El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, visitó dos resguardos indígenas en la Amazonía el jueves por primera vez como jefe de estado, a pesar de las protestas de algunos líderes tribales contra su impulso de abrir sus tierras protegidas a la minería comercial.
Bolsonaro, flanqueado por oficiales del ejército y un cacique tukano con tocado de plumas, observó a la comunidad local realizar un baile ritual en la reserva de Balaio, donde inauguró un puente.
El puente de madera fue construido por el ejército brasileño en un camino que va a la frontera con Venezuela, pasando por la reserva de Balaio, donde se han encontrado importantes reservas de niobio. El metal se utiliza para fabricar acero ligero para motores a reacción y otras aplicaciones especiales.
Bolsonaro ha mencionado regularmente su valor en discursos sobre las riquezas sin explotar del Amazonas que Brasil debe explotar.
La reserva de Balaio se encuentra en el curso superior del río Negro en el extremo noroeste de Brasil, cerca de las fronteras con Colombia y Venezuela.
Posteriormente, Bolsonaro visitó y pasó la noche en un puesto fronterizo militar en Maturacá, que se encuentra en el extremo occidental de la reserva Yanomami, la más grande de Brasil.
MINERÍA ILEGAL
La sección oriental de la reserva en el estado de Roraima ha sido invadida por más de 20.000 mineros ilegales de oro, que se han envalentonado por el apoyo de Bolsonaro a la legalización de la minería salvaje en Brasil.
Los líderes yanomami lamentaron la visita del presidente de extrema derecha a su reserva y reiteraron sus llamados a las autoridades para que expulsen a los mineros.
«El gobierno debe sacar urgentemente a los invasores de nuestros territorios para salvaguardar nuestra salud y la de la Madre Tierra», dijeron en una carta a Bolsonaro.
«No aceptamos la legalización de las actividades mineras en nuestras tierras, porque no traerá ningún beneficio a los yanomami», decía la carta firmada por los dirigentes de Maturacá.
La visita de Bolsonaro se produjo un día después de que los mineros de oro que buscaban ilegalmente en tierras indígenas a lo largo del río Tapajos en el Amazonas dispararan contra una aldea Munduruku e incendiaran la casa de uno de sus líderes.
La cámara baja del Congreso de Brasil, donde los partidarios de Bolsonaro tienen mayoría, está considerando una legislación propuesta por el gobierno que abriría la puerta a la minería comercial y la agricultura en los resguardos indígenas.
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