El politólogo Carlos Romero señala que, el fin del mandato en Colombia deja un saldo de pasivos en relativo a la frontera, la cooperación, y la integración. Por su parte, la internacionalista Elsa Cardozo indica que el respaldo político a la oposición, y a la causa de la democracia, van de la mano con la confrontación del mandatario colombiano con Nicolás Maduro
Sofía Nederr
El presidente de Colombia, Iván Duque, entrega el mandato, este 7 de agosto a Gustavo Petro (Pacto Histórico). En la gestión de Duque, de cuatro años, el mandatario tuvo dos posiciones claras sobre Venezuela: el repudió al gobernante Nicolás Maduro y la apertura y protección a los migrantes venezolanos.
En esta doble línea, Duque fue el gran enemigo para del régimen, y, para los migrantes, un aliado. Estas posiciones del mandatario del vecino país impulsaron el acuerdo de reconocimiento y agradecimiento que aprobó la Asamblea Nacional (AN) de 2015, el martes dos de agosto.
“Vamos a seguir luchando hasta el último de nuestros días para que Venezuela vea el retorno a la democracia”, enfatizó Duque, en junio de este año.
Sobre esto, durante la sesión online, el primer vicepresidente de la AN, Juan Pablo Guanipa (Primero Justicia), expresó que Ivàn Duque “ha sido el aliado más firme y convencido que ha tenido la causa por la libertad y la democracia en Venezuela en la comunidad internacional”. De esta manera, el dirigente aseveró que “nadie entendió mejor nuestra tragedia y empatizó con nuestro drama, nadie mostró más calidad humana”.
El politólogo, y analista internacional, Carlos Romero expresa que la gestión de Duque se puede observar de dos maneras que son, a juicio de Romero, muy contradictorias en el caso de los venezolanos. Por eso, puntualiza que no va a “beatificar” al mandatario colombiano como lo han querido hacer desde la AN de 2015.
“Por una parte, hubo una intervención directa en la política venezolana que, en algunos casos, no contribuyó al buen estado de las relaciones entre Venezuela y Colombia, países fronterizos, amigos, países históricamente unidos”, esgrime.
Romero señala que Duque tuvo una buena gestión en la protección de los venezolanos que, por diversas razones, se han ido a Colombia, se habla de màs de dos millones de venezolanos. Acota que algunos de los venezolanos de ese grupo de migrantes tienen doble nacionalidad, dada la importante suma de colombianos que han vivido en el territorio nacional.
“Por lo tanto, la imagen de Duque que queda para los venezolanos, es una imagen en algún modo contradictoria no solo por distinguir su posición política frente al régimen de Nicolás Maduro que llegó a momentos insospechables como, por ejemplo, demandar, junto con otros países, el caso de Maduro ante la Corte Penal Internacional (CPI)”.
Al mismo tiempo, el presidente colombiano tuvo una actitud abiertas hacia el ingreso de la migración venezolana.
“Pero, esa situación ambivalente, contradictoria, a mi modo de ver está dejando un gran pasivo que va a tratar de dar un giro con la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia. Yo no me hago ilusiones de que, de la noche a la mañana, va a haber una conducta positiva y perfecta entre Colombia y Venezuela porque los pasivos son muy grandes en términos de la frontera, en términos de la cooperación, de la integración andina, en términos de la política exterior y de la diplomacia, entre otros aspectos”, sostiene Carlos Romero.
Agrega que se observa a una Colombia alienada totalmente con el occidente mientras que, por el contrario, Venezuela está cada vez màs cerca de una alianza antioccidental.
El politólogo, y analista internacional, no duda en afirmar que el interés principal de Duque fue el enfrentamiento directo con Maduro.
“También desde el punto de vista doméstico, Iván Duque deja mucho que desear. Hay dos temas importantes desde el punto de vista de la vida colombiana que Duque no pudo cumplir, el primero es la pacificación en el país, y, en segundo lugar, no le prestó atención debida al cumplimiento de los acuerdos de paz”, indica.
No pierde de vista Carlos Romero que, durante la administración de Ivàn Duque, hubo una internacionalización de las relaciones bilaterales entre Venezuela y Colombia.
“No solo esas particularidades y diferencias se vieron a nivel de fronteras, sino también a nivel mundial y regional”, enfatiza.
Añade que Colombia es miembro colateral de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la gestación y promoción del Grupo de Lima por parte de Colombia; así como el papel de Colombia en la Organización de Estados Americanos (OEA) parta lograr el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, además de las relaciones con Estados Unidos.
