Archive for julio 12th, 2021

Venezuela reportó 1.200 casos de COVID-19

Posted on: julio 12th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

La vicepresidenta del chavismo, Delcy Rodríguez informó que se reportaron 1.200 casos de COVID-19, todos por transmisión comunitaria en el país.

 

Rodríguez detalló que los estados que detectaron contagios nuevos son: Portuguesa (198), La Guaira (140), Carabobo (119), Cojedes (113), Yaracuy (78), Aragua (75), Miranda (65), Falcón (65), Caracas (55), Trujillo (51), Bolívar (51), Anzoátegui (35), Zulia y Amazonas (cada uno registró 34), Monagas (32), Mérida (14), Táchira (13), Barinas (12), Sucre (10), Guárico (03), Lara (02), Nueva Esparta (01).

No figuraron los estados Apure y Delta Amacuro.

No se reportaron casos importados en este balance. 

 

Asimismo, la vicepresidenta del chavismo informó que fallecieron 12 personas a causa del virus:

3 en Apure: 1 mujer de 70 y 2 hombres de 53 y 70 años
2 en Caracas: hombres de 47 y 74 años
2 en Lara: mujeres de 57 y 63 años
2 en Anzoátegui: mujeres de 34 y 43 años
1 en Carabobo: hombre de 50 años
1 en La Guaira: mujer de 89 años
1 en Nueva Esparta: mujer de 76 años

 

Por confirmado patricia villegas

Lo dice la Iglesia

Posted on: julio 12th, 2021 by Laura Espinoza No Comments


 
 
Es oportuno que se dedique este espacio para reflexionar sobre lo que la Conferencia Episcopal Venezolana alerta en su más reciente comunicado sobre los enfrentamientos violentos en Caracas. Son muchos los venezolanos que encuentran en las iglesias consuelo, van a misa a elevar oraciones, y es por eso que lo que digan los obispos y lo que se dice en los púlpitos es tan importante.

 

 

Lo que alerta la Iglesia Católica es algo que comenzaron a estudiar expertos desde el inicio de este régimen allá por el año 1999 y que se ha seguido denunciando, pero que como no se vieron los efectos de manera inmediata, la sociedad no lo internalizó como problema.

 

 

Dice el comunicado que el enfrentamiento que tiene al oeste de Caracas en jaque es resultado, por un lado, “de dos décadas en las que se ha blandido la violencia desde el poder como arma política, a diestra y siniestra, de palabra y obra, como amenaza y como hecho consumado. Si quienes detentan el poder no tienen otro medio para imponer su ideología trasnochada que el de la fuerza y la violencia, no hace falta esperar demasiado para observar una respuesta igualmente violenta”.

 

 

Cualquier politólogo que se aventure a escuchar las cientos de horas de discursos de Hugo Chávez podrá hacer un excelente análisis de contenido que probará lo que dicen los sacerdotes. La violencia se instauró tanto en la palabra como en los hechos, se normalizó, es más, se justificó. ¿Qué han escuchado y en qué ambiente han crecido el Koki y sus socios? Como Estado y como sociedad ¿cómo se ha respondido a la conducta de los violentos? Premiándolos, ensalzándolos. Y estas son las consecuencias.

 

 

Pero los obispos van más allá de señalar el origen de este grave problema social. Y hay que agradecerles, una vez más, que le hablen al venezolano de manera directa, sin endulzarle las verdades, para ver si así los indiferentes caen en cuenta de la urgencia de un cambio político.

 

 

“Es además un fracaso del Estado como garante de la seguridad y de la paz. Para todos resulta obvio que no pocos miembros de los cuerpos de seguridad han dejado de ser garantes de la seguridad y la convivencia pacífica… El habitual respeto a la autoridad se ha transformado en desconfianza y temor a la autoridad, en vista de la distorsión de las irregulares funciones que hoy cumplen, incluyendo la extorsión y el soborno”. Esto es hablar claro, y lo hacen porque es la Iglesia, con sus sacerdotes, los que más conocen cómo viven los ciudadanos en los barrios y cómo se quejan del comportamiento de los uniformados.

