Ya se está anunciando otra reunión del gobierno de Joe Biden con el de Nicolás Maduro, esta vez en Trinidad y Tobago, pero las razones para estos encuentros siguen siendo indeterminadas a ciencia cierta. No se sabe si se trata de petróleo a cambio de sanciones, asuntos de seguridad de la región o de negociaciones políticas a favor de la democracia.

Lo cierto es que en el ámbito petrolero Venezuela tiene muy poco que ofrecer a corto plazo. De acuerdo con nuestro articulista Antonio de la Cruz, Petróleos de Venezuela está produciendo menos que nunca. Un total de 420.000 barriles por día; de esta cantidad 95% va a China para amortizar la deuda que adquirió Maduro y lo que resta para Cuba, con quien tienen obligaciones.

Maduro no puede decir entonces ni que Venezuela se arregló ni que va mejorando, como lo afirmó la semana pasada. De acuerdo con el analista, que cita fuentes de Tanker Trackers y de la OPEP, esta cifra de producción está 410.000 barriles por debajo de la meta del presidente chavista, así que los 534 millones de dólares que entran en la caja son prácticamente inexistentes y no hay de dónde sacar más. Será por eso que se apresuraron con el impuesto a las altas transacciones, para sacarle del bolsillo de la gente lo que a ellos les hace falta.

Y aunque suenen a luna de miel esas reuniones aquí y allá, nada ha cambiado en cuanto a la percepción que tiene Estados Unidos del gobierno chavista. “La corrupción es endémica en Venezuela, y el régimen participa activamente en el narcotráfico y da cobijo a grupos terroristas regionales como el ELN y las disidencias de las FARC.

Venezuela es un importante país de tránsito para la cocaína de contrabando a través de rutas aéreas y marítimas, lo que repercute negativamente en muchas naciones de nuestro hemisferio y más allá. La mayoría de los vuelos sospechosos de traficar con drogas hacia México y Centroamérica parten de los estados venezolanos fronterizos con Colombia, principalmente Zulia. Los envíos marítimos de cocaína procedentes de Venezuela transitan por el Caribe y el Atlántico en ruta hacia Estados Unidos y Europa”.

Estas palabras tan claras y contundentes son de la jefa del Comando Sur, Laura J. Richardson. Su país está claro, y por más que la guerra de Rusia con Ucrania tenga a Estados Unidos prevenido, es poco probable que tengan intenciones de estrechar lazos amistosos con los chavistas.

Entonces, el panorama no es muy alentador para los augurios que hace Maduro. Pocas exportaciones petroleras y poca capacidad para aumentarlas a corto plazo, un país marcado por la corrupción y el narcotráfico son las principales características de su gestión. Lo que realmente quieren Estados Unidos, Colombia, Canadá y muchos países de la región es que Venezuela vuelva a la democracia para que se acaben progresivamente todos sus males.

Editorial de El Nacional