La exsenadora Piedad Córdoba desmintió «por enésima ocasión» las acusaciones hechas por un exasesor suyo de que habría demorado deliberadamente y para rédito político la liberación de rehenes de las extintas FARC, entre ellos el de la candidata presidencial Íngrid Betancourt.
Córdoba, que actualmente vuelve a optar al Senado por la coalición de izquierdas Pacto Histórico, aseguró en un comunicado que se trata de una «caza de brujas» y un «linchamiento político» contra ella como ya se ha hecho en otras ocasiones que se ha querido presentar a un cargo electo.
Además, apunta que se quiere desarrollar una «guerra jurídica contra la dirigencia de un futuro gobierno alternativo» y desmiente también que fuese miembro de las FARC.
«Nunca hice parte de la organización armada y no tenía posibilidad de incidencia alguna en sus decisiones político-militares. Mi contacto con las FARC-EP, avalado por dos estados, se da en el marco de la búsqueda de un intercambio de prisioneros acorde al DIH y de gestos humanitarios unilaterales», subrayó Córdoba.
La acusación
Una investigación periodística de Caracol Noticias reveló el domingo que Córdoba, a la que se ha vinculado con las FARC y que fue senadora entre 1994 y 2010, retrasó supuestamente por intereses políticos la liberación de Betancourt y de otros secuestrados.
Según Caracol Noticias, en una declaración ante la Fiscalía, Andres Vásquez, exasesor de Córdoba, aseguró que la exsenadora quería darle el mérito de la liberación de secuestrados al entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, para que a su vez, este le «catapultara» a ella a la Presidencia colombiana.
Vásquez asegura incluso que estuvo junto a Córdoba, quien tenía permiso del Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) para mediar con la guerrilla, en un encuentro con la cúpula de las FARC en un campamento.
Córdoba indicó hoy que lo declarado por Vásquez son «falacias pregonadas» y que su exasesor no tiene pruebas que puedan sustentarlo. Además, Vásquez ya había sido acusado en 2011 por injuria y calumnia, «lo que es demostrativo de su compulsión a mentir contra sus contradictores políticos y personales».
También quiso volver a pronunciarse ante las acusaciones que le vinculan con el supuesto testaferro de Nicolás Maduro, Álex Saab, quien está detenido y con el que Córdoba habría viajado y hecho negocios, como algunos sectores políticos denuncian.
«No me involucré en ningún negocio ni legal ni ilegal con el señor Saab, y haberlo referenciado como empresario legal no me compromete ni a mí ni al ingente número de personas que lo hicimos en ninguna de sus actividades», dijo Córdoba.
Indagación del Supremo
Betancourt, quien fue secuestrada el 23 de febrero de 2002 cuando era candidata presidencial por el partido Verde Oxígeno y liberada por una macroperación militar el 2 de julio de 2008, está citada este miércoles ante la Corte Suprema para declarar en una indagación preliminar que involucra a Córdoba y que revive la conocida como «Farcpolítica».
Betancourt dijo estos días que Córdoba es «cómplice de secuestro» y que «puso en riesgo» sus vidas, además de pedir a sus compañeros de coalición que «sean coherentes» y dejen de apoyarla en su carrera al Senado.
«Si ellos están diciendo que quieren cambiar las cosas, cómo van a estar apoyando a una persona que está comprometida con delitos muy graves que le han hecho tanto daño al país», dijo Betancourt en Bogotá luego de participar en un debate con aspirantes a la Presidencia en la Universidad Sergio Arboleda este martes.