Este domingo estaremos ante una realidad electoral ya hecha. Según algunos no están dadas las condiciones para que la oposición participe. Sin embargo, otros esgrimen su derecho a votar. Todo pasa por la visión que posea cada quien acerca de la situación por la que ha atravesado el país durante 22 de años de gobierno. Desde el sórdido “chavismo” hasta el pragmático “madurismo”.
Hoy nos encontramos nuevamente con un mar de afiches en los postes como en un carnaval de colores con un sinfín de frases prefabricadas para atraer a los votantes. Escuchamos desde temprano en la mañana hasta el atardecer música pegajosa y a un señor con un equipo de sonido en una camioneta instando a votar por algún candidato.
Claro, todo está listo para que este 21 de noviembre los venezolanos elijan 23 gobernadores y 335 alcaldes, así como legisladores estadales y concejales, en unas 30.106 Mesas Electorales que se instalaron en 14.262 Centros de Votación en todo el país en los cuales se escogerán más de 3000 cargos públicos. Para analistas y expertos electorales, estas elecciones tendrán un protagonista: la abstención. La gran pregunta es cuál será la actuación del Consejo Supremo Electoral.
Pero lo fundamental de este proceso es saber quién cuenta con la mayoría del voto en cada uno de los estados del país, y pulsar también el sentimiento de descontento y desesperanza de la población con respecto al sufragio.
DILEMA SHEKESPERIANO
“¿Votar o no votar?…he ahí el dilema ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia? Morir es dormir”. La oposición se encuentra ante una gran encrucijada. La división puede generar resultados adversos en algunos estados. Todo pasa por la decisión que adopte la gente frente al hecho de votar.
El Hamlet de Shakespeare siempre ha estado presente en cada uno de los comicios electorales, pero más aún en esta etapa “roja” de nuestro acontecer político, económico y fundamentalmente social. La realidad nos golpea con unas cifras que advierten el caos en el que nos encontramos. A saber: la variación mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo) ha sido del 6,8%, de forma que la inflación acumulada en 2021 es del 574,4%; hay una pérdida del 75% del PIB; se dolarizó la economía, y según, Venezuela estará fuera de las estimaciones de crecimiento económico que hacen el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones para las economías emergentes, que se calculan sobre 6%, que superaría la caída de 3,3% ocurrida en 2020.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional confirmó que Venezuela registra una tasa de desempleo de 58,3% en 2020 y lo que va de 2021, representando la cifra más alta del mundo. Los niveles de desempleo en el país superan incluso los de naciones pobres como Suráfrica (29%), Sudán (21%9) y Armenia (17,5%).
Además, la Encuesta sobre Condiciones de Vida de Venezuela mostró que al menos el 76,6% de los ciudadanos viven en condición de pobreza extrema. El estudio apunta que la desigualdad aumentó con más de ocho millones de personas en situación de desempleo.
Entre 2014 y 2021 se han perdido 4,4 millones de puestos de trabajo, el 70% del sector público y el 30% del privado. Solo en el último año, desaparecieron 1,3 millones de empleos, lo que ha aumentado el empleo informal en Venezuela. Los venezolanos dependen, en su mayoría, de los bonos en bolívares y de las remesas para subsistir.
MIENTRAS…SEGUIREMOS ESPERANDO UNIDAD
La Constitución de Venezuela establece el voto como un derecho de los venezolanos. Esto es un hecho que cada quien lo asumirá este 21N según su propia consciencia ciudadana. Siempre a la espera de un cambio político que logre recuperar los principios democráticos de libertad, justicia y paz.
Ahora, en este momento tan importante, nos encontramos con una oposición débil y sin estrategia clara, que trata de ajustarse y luchar contra un entorno complicado, ventajista y agresivo que abandera el régimen del Presidente Nicolás Maduro con sus acciones de persecución y despliegue de recursos en la campaña electoral. Por otra parte, la población se encuentra sumida en un gran descontento, no solo por la grave situación de calidad de vida que atraviesa causada por las desacertadas decisiones gubernamentales, sino que además advierte el poco compromiso de los líderes de la oposición en lograr una plataforma de unidad sólida que pueda recuperar espacios perdidos.
