La soja texturizada es un alimento que se obtiene de la harina de esta legumbre. Se trata de un procesado (pero saludable, no todos los procesados son malos) libre de aditivos químicos y colorantes. Una vez que se obtiene la harina de soja, tras extraer el aceite de las habas y desgrasarlas, esta se somete a un proceso de extrusión que da lugar a un alimento que puede tener pinta de trozos de pan seco, migas o cortezas. Es la soja texturizada.
Se suele vender deshidratada, en trozos más o menos gruesos que van desde la soja texturizada fina (se asemeja carne a la carne picada) a porciones similares a filetes pasando por el formato grueso, similar a tacos de carne y en tiras. Al estar deshidratada, la soja texturizada tiene una fecha de caducidad muy larga y no requiere condiciones especiales para su almacenaje. También puedes encontrar soja texturizada como ingrediente de preparaciones listas para el consumo como hamburguesas o albóndigas vegetales.
¿Y qué hay de sus propiedades nutricionales? Antes de entrar en materia, te contamos que nos encontramos ante un alimento muy interesante nutricionalmente hablando. Es una excelente fuente de proteína (50 g de cada 100 g de producto seco es proteína) y contiene muy poca grasa. Posee además una cantidad significativa de fibra y 30 g de hidratos de carbono por cada 100 g. Además “la soja, a diferencia de otras legumbres como las lentejas o las alubias, contiene una proteína que se puede considerar completa o de alto valor biológico, por contener todos los aminoácidos esenciales y en una proporción y biodisponibilidad adecuada”, nos explica Julia Jiménez, dietista-nutricionista y directora de la Consulta de Psiconutrición No Sé Qué Cenar. “En cuanto a oligoelementos, al ser un producto deshidratado, sus nutrientes se concentran, dando lugar a una cantidad considerable de hierro, además de calcio, potasio, fósforo y vitaminas del complejo B”.
Sin dejar de pensar que se trata de un alimento con alta densidad proteica, Jiménez nos señala que el hecho de que se consuma hidratada hace que la cantidad de proteína que finalmente aportemos al organismo sea menor que la que se indica en la tabla nutricional del producto. “Si por cada parte de soja tenemos dos de líquido, estos valores nutricionales por 100 g en seco no son realmente representativos de la cantidad de proteína y micronutrientes que tendremos en 100 g de producto final hidratado, que será aproximadamente entre ½ ó 1/3 de su valor nutricional en seco”, afirma la experta.
Cómo consumir soja texturizada
Este producto alimenticio procedente de la soja se suele consumir hidratado, pero eso no quiere decir que si la pruebas “en crudo” te vaya a pasar algo. No es malo pero el sabor no es ni parecido al que se obtiene al cocinarla.
Lo típico, principalmente entre las personas que siguen una dieta vegetariana o vegana, es cocinarla como si fuera carne picada: para hacer boloñesas, lasañas, canelones, hamburguesas, albóndigas, para rellenar berenjenas, etc. Este alimento, al hidratarse, se vuelve poroso, absorbiendo todos los sabores como si fuera una esponja y adquiriendo una consistencia blanda y fibrosa, similar a la de la carne.
La soja texturizada se puede preparar de varias maneras. La más popular es dejarla en remojo unos 10-15 minutos hasta que se hinche para después escurrirla y prepararla como si de carne picada se tratara (friéndola en la sartén). Para el remojo se suele emplear agua a la que se le añaden especias y/o hierbas aromáticas y salsa de soja (para que se empape bien de sabor) o bien caldo. Si empleas líquido caliente acelerarás el proceso de hidratado. Si te pasas de tiempo no pasa nada. Otra manera de cocinar soja texturizada es echándola tal cual del paquete para que se hidrate en la propia salsa que se está preparando. Por ejemplo, si vamos a hacer una boloñesa. Por último, podemos obtener una soja texturizada muy sabrosa y en tiempo récord si la ponemos directamente en la sartén con un chorrito de aceite, la doramos ligeramente con especias y/o hierbas aromáticas, añadimos un poco de salsa de soja y la cubrimos con agua. Pondremos el fuego fuerte y en cuanto la soja haya absorbido el líquido estará lista para comer.
Fuente: Muy Interesante
Por: Maria Laura Espinoza
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