 

 

En resumen, el enfrentamiento entre las bandas de delincuentes y los cuerpos de seguridad son una consecuencia, y una gran evidencia, de que el régimen es el responsable y ha fallado completamente en una de las funciones más importantes de un gobierno. Si el venezolano no puede vivir en paz, si tiene que dejar su casa y sus pertenencias para salvar su vida, incluso si cae en las manos de la delincuencia organizada porque tiene hambre y no consigue trabajo es porque el chavismo así lo propició y así lo quiso.

 

Editorial de El Nacional

 

BBC: Cota 905, el barrio de Caracas que durante 3 días fue escenario de una batalla campal entre fuerzas especiales y bandas delincuenciales

Posted on: julio 12th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Más de 22 horas ininterrumpidas de detonaciones.

Eso fue lo que vivió Aglaia Berlutti en su casa en El Paraíso, una zona residencial de clase media ubicado en el suroeste de Caracas.

 

Durante la tarde del 7 de julio escuchó ruidos de disparos. Las balas procedían de la Cota 905, un barrio ubicada a apenas cinco cuadras de su casa.

 

Las detonaciones continuaron durante toda la noche y el día siguiente.

 

«No soy experta en armas, pero sé cómo suena una bala», dice Berlutti en entrevista con BBC News Mundo. «Algo que jamás pensé que viviría en mi ciudad. Lo peor que te puede pasar es que aprendas a reconocer cómo suenan las balas».

 

Por tres días consecutivos, el suroeste de Caracas vivió una escalada de la violencia. Bandas armadas y fuerzas de seguridad estatales se enfrentaron en las calles y barrios de la zona entre la tarde del miércoles y el viernes.

 

Varias vías y autopistas quedaron restringidas.

 

La ministra de Interior, Justicia y Paz, Carmen Meléndez, confirmó lo sucedido a través de su cuenta de Twitter, asegurando que se trataba de «grupos estructurados de delincuencia organizada que sistemáticamente han atacado a nuestra sociedad, amedrentando, hiriendo y asesinando a gente inocente».

 

Pero no fue sino hasta el sábado que el Gobierno ofreció un balance más concreto: cuatro funcionarios policiales y 22 «delincuentes» murieron en los enfrentamientos y 28 personas resultaron heridas.

 

El Gobierno calificó a este operativo como una «gran victoria» y lo llamó «Operación Gran Cacique Indio Guaicaipuro».

 

Pasado el peligro, los residentes de la zona se preguntan ahora si un enfrentamiento similar volverá a ocurrir y cuándo.

 

No es la primera vez que la Cota 905 y otros barrios aledaños, como El Cementerio, El Valle y La Vega, paralizan a esta zona de Caracas por los choques entre bandas y la policía

 

El pasado abril, una patrulla del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, CICPC, fue atacada por bandas armadas en los túneles de El Paraíso, cerca de la Cota 905.

 

«Siento que se rompió el orden social», expresa Berlutti. «Estamos viviendo una degradación progresiva de nuestra seguridad».

 

«Cuando suena una detonación, no sabes exactamente lo que está ocurriendo porque los niveles de desinformación son muy grandes. No sé si son enfrentamientos entre bandas o con la policía. Me siento secuestrada».

 

BBC News Mundo intentó comunicarse con voceros del Gobierno sin resultados.

 

 

Una zona roja
Caracas tiene dos avenidas conocidas como «cotas»: La Cota Mil, también llamada Avenida Boyacá, que bordea las faldas del cerro El Ávila en el norte de la ciudad. Y la Cota 905, o Avenida Guzmán Blanco, que se dirige hacia el sur.

 

La ciudad además, como se ubica en un valle, tiene varias colinas en las que por varios años crecieron los barrios, sectores populares considerados zonas peligrosas.

 

Uno de estos barrios se extiende a lo largo de la Cota 905, hogar de más de 300 mil personas en conjunto con las parroquias aledañas. El palacio presidencial está a menos de 3 kilómetros.

 

Aquí, las laberínticas calles rodeadas de casas construidas precariamente han sido testigo de la mano más férrea del régimen de Nicolás Maduro y su lucha contra la delincuencia, que no da señales de debilitamiento.

 

Por años, los barrios han sido el bastión del chavismo y sus residentes creyeron en las promesas del fallecido mandatario Hugo Chávez.

 

«Siempre fue un área peligrosa», dice Melanio Escobar, que creció entre Montalbán, otra área residencial cercana, y la Cota 905.