Para muchos no es un secreto que en algunos estados del país la oposición tiene varios candidatos participando en la contienda. Esto hace que la posibilidad de lograr una victoria sea difícil aunque no imposible. Todo depende del voto y de proteger los resultados. Los principales líderes no pudieron ponerse de acuerdo y organizar primarias para lograr internamente una posición más sólida. Luego, algunos de esos candidatos hicieron intentos por lograr alianzas, pero los intereses personales y la falta de objetivos concretos abortaron la oportunidad de unirse.
Las opiniones encontradas entre la altas dirigencia opositora sobre votar o no votar no ayudaron mucho. Por ejemplo, Henrique Capriles de Primero Justicia conminó a participar en la contienda electoral. “Tenemos que hacer uso de nuestro derecho, que la gente se exprese, pese a todas las tropelías que han hecho con el derecho al voto”, apuntó.
–Voy a votar –añadió-, eso lo tengo claro. Y tenemos que asumir este proceso que está a la vuelta de la esquina sin complejos. Tenemos que presentar candidatos y liderazgos locales a todo el país y aglutinar el descontento.
Por su parte, Juan Guaidó, Presidente Interino y Jefe de la Asamblea Nacional en principio manifestó que las elecciones del 21N “no son la solución al conflicto político y social del país”, aunque estuvo de acuerdo el 31 de agosto en que la plataforma unitaria participara en los comicios regionales y municipales, a través de la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
No obstante Guaidó no ha hecho un llamado al voto, pero tampoco a abstenerse. Centra su discurso en impulsar el acuerdo de salvación nacional como vía para lograr las elecciones presidenciales y parlamentarias. En conversación con los periodistas en octubre aseguró que el tema de las elecciones del 21 N «no es un tema de apoyar sí o no… lo que queremos todos es que la elección sea libre y justa”.
Lo mismo se le escuchó a Lepoldo López, dirigente de la oposición exiliado en Madrid, quien dijo que dudaba que las elecciones del 21N vayan a ser «libres» o «transparentes». Además las calificó como un intento de legitimación por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
Sin embargo también declaró otro día que cree que son un evento “que permite a los sectores democráticos de Venezuela luchar. Nos permite organizarnos, movilizarnos, hablar, articular, pero siempre en el entendido de que esto no son unas elecciones. Y lo segundo es que permite mantener una posición unitaria dentro de lo que es la lucha [de la oposición] en Venezuela“.
Por su parte, la coordinadora nacional de Vente Venezuela, María Corina Machado precisó que “no vamos a caer en el chantaje y la extorsión de la claudicación. (…) No se trata de cuánta gente vaya a votar ni por quién vote la gente. Las condiciones electorales no han mejorado. Cada día está peor”.
Viendo este panorama de la alta dirigencia opositora, el exministro Moisés Naim afirmó en una entrevista a CNN que la oposición venezolana está conformada por un grupo de gente «que se ha equivocado muchísimo, que está fragmentado» y donde «los apetitos personales están a la orden del día».
–Hay que reconocer que es una oposición que ha dado muestras de miopía-manifestó-, donde sus líderes han tenido mucha más vocación de satisfacer sus apetitos y ambiciones políticas, que buscar la unidad que tanto hace falta.
Los resultados de este proceso electoral se verán el próximo 22 de noviembre. Y a partir de esta fecha veremos en qué escenario nos encontraremos.
OBSERVADORES INTERNACIONALES
Sin lugar a duda que los observadores internacionales tendrán un papel importante que asumir en esta gesta electoral. En este sentido, el Presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Pedro Calzadilla, advirtió que quienes serán observadores internacionales de las elecciones del próximo 21 de noviembre tienen un papel que no incluye el reconocer los resultados de las mismas.
