El ministro de Exteriores venezolano Jorge Arreaza habla ante miles de simpatizantes del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que marchan hoy, lunes 6 de agosto de 2018, en Caracas (Venezuela), para expresar su apoyo al jefe de Estado que este sábado aseguró haber sufrido un atentado del que salió ileso y por el que ha responsabilizado directamente a su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos. EFE/Miguel Gutiérrez
Entre tanto escándalo es bastante factible que se pierda de vista el verdadero interés del PSUV de no soltar la Gobernación de Barinas. Nada de motivos románticos, como que se trata de la cuna natal del comandante Hugo Chávez. Los intereses son más vernáculos y de este mundo.

Dicen los entendidos que los guisos que hay en el estado son de grandes proporciones y no precisamente para hacer hallacas. Todo el mundo tiene allí rabo de paja, por lo que no quieren perder sus negocios, puestos al fuego durante varios años. Esa y no otra es la razón por la cual la plana mayor del Partido Socialista Unido de Venezuela se apostó en el terreno, para cuidar de cerca los negocios y a los que se les pudiera soltar la lengua. Así de nerviosos están.

Barinas fue uno de los estados en los que el verbo “expropiar”, puesto de moda por Chávez, se conjugó a diestra y siniestra, solo que las tierras que les quitaron a los hacendados nunca llegaron a parar a manos del campesino, del pueblo, sino que se las repartieron los de la cúpula rojita y allí tienen sus asentamientos para todo tipo de negocios ilegales. Aseguran quienes no le han perdido pista a lo que ocurre en esa entidad que es tierra de tráfico de drogas de manera abierta, por vía aérea, fluvial y terrestre.

Producto de los enfrentamientos de los grupos guerrilleros como el Ejército de Liberación Nacional y los disidentes de las FARC, integrantes de la Segunda Marquetalia que viven felices en los llanos venezolanos y que no deben estar muy dispuestos a retirarse de la zona, se cuentan los muertos y los desaparecidos, una realidad aterradora que obviamente no quieren que se sepa y que son parte de los delitos de lesa humanidad por los que este gobierno es señalado internacionalmente.

Todos los jerarcas de este desastre que llaman socialismo del siglo XXI en el país están dispuestos a defender a capa y espada la gobernación, por eso nombraron como candidato al inefable Jorge Arreaza, que luego tendrá que encargarse de mantener tapadas todas las marramuncias que allí pasan desde hace años. Por ejemplo, el cadáver insepulto del Complejo Industrial Santa Inés, del que queda solo el caparazón porque hace mucho tiempo que allí no se produce absolutamente nada, aunque bastante dinero supuestamente le invirtieron.

Por estas y otras razones similares a los jefes de la dizque revolución bolivariana les da mucho miedo soltar el coroto en Barinas. Y por eso debe ser también que el gobernador Argenis Chávez prefirió salir corriendo y vivir de lo que había ya acumulado en estos años, pues los negocios, por más fructíferos que sean, no dejan de dar dolores de cabeza.

Los que aspiran a hacerle la competencia a Arreaza van a tener que aprender a bailar un joropo bien trancao, porque es lo que se avecina.

Editorial de El Nacional