 

Este periodista, radicado ahora en Miami, asegura que estaba acostumbrado a las balaceras y cómo más de una vez estando en su casa tuvo que lanzarse al piso para protegerse.

 

«Toda mi vida presencié disparos. La ventana de mi cuarto daba hacia el barrio y veía cómo robaban motos o había enfrentamientos».

 

Aun así, insiste que eran sucesos esporádicos y que la violencia ha ido aumentando en la zona.

 

«La violencia ha escalado hasta un punto que ya no pasa desapercibida para el resto del país», dice.

 

Para Alfredo Escalante, activista de Derechos Humanos en la zona, lo que está viviendo Caracas es la expansión de un poder que se ha consolidado por la vía de las armas.

 

«Todo poder busca expansión, y es así como estas bandas han ido creciendo y penetrando en otros barrios y zonas residenciales, afectando cada vez a más gente».

 

Asegura que ya se están viendo casos de desplazamientos forzados en la zona de gente que huye de la violencia, así como confinamiento de personas que se resguardan en sus casas.

 

«La población está sumida en el terror», asegura.

 

 

La cuestionada acción policial

En julio de 2015, la Guardia Nacional y varios cuerpos policiales irrumpieron en varias barriadas del país como parte de un operativo de seguridad. En la Cota 905 hubo más de un centenar de detenidos y varios muertos.

 

Las autoridades llamaron a este operativo «Operación Liberación del Pueblo» (OLP), y lo repitieron varias veces durante los años siguientes y en distintos barrios.

 

Las OLP fueron la propuesta de mano dura del gobierno de Nicolás Maduro contra uno de los problemas más acuciantes de Venezuela: la violencia y el crimen organizado.

 

Durante años, Caracas y otras ciudades del país han liderado el ránking de las ciudades más violentas del planeta.

 

Maduro y su gabinete han elogiado la acción de la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana, las FAES, un temido grupo de élite creado en 2017 como respuesta a las críticas contra las OLP.

 

Pero los organismos de Derechos Humanos no comparten la misma opinión.

 

Las cifras oficiales escasean. El último informe anual del Observatorio Venezolano de Violencia da luces donde hay opacidad: desde el 2016 ha habido un «aumento sostenido de la letalidad policial en relación a las muertes provocadas por los delincuentes».

 

Según el informe, 2020 fue el año en el que por primera vez hubo más muertos por enfrentamientos con la policía que por acción de la delincuencia: 4.231 muertes catalogadas por las autoridades como resistencia a la autoridad frente a 4.153 homicidios cometidos por delincuentes.

 

«La letalidad policial se ha extendido por todo el país y parece ser la única política de seguridad que se ha estado implementando», reza el informe.

 

En julio de 2019, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, criticó la acción de las FAES y pidió su disolución.

 

Lejos de ello, las FAES han estado involucradas en repetidos enfrentamientos con supuestos criminales en los barrios pobres del país hasta fechas recientes.

 

Uno de estos últimos enfrentamientos ocurrió en enero de este año en el Barrio La Vega, donde 23 personas fallecieron de acuerdo con el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos, Provea.

 

 

«Feudos criminales» y «zonas de paz»
Wilfredo, un sacerdote que reside en una zona cercana y que prefiere mantener su nombre completo en el anonimato, explica que en la Cota 905 conocen la actuación de varias bandas criminales que obedecen a líderes locales.

 

Ante la ausencia del Estado, y la poca capacidad de la oposición de trabajar en estas zonas, estas bandas empezaron a actuar como gobiernos locales.

 

«Tienes que entender la dinámica del barrio», dice Wifredo. «La policía llega hasta cierto punto y no va más allá. Mientras la policía no pase la frontera, hay cierta paz».

 

Explica que las bandas están organizadas con puntos de control llamados garitas, sistemas de comunicación y armas.

 

Pero entre el blanco y el negro hay muchos matices.

 

«Allí donde el Estado fracasó en proteger a su gente, estas bandas instalaron su hegemonía», dice Wilfredo.

 

Asegura que estas bandas no sólo controlan la venta de drogas y los secuestros, sino también el negocio de la comida. Además, organizan fiestas, reparten juguetes a los niños y protegen a los vecinos, por lo que los residentes se han beneficiado en parte

 

«Es una realidad muy compleja. La gente dice ‘no me gusta el malandro, pero me ayuda».

