A Piso 21 le hacía falta presentarse en Venezuela. Se notaba en la Terraza del Centro Comercial Ciudad Tamanaco. Ante un público que hasta les regaló una arepa, luego de reconocer que es un plato venezolano, interpretaron más de 15 canciones en un show en el que expresaron reiteradamente su amor por el país y sus artistas.
Los temas de Piso 21, que lanzó el año pasado El amor en los tiempos del perreo, su tercer álbum, son en su mayoría de amor y despecho, tanto para bailar como para reflexionar sobre relaciones exitosas o que han fracasado.
En tarima los colombianos Juan David Huertas Clavijo, Pablo Mejía Bermúdez, David Escobar Gallego y David Lorduy Hernández logran una química tal que hacen que una canción de despecho como «Me llamas» suene a carnaval. Entonces hay tristeza porque, como dice el tema, «él nunca supo amarte como yo lo sé». Pero pónganse a bailar.
Así fue. En el CCCT hubo reguetón, merengue, perreo y sandungueo. Hasta se tomaron un trago, brindando con la gente más cercana a la tarima, antes de cantar «Pa’ olvidarme de ella». «Esta canción no se puede sin un trago, papá, es para que la cante herido, hijo e’ puta», dijo, haciendo énfasis en esa expresión habitual del español paisa, Escobar Gallego, quien, con Mejía Bermúdez, llevaron la conversación de la noche.
La gente les acompañó no solo coreando los temas, también imitando el acento de Medellín, donde nació la banda, mientras que ellos aprovecharon la confidencialidad que lograron para soltar, sin esconder la emoción que implica el término, un «coño de su madre» de vez en cuando. Las groserías, aunque pueden ser mal vistas o criticadas, en el concierto de Piso 21 fueron una forma de intercambio cultural, como pasó cuando tocaron un popurrí de rock, metal y guitarra acústica y mostraron en pantalla banderas de países como Venezuela, Colombia, República Dominicana, Argentina, Cuba, entre otras. Al grupo colombiano le gusta plantear el reencuentro entre las diferencias. «Viva Latinoamérica», gritó en ese momento Escobar Gallego.
El cantante confesó la necesidad que tenía el grupo de venir a Venezuela, reconociendo, de manera indirecta, las crisis que pasa y que ha pasado el país: «¡Gracias, Dios, por tenernos acá! Hace tanto que queríamos estar en Venezuela. Viva Venezuela, vivan los artistas venezolanos. Simplemente quiero dejarles un mensaje: los venezolanos están hechos para cosas grandes. Dios, cuando pone pruebas grandes, pone recompensas grandes».
Piso 21 se paseó por otras canciones como «Te amo», «Báilame despacio», «Mató mi corazón», «Equivocado», «El amor en los tiempos del perreo», «La vida sin ti» y «Salvavidas». Con esta última, sosteniéndose en líneas como «Y sin mapa yo andaba perdío / Me busqué un montón de lío», David insistió en el aprecio de la banda por el país. «¿Qué íbamos a saber nosotros que el amor estaba en Caracas? El amor está en Caracas. Dios bendiga el futuro de Venezuela», expresó.
En escena también estuvieron Víctor Drija, Kobi Cantillo, Andry Kiddos y Sharlene, que ofrecieron shows individuales como antesala de Piso 21. El grupo insistió en el talento venezolano. Por ejemplo, destacaron que se enamoraron del trabajo de Kiddos cuando escucharon su canción «Son tantas cosas». «Nosotros tuvimos la oportunidad de presentar a Micro TDH, ahora este talento se va a comer el mundo», subrayó Pablo. Entre las sorpresas de la noche estuvieron La Melodía Perfecta. El dúo integrado por Gio y Gabo, que recientemente perdió a su mamá, cumplió su compromiso de interpretar «Mueve la cadera» con Sharlene, mientras que Franco y Gabylonia acompañaron a Víctor Drija en un par de temas.
Piso 21 cerró su show en Caracas con el hit «Déjala que vuelva» no sin antes dejarle el escenario a Juan David Huertas Clavijo para que tocara un poderoso solo de guitarra, con bailarinas y los artistas invitados en tarima, fuegos artificiales iluminando la terraza, la batería a reventar, y David despidiéndose, de nuevo, con palabras de aliento: «Lo bueno espera, lo bueno no es inmediato».
Fuente: Globovision