar las restricciones a la movilidad que había impuesto en su política de «cero Covid» para frenar la pandemia, «y el efecto que esto tendrá en el país, la región y el mundo», explican los expertos de la organización, con sede en Viena.
Eso sí, admiten cierta «preocupación en torno a la profundidad y el ritmo de la recuperación económica» del gigante asiático.
«Mucho dependerá de cómo el Gobierno (chino) se las ingenie para mantener el delicado equilibrio entre la lucha contra las infecciones de Covid-19 y la apertura a los negocios.
También hay otras «preocupaciones» que añaden incertidumbre, como las elevadas tasas de inflación, las políticas monetarias, los niveles de deuda soberana y las tensiones geopolíticas como la invasión rusa en Ucrania.
Mantener el recorte
Para afrontar «este considerable desafío», la OPEP considera «importante» mantener el recorte de la oferta, en 2 millones de barriles diarios (mbd), acordados con Rusia y otros países aliados en octubre y que comenzó a aplicarse en noviembre.
Los trece socios de la OPEP bombearon en enero un total de 28,87 mbd de crudo, 490.000 bd menos que en diciembre, según las cifras publicadas en el informe en base a «fuentes secundarias», es decir, estimaciones de institutos independientes.
Los países que más redujeron su producción fueron Arabia Saudí, en 157.000 bd, Irak (46.000 bd) e Irán (22.000 bd), mientras que Angola, Kuwait y Venezuela aumentaron sus extracciones (en 47.000, 45.000 y 20.000 bd, respectivamente).
Fuera de la OPEP, la oferta aumentará con respecto a 2022 en un 2,35%, hasta totalizar los 67,16 mbd, cifra inferior en un 0,15% a la calculada en diciembre.
La organización estima que Rusia, afectada por las severas sanciones impuestas por su agresión contra Ucrania, que incluyen un embargo de la Unión Europea a las importaciones de crudo, experimentará este año un bajón de su producción petrolera en un 8,17%, hasta los 10,13 mbd.
En cambio, Estados Unidos verá subir sus extracciones y bombeará 20,14 mbd, un 5,8% más que en 2022, pronostica el informe.
CNN