El desabastecimiento de gasoil desde el segundo semestre del año pasado, ha afectado el normal desempeño de todos los sectores que conforman el circuito de la producción de alimentos en nuestro país. En el 78% de las localidades rurales los combustibles son prácticamente inexistentes.
La producción agrícola vegetal desde el año pasado no ha podido realizar sus labores con normalidad por el desabastecimiento de gasoil, lo mismo sucede con la agroindustria, la ganadería y con la pesca y la acuicultura. Mientras tanto, el consumo de alimentos se desmorona por la pérdida constante del poder adquisitivo de la población.
Los productores de hortalizas solo han podido desarrollar un 35% de su capacidad productiva en este ciclo, por la imposibilidad de cultivar, cosechar y transportar su producción.
La cosecha de caña de azúcar estuvo casi paralizada hasta finales del ciclo de zafra. De un estimado de producción de 2.400.000 toneladas, hay una pérdida de 400 mil toneladas, y las labores de poscosecha y de riego, no se han podido efectuar en su totalidad.
El año pasado se perdieron un aproximado de 10.000 hectáreas de plátano en el Estado Zulia, por la escasez de combustibles. Este año la situación se torna más grave por la continua falta de gasoil y pudiera afectar a más del 70% de la producción de plátanos sembrados en zonas bajas cercanas a los ríos Chama y Catatumbo en el Sur del Lago de Maracaibo, ya que son terrenos anegadizos que requieren ser drenados con el uso de bombas de achique que funcionan con gasoil.
En el Estado Portuguesa, no se ha podido mecanizar la cosecha de 10 mil hectáreas de ajonjolí por falta de gasoil, este es un cultivo de exportación, existe el riesgo de un incumplimiento parcial de la cuota de exportación. Por otra parte, de no solucionarse de inmediato el desabastecimiento de gasoil, se quedaran sin cosechar unas 13.500 hectáreas de frijol, que es un 30% del área total a cosechar.
La situación de la producción de arroz es crítica: faltan por cosechar 20 mil hectáreas del ciclo norte verano y existe retraso en la siembra del ciclo invierno. Se programaron 60 mil hectáreas y solo se ha podido preparar el 50% de esta superficie.
Para este ciclo de invierno, el más importante para la producción de maíz, se ha estimado de acuerdo con el acopio de insumos, sembrar 120 mil hectáreas de los rubros blanco y amarillo en todas las zonas productoras del país. Además de la disminución de 30 mil hectáreas en relación a la superficie sembrada en el ciclo de invierno 2020, continuará aún más la caída de la producción si no se soluciona la escasez de gasoil, ya que por este problema solo se ha logrado preparar la tierra en una superficie de 20 mil hectáreas.
El déficit de la oferta de alimentos producto de la pesca y de la acuicultura, continúa en un aproximado de 200 mil toneladas. Las causas de esta crisis se han agravado por la escasez de gasolina y de gasoil y por el encarecimiento de este insumo en el mercado irregular. La crisis de los combustibles está causando distorsiones perversas en la estructura de los costos de producción, lo que impide la rentabilidad de pescadores y acuicultores y la disminución de la captura y de la producción de la acuicultura.
La oferta de carne y de leche se contrajo este año, debido al casi inexistente servicio de electricidad, lo cual ha incrementado el consumo del escaso combustible. El gasoil es necesario para la conservación de la producción y para el riego de pastizales. Debido a las fallas de electricidad y a la escasez de combustibles, los ganaderos han tomado medidas drásticas, como la reducción de los turnos de ordeño. Esta situación ha disminuido la oferta de leche fresca en un 13% este año.
En el sector de la agroindustria, el combustible es fundamental para el funcionamiento en casos de emergencia de las plantas generadoras de electricidad, el 50% de las agroindustrias han tenido que instalar estos generadores debido a la continua falta del servicio de electricidad. El suministro de materia prima se ha visto reducido debido a esta grave circunstancia y la distribución de alimentos elaborados está paralizada en un 80%.
El sector más perjudicado por el desabastecimiento fueron los centrales azucareros, los cuales han tenido que parar la molienda en plena zafra por la falta de gasoil para el funcionamiento de la factoría.
La producción de lácteos cerró el año 2020 con una disminución de su producción de un 50%. Esta tendencia se mantiene este año y tiende a agravarse debido al desabastecimiento de gasoil.
Mientras el sector de la producción de alimentos ha presentado problemas para poder producir normalmente, el consumidor ha sufrido una disminución dramática de su capacidad adquisitiva y la pérdida de empleos y de oportunidades de trabajo. Esta situación mantiene el consumo de alimentos en una situación de estancamiento, con tendencia hacia la baja, configurando un cuadro de desnutrición en la población más vulnerable de nuestro país. El consumo de alimentos está en 400 mil toneladas por mes, cuando normalmente debería ser un millón de toneladas. La oferta de alimentos fue suministrada en un 91% por el sector privado y en un 7% por el programa Clap. Existe un aparente abastecimiento de alimentos, el cual se mantiene en precario equilibrio por dos factores: la significativa caída del consumo y por el contrabando de alimentos frescos y manufacturados.
NP