Un estudio de la Universidad de Yale (EEUU) ha demostrado que las mariposas hembra invierten los roles de género con temperaturas más frías y secas. En concreto, la especie Bicyclus anynana desempeña el papel de ‘pretendiente’ con el frío y muestra sus manchas en forma de ojos a los machos para aparearse.
«El comportamiento de las mariposas cambia por las temperaturas que experimentan durante su desarrollo», explica Kathleen L. Prudic, investigadora del Departamento de Ecología y Biología de la Evolución de la Universidad de Yale y coautora del trabajo.
El estudio, que publica el último número de la revista Science, comenzó a raíz de la observación de las mariposas Bicyclus anynana. La hembra de esta variedad desarrolla patrones ornamentales muy vistosos, en forma de ojos en las alas. Sin embargo, en la mayoría de las especies son los machos los que desarrollan estos atributos para atraer a sus compañeras y las hembras, que hacen la selección, tienden hacia exhibiciones más apagadas.
«Teorizamos con la idea de que quizás el comportamiento de cortejo pueda cambiar si se dan diferentes condiciones medioambientales. Por ello, probamos el comportamiento de las mariposas criadas en la etapa larval a 27º C y a 17º C», apunta la científica.
Tal y como se esperaba, la mariposa Bicyclus anynana hembra en condiciones más calientes y húmedas, que imitan la temporada de lluvias en el ámbito de las nativas africanas, era más propensa a aparearse con machos con las alas decoradas. En cambio, las funciones se invertían con temperaturas más frías y secas en la que la mariposa hembra asumía el rol de ‘pretendiente’.»Es un ejemplo poco común de inversión de funciones de género», aseguran los investigadores.
Las hembras viven más tiempo una vez que se aparean
Las hembras que crecen en la época más fría y que cortejan de forma activa a los machos viven vidas más largas con respecto a sus compañeros homólogos una vez que se aparean. «Las mariposas macho liberan nutrientes y esperma durante el apareamiento, y parece que este hecho conduce a una mayor longevidad femenina», afirma Prudic.
Según el estudio, las hembras buscan sobrevivir durante la estación seca y se muestran a los machos para poder obtener estos recursos. Por su parte, los machos se vuelven muy precavidos a la hora de elegir a quién dan estos nutrientes dado que, una vez que lo hagan, viven vidas más cortas.
Fuente: Culturizando