Se utiliza la palabra blend cuando se habla de mezcla, como su traducción al español lo indica, es decir que cuando nos referimos a un blend de té, nos referimos a un té que ha sido mezclado, dicha mezcla varía de muchas maneras, por ejemplo, podemos mezclar las hebras de té de una zona específica de producción con hebras de otra zona de producción, mezclar las hebras de té con flores, mezclar las hebras de té con hierbas, mezclar las hebras de té con frutas, con especias, con aceites esenciales, entre otras.
Dentro de estos blends hay muchos famosos, con historia y que forman parte de la cultura y tradiciones de algunos países como lo puede ser el English Breakfast, que usualmente es una mezcla de hebras de té negro de la región de Assam, India, con hebras de té negro de Ceilán (Sri Lanka) y Kenia o el Masala Chai, que consiste en una mezcla de té negro indio con especias como canela, clavo, cardamomo y jengibre, entre otras.
Son muchas las razones por la cuales se elaboran blends de té, entre las cuales algunos entendidos destacan: asegurar la calidad en épocas de cosechas no tan buenas, otorgar al té un carácter uniforme a través del tiempo, creación de sabores y aromas particulares, proporcionar al consumidor los beneficios de otros componentes del blend, conquistar paladares nuevos y a su vez, crear experiencias únicas para los consumidores.
Sin embargo, entre los amantes del té hay quienes eligen los tés puros o que no han sido mezclados por otras tantas razones, entre las principales que se esgrimen están las siguientes: que las hebras se mezclan por no ser de excelente calidad, que cuando se mezclan las hebras se pierde la uniformidad, la consistencia y la esencia de las mismas, que se pierde la expresión del origen del té, y sólo aceptan un blend si mejora la base del té, considerando que si no es así se estaría sacrificando calidad, en resumen, podríamos elaborar una lista larga con una buena cantidad de argumentos, también acertados y que hacen que el mundo de los tés puros sea el preferido por muchos.
No pretendemos a través de estas líneas inclinar la balanza hacia ningún lado, porque desde el punto de vista de un sommelier, se admiten todos los gustos y preferencias, siempre que tanto el té como su acompañante en la mezcla sean de calidad, porque creemos que cada té tiene su historia, su tradición, su objetivo y su momento para beberlo, así que les toca a ustedes tratar de resolver este delicioso dilema shakesperiano o no decidirse, y disfrutar navegando en ambas aguas, lo cual también es perfectamente válido.
Jennifer Ramírez V.
Sommelier
@TomarTeVzla
Nada justifica el secuestro que sufrieron ni las medidas a las que ahora deberán someterse los jóvenes Luis Martínez, Carlos Maneiro, Jholbert Godoy y Argelia Rovaina, que fueron detenidos hace tres días en Chacao. Mucho menos que hayan sido recluidos en la sede de la Dirección de Contrainteligencia Militar. Fueron muchas horas sin saber de su paradero y solo la presión de la sociedad hizo que aparecieran, aunque acusados de instigación al odio y asociación para delinquir. Una película de violación de derechos humanos que se repite y que solo busca amedrentar.
Luis, Carlos, Jholbert y Argelia sencillamente quisieron recordar el sacrificio de Neomar Lander por su país. Hace cinco años ya de su cruel asesinato, pero duele como si hubiera sido ayer. Un adolescente que se armó de valor y salió a protestar en contra de un gobierno que le estaba robando su futuro y que al final le quitó la vida. ¿Por qué la Dgcim no ha sido tan diligente para poner tras las rejas al militar que disparó la bomba lacrimógena que lo mató?
«Diligente» fue el entonces ministro del Interior cuando dijo que Neomar Lander había muerto víctima de la explosión de un mortero casero que estaba manipulando en la entrada de la avenida Libertador. Si no hubiera sido por los videos de testigos que captaron el momento justo en que le pegaron el bombazo, hubieran insistido con su mentira. ¿Cómo no recordar que se cumplieron cinco años de su muerte y de la de tantos otros jóvenes ese nefasto 2017? Recientemente la mamá de Neomar estuvo en la Corte Penal Internacional con los familiares de otras víctimas para respaldar la investigación que sigue la Fiscalía.
Esa es la importancia de este caso que con la acción de Luis, Carlos Jholbert y Argelia vuelve a estar en todos los medios internacionales, porque ellos solo querían rendirle un homenaje, salvar su memoria, recordar su sacrificio. ¿Tiene algo que ver que además sean activistas del partido Voluntad Popular? Es posible, pero si el gobierno chavista quiere evitar que se le señale como violador de los derechos humanos lo disimula muy bien. Recientemente el propio fiscal general aseguró que la CPI no tiene nada que investigar porque ellos hacen justicia. ¿Desaparecer a unos muchachos por más de 40 horas, sin que sus familiares sepan en dónde están detenidos es seguir el debido proceso? ¿Llevarlos a un centro de detención militar siendo civiles es asegurarles un juicio justo? ¿Coartarles su derecho de protestar y manifestar su opinión por tan horrendo asesinato es respetar sus derechos? ¿Liberarlos con medidas cautelares como si fueran delincuentes es justicia?
Desde Miraflores siguen actuando en contra de todos los venezolanos, creyéndose omnipotentes, como si fueran intocables. Aunque los pongan presos, los ciudadanos no van a olvidar que el gobierno chavista ha sido el autor intelectual de todas estas muertes de personas inocentes, de todos los presos políticos, de todos los torturados. Aunque no dejen que se honre su memoria en las calles, nada borrará de la mente de la gente lo sangrientos que han sido estos años de revolución.
Luis, Carlos, Jholbert y Argelia deben gozar de plena libertad, así como todos los presos políticos que mantienen en las cárceles del gobierno. Y aunque ahora se crean inalcanzables, la justicia llegará para que los violadores de derechos humanos paguen sus delitos. Recuerden que no prescriben.
Editorial de El Nacional
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos renovó este viernes la licencia que autoriza las transacciones y actividades del gobierno de Venezuela relacionadas con la atención de la pandemia del coronavirus, esto, con el fin de ayudar aún más en la lucha global contra COVID-19.
Esta licencia había sido emitida el 17 de junio de 2021 y vencía este 17 de junio de 2022.
«Salvo lo dispuesto en el párrafo (c) de esta licencia general, todas las transacciones y actividades del Gobierno de Venezuela que estén relacionadas con la prevención, diagnóstico o tratamiento de COVID-19 (incluidas investigaciones o estudios clínicos relacionados con COVID-19)», dice la licencia.
Restricciones que no serán levantadas
Asimismo, la OFAC señaló que esta licencia general no autoriza: La exportación o reexportación de cualquier bien, tecnología o servicio a militares, compradores o importadores de servicios de inteligencia o encargados de hacer cumplir la ley.
Además hace hincapié en que tampoco se autoriza cualquier transacción o actividad que involucre a Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES), o Banco Bandes Uruguay S.A. (Bandes Uruguay), o cualquier entidad de la que sea titular PDVSA, BANDES o Bandes Uruguay, ya sea individualmente o en conjunto, directa o indirectamente, una participación del 50 por ciento o más.