 

Para el ex comisario de Seguridad de la Alcaldía de Caracas, Iván Simonovis, hay cinco estructuras criminales operando «en y con» Venezuela: mega bandas, narcotráfico, colectivos, guerrilla y terrorismo.

 

Asegura que las mega bandas han organizado y ejecutado desde la Cota 905 «hasta cuatro, cinco o seis secuestros por noche» por una importante suma de miles de dólares.

 

¿Cómo estas bandas se volvieron tan poderosas? «El deterioro de la calidad de vida hizo que las bandas crearan sus propios mecanismos de defensa», asegura Simonovis.

 

«Ahora (las bandas) se salieron de control. Crearon un monstruo», sentencia el ex comisario.

 

El 25 de agosto de 2017, la Cota 905 fue declarada «zona de paz», un eufemismo creado por el Gobierno para negociar con bandas delictivas en los barrios y que estas entregaran sus armas voluntariamente.

 

El resultado fue el control territorial. «Son feudos criminales», dice Simonovis. «El suroeste está tomado por la banda de el ‘Koki’, pero el este está tomado por otra estructura criminal. Cada uno de los barrios grandes del país está tomado».

 

El «Koki» es el líder de la Cota 905, un sujeto buscado por el Gobierno y que no ha sido hallado.

 

 

Un problema que no ha terminado
Ninguno de los entrevistados cree que el problema se haya resuelto.

 

¿Qué sigue ahora?

 

Para Simonovis, terminado el enfrentamiento en la Cota 905, lo más probable es que las bandas se vuelvan a estructurar.

 

«Soy de la opinión de que van a regresar con muchísima más contundencia», asegura.

 

«La lucha contra el delito no es una orden. No puedes decretar que se reduzca el delito. Forma parte de una estrategia que debe durar años y que sea sostenible en el tiempo», puntualiza.

 

Wifredo se pregunta qué va a pasar con los civiles inocentes.

 

«La gente del barrio aprovechó el cese del fuego para dejar sus casas. Pero en algún momento volverán a ellas. A ellos se les tiene que respetar su integridad. Tiene que haber una forma de que recuperen la paz».

 

BBC MUNDO

foto: Roman Camacho

Suben a 90 los muertos en derrumbe de edificio en Surfside. Hay 31 personas desaparecidas

Posted on: julio 12th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Las labores de búsqueda y recuperación se han intensificado en la zona del desplome del edificio en Surfside y los socorristas han recuperado a 90 víctimas fatales después de hallar otros cuatro cuerpos entre los escombros.

 

La cifra de muertos continúa aumentando a medida que los rescatistas tienen acceso a más zonas del derrumbe una semana después de que fue demolida la estructura que quedaba en pie.

 

La alcaldesa del Condado Miami-Dade, Daniella Levine Cava, dijo que “hemos recuperado víctimas adicionales desde nuestra última sesión (informativa) y el número total de muertes confirmadas ahora es de 90”.

 

Hasta el momento hay 31 personas “potencialmente desaparecidas”, 217 fueron localizadas y han identificado a 71 víctimas, de acuerdo con las cifras divulgadas por la la funcionaria este domingo en una conferencia de prensa.

 

Los detectives están trabajando junto con personal médico en el lugar con toda la celeridad posible para identificar a las víctimas y notificar a sus familiares más cercanos de manera inmediata, dijo.

 

“Nuestros corazones están siempre con las familias que han perdido a sus seres queridos y con aquellas que todavía están esperando”, expresó.

 

Charles W. Burkett, alcalde la Ciudad de Surfside, calificó de “increíble” el trabajo que se realiza para identificar a las víctimas y es uno de los componentes muy importantes en las labores de búsqueda y rescate que ahora son de recuperación.

 

Resaltó que los socorristas están revisando con mucha delicadeza los escombros y hacen el trabajo con sumo cuidado, además de utilizar todas las herramientas disponibles para este tipo de labor.

 

“Y lo hacen con tanto cuidado que, incluso, hemos encontrado botellas de vinos intactas en medio de los escombros, así como objetos personales tan pequeños como anillos que están siendo clasificados y fotografiados para luego entregarlos a las familias”, puntualizó.

