Un documento de más de 80 páginas recoge las observaciones y las recomendaciones que la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea preparó sobre los comicios del 21 de noviembre. Ese era su trabajo y tenían planeado presentar el informe en el país, pero el gobierno de Nicolás Maduro no se los permitió. Es lógico que sabía de antemano lo que iban a decir los expertos, y como ellos no aguantan críticas, creyeron que así las silenciarían.
El detalle que realmente llama la atención es que las observaciones no son nada nuevas ni causan sorpresa. Cada uno de los detalles que figura en el informe son puntos de atención que muchos expertos venezolanos y de otras latitudes les señalaron en su oportunidad a los opositores que decidieron participar en los comicios.
Lo primero, el registro electoral. La comisión de observadores asegura que a pesar del plazo que se dio para su actualización, debieron quedar muchos votantes por fuera; tomaron en cuenta sobre todo que figuran en el extranjero 180.000 venezolanos inscritos, pero se sabe que la inmigración pasa de los 6 millones. Mencionaron también el manejo que los funcionarios del CNE hicieron de este proceso, no siempre imparcial.
Curiosamente, también plasmaron en el documento dos asuntos que se mencionaron infinitas veces, en especial a los delegados opositores que negociaban en México las condiciones de estas elecciones. Lo primero, el amedrentamiento y abuso de poder de muchos funcionarios del Plan República; segundo, la presencia de los llamados puntos rojos que se dispusieron cerca de los centros de votación el día de los comicios. ¿Se acuerdan que se les dijo hasta el cansancio que exigieran poner coto a los militares y eliminar los toldos del PSUV? Menos mal que un observador imparcial lo vio con sus propios ojos y quedará para la posteridad.
Tampoco dejaron de mencionar lo desequilibrado de la campaña electoral. Notaron el uso de los recursos del Estado para actos proselitistas del partido oficialista. Era obvio, porque fue una observación que le hicieron muchos en su propia tierra a la oposición. Lo que sí hicieron los expertos de la Unión Europea fue dejar en claro que, aunque se hicieron denuncias sobre este punto, nunca se tomaron las medidas correctivas pertinentes. Es decir, como si no les hubieran dicho nada.
Por supuesto que llamaron la atención sobre el famoso voto asistido, sobre el retraso de la apertura de algunos centros por problemas con las máquinas y la constitución del personal de las mesas. También dejaron constancia de la limitación a la libertad de expresión y de la inexistente separación de poderes. Sobre la base de estas importantes pero nada novedosas observaciones los expertos hicieron recomendaciones que ojalá la oposición tenga presente.
Ahora que al parecer lo único que les motiva son las elecciones de 2024, sería bueno que tomaran en serio todos estos detalles, pues mientras estas condiciones no mejoren, no habrá elecciones democráticas en el país. ¿Hace falta que se los diga alguien más?
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Editorial de El Nacional