Las negociaciones sobre Venezuela en Ciudad de México probablemente no culminarán con una “transferencia rápida del poder” del Gobierno de Nicolás Maduro y podrían tomar años, pero son la vía más idónea de resolver la crisis democrática e institucional en la nación suramericana, advierte un panel de expertos.
El centro de estudios Wilson Center presentó esta semana su informe sobre Venezuela, realizado con el concurso de 18 académicos, exfuncionarios, directivos de organizaciones internacional y no gubernamentales, así como especialistas en gobernancia democrática y desarrollo económico y social de América y Europa.
El reporte, titulado Venezuela en 2023 y más allá, trazando un nuevo curso, indica que las conversaciones de México “probablemente no producirán una transferencia rápida de poder de parte de Nicolás Maduro y su séquito”, ni acabarán pronto con los “profundos resentimientos” en el país, ni generarán “un alivio económico inmediato”.
“Sin embargo, no existe otro lugar en el que la ayuda humanitaria, los derechos humanos, las cuestiones electorales, la reinstitucionalización y la recuperación económica puedan abordarse de forma conjunta”, reflexiona en el escrito Abraham Lowenthal, coordinador del reciente trabajo del Wilson Center y experto en transiciones democráticas.
El Gobierno de Maduro y la Plataforma Unitaria que se le opone reanudaron sus negociaciones en Ciudad de México a finales de noviembre, alcanzando un acuerdo para que las Naciones Unidas administre un fondo de corte humanitario por 3.000 millones de dólares.
El pacto aún no se concreta, sin embargo, mientras tanto el chavismo ha elevado su tono hacia Washington para exigirle que libere esos recursos —fondos congelados en el extranjero— bajo la amenaza de que el Gobierno de Maduro podría radicalizarse si ello no ocurre pronto.
El especialista del Wilson Center asegura que muchas transiciones negociadas en conflictos y autoritarismos en el mundo “tomaron años en lograrse” y dice que son comunes los pasos hacia atrás, y que se requiere “paciencia estratégica y persistencia”.
El alcance de las metas dependerá de líderes políticos “dedicados” en ambas partes, la participación de la sociedad civil y el contexto internacional, comenta en su diagnóstico.
“Venezuela no fue transformada de la noche a la mañana de una sociedad pacífica, democrática y relativamente próspera a una nación polarizada y violenta (…). Tampoco es de esperarse que se recupere de la noche a la mañana. Podría tomar años, pero vale la pena esforzarse por cambiar el rumbo”, dijo Lowenthal.
Ni los negociadores ni la comunidad internacional deberían esperar resolver todos los problemas del país de una vez, opina, mientras llama a las partes a hallar coincidencias que podrían incrementar la posibilidad de “nuevas aperturas políticas” y facilitarían los acuerdos para asuntos clave, como la realización de elecciones significativas y competitivas.
USA y los vecinos
Los especialistas consideran además que el nuevo enfoque que debe tomar Estados Unidos hacia Venezuela “será más creíble y efectivo porque está dejando de lado su anterior política de máxima presión”. Volver a esas estrategias, indican, sería contraproducente.
El apoyo bipartidista a ese nuevo momento de la política exterior hacia Caracas será clave para el desarrollo de las negociaciones, construir la coexistencia, proteger los derechos humanos, alentar la democracia efectiva y promover la recuperación económica, señalan.
“El rol más importante del Gobierno de Estados Unidos será coordinar el alivio de sus sanciones a medida que ocurran progresos”, afirman en el reporte.
Los nuevos gobiernos de izquierda de la región, como Colombia, Chile y Brasil, serían determinantes en el éxito de las negociaciones con su ejemplo democrático, dicen.
“Un nuevo curso es necesario. El único camino viable es sosteniendo negociaciones serias” que deriven en acuerdos tangibles, insistió Lowenthal al presentar el informe el miércoles.
El experto se refirió asimismo a los impasses ocurridos en las semanas siguientes al reinicio de las negociaciones, en noviembre pasado. “Esto casi siempre ocurre”, dijo, recordando los diálogos entre Estados Unidos y Vietnam para concluir aquella guerra de 20 años.
Christopher Sabatini, investigador sobre Latinoamérica del centro de estudios Chatam House, señaló por su parte que aún es una interrogante si los nuevos gobiernos vecinos a Venezuela actuarán como bloque para apoyar a una elección libre en esa nación.
“Podríamos ver un momento donde los gobiernos latinoamericanos sí dan un paso adelante (para ayudar a solucionar la crisis venezolana). La clave va a ser invitar a esos gobiernos a presionar por esos puntos” de las negociaciones de México, indicó.
Maryhen Jiménez Morales, experta de la Universidad de Oxford, negó que los venezolanos estén desentendidos de la política interna, a pesar de que “pasan su tiempo tratando de resolver sus problemas diarios”, como su crisis económica o el acceso a servicios públicos.
“La sociedad está todavía muy activa”, dijo, resaltando que hubo 5.600 protestas de calle el año pasado en Venezuela, según el Observatorio de Conflictividad Social.
“No concluiría que están divorciados de la realidad política. No saltaría a esa conclusión. Hay movimientos poderosos de defensa de derechos humanos”, así como “redes vigorosas de la sociedad civil” que persisten en reconstruir su Estado, aseguró.
Con información de VOA.