Según el máximo organismo electoral, una gran parte de los 300 veedores y acompañantes internacionales, ya están en Venezuela. Entre las misiones que confirmaron su presencia está la Unión Europea (UE), el panel de expertos de las Naciones Unidas (ONU), el Centro de Expertos Electorales de Latinoamérica (CEELA), el Centro Carter, la Red de Defensa de la Humanidad, otras agrupaciones nacionales y extranjeras, delegaciones con distintas modalidades de presencia e individualidades como intelectuales y autoridades electorales de diversos países.
Entre los observadores internacionales se destaca la presencia de la Unión Europea (UE), que aceptó la invitación de las autoridades venezolanas y envió una misión para monitorear la campaña electoral y las elecciones del 21N. Esta misión realizará una evaluación técnica independiente de todo el proceso electoral y dará recomendaciones para futuros comicios. La MOE-UE desplegó a 44 de sus integrantes por los distintos estados del país, bajo la supervisión de la jefa del operativo, la eurodiputada Isabel Santos.
–Esperamos llegar al 21 de noviembre con 100 o más observadores –resaltó la diputada-, lo que quiere decir una gran misión, comparada con los números de misiones previas en Venezuela y en otros países.
La secretaría de Naciones Unidas estará presente en Venezuela con un panel de expertos conformado por tres personas, quienes darán seguimiento al proceso electoral del próximo 21 de noviembre.
Este panel de expertos de las Naciones Unidas presentará al concluir el seguimiento del proceso electoral un informe ante el secretario general de la ONU, en donde evaluará si se cumplieron las garantías en materia electoral y advertirá sobre las irregularidades percibidas en el proceso. Aunque estos expertos no actuarán como observadores, el informe interno que presenten los expertos ante el secretario general si puede abrir una puerta a que en un futuro se lleve a cabo una asistencia técnica electoral por parte del órgano internacional, lo cual permitiría una mayor participación, incluso que la de un observador electoral, prestando su apoyo en cada fase del proceso electoral y en toda la estructura administrativa del Estado para garantizar el adecuado cumplimiento del orden jurídico hacia unas elecciones auténticas y democráticas
Sin embargo, el alto dirigente oficialista, Diosdado Cabello quiso calentar los ánimos amenazando a las misiones internacionales con una frase típica: “No va a venir cualquiera a mandarnos”.
–Ahorita vienen unos observadores que tenían años que no querían venir –añadió- hoy están aquí, pero esa gente está en Venezuela. Tienen que irse convencidos que quien pone presidente es el pueblo, somos un pueblo de paz.
COMUNIDAD INTERNACIONAL
La comunidad internacional está a la expectativa sobre los resultados de estas elecciones en Venezuela. Para Kevin O’Reilly, subsecretario adjunto para las Américas del Departamento de Estado las elecciones de este domingo en Venezuela no reúnen condiciones para ser “justas ni libres”, pero agregó que Washington apoyará los esfuerzos “para restaurar la democracia” en el país.
Por su parte senadores estadounidenses rechazaron de manera abierta el proceso electoral del 21N. En este sentido, el líder republicano del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Michae McCaul señaló en un comunicado lo siguiente: “que no haya ningún error: las elecciones regionales y municipales del domingo en Venezuela no son más que una farsa”.
Por su parte el Presidente de Colombia, Iván Duque aseveró que los próximos comicios regionales en Venezuela, que se celebrarán este mes, no serán ni «libres» ni «democráticos».
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil y representante de ese país ante la OEA, Carlos Alberto Franco França, aseguró este jueves que las elecciones regionales y municipales del 21 de noviembre en Venezuela son “un paso importante” en el país, como una oportunidad para evaluar sinceridad en el diálogo entre régimen de Nicolás Maduro y la oposición.
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Emma Sánchez Álvarez