La situación se agrava en la isla canaria de La Palma, donde el volcán Cumbre Vieja entró en erupción el 19 de septiembre, hace 71 días.
La erupción cubrió de lava una superficie de 1.115 hectáreas, afectando principalmente a tres municipios, destruyendo decenas de edificios y obligando a cerrar muchos negocios.
Se pensó que los flujos de lava disminuirían. Sin embargo, según los expertos, está ocurriendo lo contrario.
En todos los medios de comunicación españoles, la alerta es omnipresente y todo el mundo puede observarla con las tomas aéreas.
En la cima del volcán se ha abierto una nueva boca que está redoblando los flujos de lava y las decenas de miles de toneladas de dióxido de azufre emitidas a la atmósfera.
Esto pone en riesgo la salud de los habitantes de esta isla occidental del archipiélago canario.
Hasta entonces, se pensaba que la erupción no duraría para siempre. Sin embargo, varios vulcanólogos y, sobre todo, los agentes del Plan de Prevención de Riesgos Volcánicos (Revolca), un organismo nacional, dicen exactamente lo contrario.
Erupciones del Cumbre Vieja en La Palma
Se espera que las erupciones de Cumbre Vieja duren en total más de 84 días sucesivos, el récord que hasta ahora ostentaba otro volcán de la isla de La Palma, el Tehuya, en el siglo XVI.
Esto podría prolongarse durante meses y meses, predicen los expertos, sin atreverse a fijar un plazo exacto.
Esto supone malas consecuencias para los habitantes de la zona, que están cansados de las cenizas volcánicas, los flujos de lava e incluso los gases tóxicos.
Por no hablar de los que han perdido sus casas, 528 personas para ser exactos, que siguen alojados en hoteles hasta nuevo aviso.
La información es de Radio France Internationale