Los directivos de los gremios que agrupan a la industria del libro en Venezuela han declarado al sector en emergencia y claman por «respiradores».
Aspiran que la celebración del libro 2021 en Venezuela se cristalice con vacunación para la población y de forma inmediata al personal sanitario y docente.
«Ellos son los responsables de la salud física y mental de los ciudadanos; manteniendo las medidas de bioseguridad la posibilidad de trabajar en forma continua y apertura de las escuelas, incentivos fiscales y oportunidades crediticias que favorezcan la producción», señalan en un comunicado.
Añaden que «los libros son pacientes con enfermedades previas que los hacen altamente vulnerables a la pandemia»:
– Caída del consumo del venezolano, los libros han experimentado un decrecimiento exponencial en su comercialización.
– Altos costos de producción. Relación tiraje precio final.
– Ausencia durante años de licitaciones para bibliotecas.
– Diversidad cultural en franco decrecimiento.
– Digitalización de los textos vs. costos de aplicación y deficiencias de la plataforma tecnológica en Venezuela.
– Estadísticas desarrolladas en la Cámara Venezolana de Editores, basadas en información oficial publicada por el Instituto Nacional de Estadísticas, Ine, indican una pérdida de mercado de alrededor del 70%, derivada de la prohibición de entrada de la editoriales de textos escolares privadas a los colegios públicos y la implantación de la Colección Bicentenario.
– Deficiencias formativas, de actualización y salariales para los docentes.
Con la llegada de la pandemia, al igual que otros rubros de la economía, librerías, editoriales, escuelas, imprentas, permanecieron cerradas durante meses y más recientemente con apertura intermitente. El alza de las cargas impositivas también dejó sentir su peso en el deteriorado presupuesto y con ello el cierre de más librerías y editoriales.
«Carecemos de los atractivos de los bodegones, sin embargo, somos responsables de la generación de conocimiento, educación y cultura, pero nuestros márgenes de rentabilidad y flujo de caja están prácticamente agotados. Escasez de inventario y poca capacidad de producción es la sombra que se cierne sobre los libros», finaliza el texto.
Fuente: Banca y Negocios
Por: Maria Laura Espinoza
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