Creado a mediados de 2005 como una empresa estatal que tenía por objeto financiar proyectos de inversión de gran envergadura, pagar deuda pública externa y atender situaciones especiales, el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) terminó siendo un instrumento para absorber miles de millones de dólares provenientes de las ventas petroleras; exacerbar el gasto público del gobierno y facilitar la presunta extracción irregular del dinero de todos los venezolanos.
Así se desprende del informe Fonden, una estrategia política para gastar sin control, investigación de Transparencia Venezuela que examina a fondo un documento obtenido de forma extraoficial por la organización, que arroja nuevas evidencias sobre el presupuesto paralelo que permitió al denominado gobierno revolucionario gastar miles de millones de dólares sin rendir cuentas.
De acuerdo con el documento, entre 2005 y mediados de 2015, el Fonden financió 781 proyectos, para los cuales se comprometió a pagar USD 174.898,10 millones.
Hasta la fecha, de la cifra total, se habían pagado USD 153.117,08 millones, es decir, 87,55%. La institución destinó 19,76% de sus recursos a proyectos de infraestructura, muchos de los cuales quedaron inconclusos. De igual modo, 9,50% de los fondos fueron a servicios de deuda pública y compra de bonos; 41,77% a otras inversiones; y 28,97% fue para gastos corrientes.
El informe también revela que, en su primera década de existencia, el Fonden destinó USD 21.189,13 millones a proyectos en los que participaba Cuba. Esta cifra equivale a 2,6 veces el presupuesto aprobado en Venezuela para el ejercicio fiscal de 2021.
Gasto militar sobre educación y salud
Pese a que en sus inicios se aseguró que el Fonden sería la vía para financiar proyectos de inversión productiva que favorecieran el crecimiento y desarrollo de Venezuela, en la práctica se convirtió en una eficaz herramienta para el despilfarro de los recursos públicos.
Uno de los de los objetivos planteados en sus inicios especificaba el financiamiento de proyectos en las áreas de educación y salud, pero fueron los menos priorizados. Del total de recursos asignados hasta mediados de 2015, a estos sectores se les destinó 2,92% y 2,55%, respectivamente.
En contraparte, el Fonden invirtió, entre 2005 y mediados de 2015, USD 8.693,14 millones, es decir 4,97 % del total de sus asignaciones, en la compra de armamento militar y vehículos de guerra, una cifra muy elevada para un país sin conflictos bélicos.
En materia de infraestructura, el documento muestra que gran parte de las obras financiadas por Fonden están paradas o nunca se iniciaron. Entre los proyectos a los que se inyectaron recursos y quedaron inconclusos destacan el sistema Ferroviario Ezequiel Zamora, el tercer puente sobre el Río Orinoco, el Puerto de Nutrias, las mejoras a las plantas petroquímica de Morón, el segundo puente sobre el Lago de Maracaibo y la construcción de seis hospitales especializados.
De los hallazgos de la investigación, llama la atención una inversión de USD 2,59 millones para la compra de réplicas del sable de Ezequiel Zamora. Este gasto nada tiene que ver con el desarrollo y bienestar del país.
De acuerdo con el documento extraoficial, los 781 proyectos financiados por el Fonden entre 2005 y mediados de 2015 fueron ejecutados principalmente por 10 órganos de la administración central: los ministerios de Economía; Petróleo; Transporte Terrestre; Energía Eléctrica; Industrias; Defensa; Agricultura y Tierras; Alimentación; Hábitat y Vivienda y la Vicepresidencia de la República.
La caja chica
El informe Fonden, una estrategia política para gastar sin control de la ONG Transparencia Venezuela también hace un recorrido por las leyes que se han sancionado o modificado desde 2005 para ampliar las funciones de la institución y para permitir que reciba más fondos.
Además, destaca que entre 2019 y 2020 el Fonden comenzó a obtener recursos a través de créditos adicionales que suelen publicarse con retraso en las gacetas oficiales.
El trabajo revela que en 2020 se aprobaron, al menos, dos créditos adicionales para el Fonden, uno en octubre por Bs 92.28 billones (equivalentes a USD 210,81 millones) y otro, publicado solo tres días antes de que terminara el año, por Bs 37,16 billones (USD 35,8 millones). Las gacetas oficiales no ofrecen mayores detalles sobre las fuentes de financiamiento para ambos créditos.
La investigación da cuenta de las inconsistencias existente en los datos publicados por organismos oficiales como el Ministerio de Economía, Finanzas y Comercio, el Banco Central de Venezuela (BCV) y la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) sobre los recursos enviados al Fonden. Asimismo, identifica a los funcionarios que han estado a cargo del fondo desde su creación, varios de los cuales han sido objeto de sanciones internacionales y están acusados, entre otras cosas, por presunta corrupción.
En conclusión, el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) ha funcionado como la caja chica de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Ha sido un presupuesto paralelo que les permitió manejar recursos mil millonarios de manera rápida, sin necesidad de someter a aprobación ningún proyecto y sin someterse a auditorías.
Fuente: Banca y Negocio
Por: Maria Laura Espinoza
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