En el transcurso del año 2021 y durante enero de 2022, el estado Zulia, ha conocido de diversos eventos de extorsión llevados a cabo por grupos de delincuencia organizada, donde destaca las granadas como arma utilizada, las cuales son arrojadas a las puertas de empresas, centros médicos privados, restaurantes, ventas de comidas rápidas en áreas públicas, discotecas, viviendas, locales comerciales, estaciones de servicios, fincas agropecuarias, entre otros sitios.
Estas acciones han provocado pánico, zozobra, amedrentamiento y miedo entre usuarios, clientes, propietarios y sus familiares, así como en la ciudadanía en general.
El monitoreo de prensa del Observatorio Venezolano de Violencia, en el Zulia (OVV Zulia), pudo dar cuenta de al menos 11 hechos, donde los Grupos Estructurados de Delincuencia Organizada (GEDO) de la región, en el período descrito, utilizaron esta modalidad delictiva del lanzamiento de granadas.
La ocurrencia de estos hechos, no sólo ha sido en la ciudad de Maracaibo como capital del estado, sino en otros municipios como Lagunillas, Machiques de Perijá, Santa Rita, Miranda y San Francisco.
Entre los casos más emblemáticos figuran el ocurrido el 31 de enero de 2022 cuando dos sujetos lanzaron, en horas de la madrugada, una granada a las puertas de una discoteca ubicada en Ciudad Ojeda, en Costa Oriental del Lago de Maracaibo. En el suceso un hombre falleció y tres personas resultaron heridas.
A finales de 2021, el 28 de diciembre, lanzaron a un local de comida, una granada fragmentaria que explotó y dejó unas cinco personas heridas por el impacto de esquirlas. Otro caso resaltante ocurrido en una ferretería, ubicada municipio Santa Rita. Un desconocido lanzó dentro del establecimiento una granada fragmentaria y una carpeta marrón, la cual contenía una advertencia. Además, el hombre disparó a todos lados. Uno de los proyectiles hirió en la cabeza a uno de los presentes. Afortunadamente el artefacto explosivo no detonó ni hubo víctimas que lamentar.
Igualmente, el 2 de noviembre de 2021 se produjo un ataque con granada contra un local de comida, situado en la urbanización San Felipe, Municipio San Francisco. El incidente no dejó víctimas mortales, pero si gran conmoción entre comensales y empleados. Se rompieron varios cristales, pues hubo una detonación muy fuerte. Por suerte, los empleados lograron correr a tiempo y salvar sus vidas.
De este fenómeno tampoco han escapado las clínicas de salud, ya que el 10 de enero de 2022, el Centro Médico Paraíso, en la ciudad de Maracaibo, fue víctima de un atentado frustrado con una granada, pues esta no explotó. Tras arrojar el artefacto explosivo, los delincuentes dispararon contra la fachada del referido establecimiento hospitalario. Al siguiente día, el 11 de enero de 2022, un Centro Médico, también en la ciudad de Maracaibo, fue objeto de un atentado con granada, que por fortuna tampoco estalló.
En resumen, en 13 meses consecutivos, han sido 11 los ataques ejecutados con granadas; 8 en el 2021 y 3 durante enero de 2022. Los resultados de esos incidentes, en cuanto a daño a las personas, se cuantifican así: 1 fallecido, 8 heridos por granada y 1 herido por arma de fuego .
Ante este panorama, Jorge Govea Cabrera, coordinador del OVV Zulia, señaló que no cabe dudas que se está ante la puesta en práctica constante, de bandas delincuenciales zulianas, cuyo delito es la extorsión.
“Este delito gravita como tipo penal, en aquella acción consistente en obligar a otro con violencia o intimidación y ánimo de lucro a realizar u omitir un acto o negocio jurídico en perjuicio propio o de tercero, obteniendo así, el que lo ejecuta, dinero u otro beneficio. Además tiene como una de sus características principales el ser un delito de los denominados pluriofensivos. Esto quiere decir, que ataca, disminuye, menoscaba, destruye o elimina otros bienes jurídicos que deben protegerse al mismo tiempo, más allá de lo estrictamente pecuniario, tales como la vida, la integridad física y la libertad”, señaló Govea
Su substrato conductual- explicó- es la noción de coacción, que viene a ser la fuerza o violencia que ejecuta el sujeto activo del mismo, sobre alguna persona (sujeto pasivo) para obligarlo a que haga algo. “En palabras del Manual de Clasificación Internacional de Delitos con Fines Estadísticos, UNODC, 2015: “exigir un curso de acción determinado mediante el uso de la fuerza, amenazas, intimidación”.
Para el coordinador del OVV Zulia, cuando se analiza el fenómeno sociodelictivo del flagelo de la extorsión, se observa que representa, sin duda, una seria amenaza a la tranquilidad pública y sobre todo privada de muchos ciudadanos.
“Estamos observando un incremento sostenido del riesgo al que potencialmente están expuestos ciertos grupos de ciudadanos que afecta principalmente a personas y empresas que realizan determinadas actividades económicas que implican transacciones en moneda extranjera, específicamente el dólar americano. Aunado a ello, también ocurre que las personas agraviadas, pocas veces interponen la denuncia ante las autoridades policiales correspondientes, debido a las posibles represalias de los extorsionistas”.
Por otra parte, considera Govea que es interesante revisar cómo funciona el entramado de la actividad extorsiva en el Zulia, pues los delincuentes optan por hacer primero el atentado con granada y/o disparos de arma de fuego y luego se comunican con la víctima para imponer las condiciones del pago de la denominada “vacuna”.
La otra manera es hacer una llamada extorsiva como primera acción, estableciendo un plazo perentorio para la entrega de la “vacuna” y, si no se cumple, ejecutan la agresión con explosivos. “Muchas veces ocurre que los propietarios de los negocios deciden cerrar e, incluso irse del país, al mismo tiempo que deja una pregunta al aire: ¿Quién o quiénes proveen las granadas a las organizaciones delictivas?”, concluyó Govea Cabrera.
Fuente: Banca y Negocios