En ese contexto, recuerda Romero, Colombia se convirtió “en una especie de santuario” para los dirigentes políticos, y activistas de derechos humanos, que tuvieron que salir del país.
Posición firme
La internacionalista Elsa Cardozo afirma que, desde la juramentación del interinato de Juan Guaidó, en 2019, estuvo muy claro el respaldo de Ivàn Duque.
“Luego, pese a los cambios en el entorno regional que había favorecido el impulso del Grupo de Lima y también, a pesar de los obstáculos y percances de la ruta opositora, mantuvo su posición contra Maduro al que nunca dejó de descalificar como ilegítimo”, expresa.
En agosto de 2020, durante la instalación de la XIX reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de Lima, Duque dijo que la presión diplomática ha sacado a la dictadura de su zona de confort”, refiriéndose al régimen de Nicolás Maduro.
“El apoyo en el aspecto migratorio, ha sido excepcionalmente importante, para empezar por la magnitud de la migración de venezolanos hacia Colombia, el grupo más importante fue llegando allí. Además, migrantes en condición forzosa, sin tener recursos, personas en situación de extrema precariedad y el gobierno de Duque buscó la manera de acogerlos y de aprobar el Estatuto de permanencia temporal y otorgar ciertos derechos importantes para migrantes en esas condiciones. Eso, sin duda, es digno de reconocimiento”, señala Elsa Cardozo.
La internacionalista subraya, por otra parte, que el respaldo político del Presidente de Colombia a la oposición, y a la causa de la democracia, van de la mano con las confrontaciones con el gobierno de Maduro que, a su juicio, “llegaron bastante rápido”.
En ese sentido, recuerda que, en enero de 2019, Colombia reconoció al gobierno interino de Venezuela junto con màs de un centenar de países.
“Lo interesante es que Colombia ha mantenido, de manera explícita, ese reconocimiento al gobierno interino que no ha sido muy común en el mundo”, resalta.
Cardozo añade que esta política se ha mantenido hasta el final del gobierno de Iván Duque, al punto que el mandatario se cerró a la posibilidad de invitar a Maduro a la toma de posesión de Gustavo Petro. El presidente saliente de Colombia no dejó de decir que Maduro se expone a la extradición.
Recuerda la internacionalista que el gobierno de Colombia se sumó al plan de ingreso de la ayuda humanitaria, en febrero de 2019. “Por allí estalló la situación que provocó la ruptura de relaciones bilaterales con el gobierno colombiano”, señala.
Coincide con Romero en señalar la gestión de Iván Duque ante la Corte Penal y la OEA, así como en el Grupo de Lima, junto con Perú en su momento.
“En el Grupo Lima, el apoyo del gobierno de Colombia fue muy grande y, probablemente, el más consecuente en la medida que se proponía como la imposición de sanciones, se sumó a las sanciones de Estados Unidos y desarrolló sus propias medidas sancionatorias. Luego, la actuación en la OEA, en la propia Naciones Unidas, fue un apoyo muy consecuente y coherente, muy cercano a las posiciones del gobierno de Donald Trump en la estrategia de la máxima presión que se fue desinflando”, sostiene.
La gestión
La gestión de Duque sobre Venezuela tuvo varios momentos clave. Aquì se refieren dos de ellos.
En 2017, en sus tiempos de senador, Iván Duque denunció a Maduro ante la CPI por presuntas violaciones a los derechos humanos.
“Yo denuncié a Nicolás Maduro hace cinco años y hemos visto avances en el sistema penal internacional; como jefe de Estado, invité a otros presidentes para que se unieran a esa denuncia y la hicimos, y la hizo también el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA)”, señaló Duque, en febrero de este año.
En marzo de 2021, el presidente Duque firmó el Estatuto de Protección Temporal (EPT) a migrantes venezolanos. El mandatario dijo que, con la medida, se pretende mitigar problemas estructurales sobre la protección social de los gobiernos.
En ese momento, Duque expresó que la aspiración de su gobierno es que, para este mes de agosto, un total de 1,8 millones de migrantes venezolanos tarjeta y registro migratorio.
«Hemos asumido gran parte de esa responsabilidad social y económica, pero al hacerlo, respetuosamente, también apelamos al llamado a la comunidad internacional para que este tipo de medidas se puedan replicar en otros países de la región», indicó el Presidente de Colombia.
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