 

Burkett dijo que tras un recorrido en la mañana del domingo por el sitio del derrumbe podía reportar que la intensidad de los trabajos se ha intensificado aún cuando es un lugar difícil para trabajar por las condiciones, pero que eso no ha demorado la operación.

 

“Siguen trabajando allí, en mayor número de lo que había visto previamente”, comentó en la rueda de prensa.

 

La alcaldesa informó el sábado que los técnicos en materiales peligrosos están constantemente tomando muestras y monitoreando la calidad del aire y también están monitoreando los niveles de asbesto, pero que no han encontrado rastros de ese material hasta el momento.

 

La Asociación Internacional de Bomberos (IAFF) también está trabajando para abordar las posibles exposiciones tóxicas entre los socorristas debido a la gran cantidad de materiales que se liberaron al aire cuando el edificio fue demolido el pasado sábado.

 

Esos materiales pueden incluir toxinas que pueden provocar cáncer, enfermedades respiratorias y otras enfermedades ocupacionales si se inhalan, ingieren o absorben a través de la piel.

 

Los socorristas de Miami y de Israel han sido “altamente exitosos” también en la búsqueda de víctimas, destacó el alcalde de Surfside.

 

El equipo de búsqueda y rescate de Israel culminó sus labores el sábado y regresaba este domingo a su país.

 

En ello coincidió Levine Cava quien dijo que los rescatistas tienen un “excelente avance” en reducir el tamaño de la montaña de escombros y dijo que en el día “18 de la tragedia”, se han removido más de 14,000 millones de libras de escombros y concreto.

 

Dijo que el sábado en la noche se realizó una ceremonia para agradecer a todos los rescatistas de Miami-Dade, de otras partes de EEUU y otros países.

 

“Queríamos en especial honrar al equipo de Israel que se va hoy (domingo), por su dedicación y servicio a nuestra comunidad. Tuve el honor de entregar las dos primeras llaves de la ciudad que yo dio (como alcaldesa)“, a dos de los integrantes de los rescatistas de Israel, contó.

 

 

DIEZ VÍCTIMAS IDENTIFICADAS
El Departamento de la Policía de Miami-Dade informó que ha identificados a otras 10 víctimas del desplome de una torre de 12 pisos del edificio residencial Champlain Towers South en la Ciudad de Surfside, al norte de Miami Beach, el pasado 24 de junio.

 

“Hemos identificado 10 víctimas adicionales que perdieron la vida de manera trágica e inesperada en el derrumbe del edificio de Surfside, incluidos tres niños pequeños”, dijo en su cuenta de Twitter.

 

Las víctimas son María Gabriela Camou, de 64 años, el niño Lorenzo De Oliveira Leone de 5 años, Alfredo Leone de 48 años, María Torre, de 76 años y Edgar González de 42 años, cuyos cuerpos fueron recuperados el pasado jueves.

 

También se recuperaron los cuerpos de Julio César Velásquez, de 66 años, el viernes; de Luis Sadovnic, 28 años, Alexia María Pettengill López Moreira, de 9 años, Anna Sophia Pettengill López Moreira, de 6 años, el pasado miércoles y de Richard Augustine, de 77 años, el pasado lunes.

 

 

¿SE ACERCA EL FIN DE LA OPERACIÓN?
Otro de los aspectos mencionados por la alcaldesa es que están “redoblando los esfuerzos” para que finalice la angustia de las familias lo más pronto posible.

 

El jefe del Departamento de Bomberos de Miami-Dade, Alan Cominsky, dijo que los socorristas han registrado un gran avance en las labores, pero dijo que no era posible precisar la fecha en que terminaría el esfuerzo de búsqueda y recuperación porque se trata de un “proceso lento”.

 

“Es difícil dar una fecha, es un trabajo metódico para las cuadrillas que están haciendo la búsqueda a mano. Es un proceso lento”, dijo Cominsky.

 

En cuanto al proceso de búsqueda y recuperación dijo que los esfuerzos por reducir la montaña de los escombros no es uniforme, depende de la zona que se inspecciona y detalló que en algunos sectores “estamos a nivel del primer piso y en otros en el área del garaje y hemos empezado a ver vehículos”.

 

En la zona tienen entre seis y siete equipos pesados especializados en revisar áreas específicas en la montaña de escombros.

 

 

EL NUEVO HERALD