Tras la derrota de Donald Trump en las pasadas elecciones, los republicanos de EE.UU. están impulsando en más de 40 estados cambios legislativos que han puesto en pie de guerra a demócratas, activistas y al sector empresarial por considerarlas un intento de limitar el derecho al voto de las minorías.
Con la vista puesta en los comicios de medio mandato de 2022, los legisladores conservadores han presentado más de 250 propuestas de ley en 43 estados con el argumento de que quieren proteger “la integridad” de la votación, después de que Trump asegurara, sin pruebas, que hubo fraude en las elecciones de noviembre, un mensaje que ha calado en el electorado republicano.
De salir adelante esas iniciativas podrían restringir el voto por correo y el presencial por anticipado, además de exigir requisitos más estrictos de identificación para poder sufragar, en un país donde no existe el carné de identidad.
La cofundadora del grupo Black Voters Matter (los votantes negros importan) LaTosha Brown explicó a Efe que estas prácticas de supresión del voto de las minorías no son nuevas en EE.UU., aunque reconoció que “el ataque contra la democracia se ha intensificado”, a raíz de “la gran mentira” de Trump de que hubo fraude electoral.
Una participación histórica
“Lo que ha pasado es que el candidato republicano perdió, en parte, por la participación histórica, y con los electores negros en muchos estado marcando la diferencia; así que lo que estamos viendo parece ser un castigo contra los votantes negros”, indicó Brown.
En ese sentido, la activista subrayó que la participación de las minorías en los comicios ha ido creciendo en los últimos años, con lo que “la resistencia y la supresión” de sus votos es actualmente más intensa.
EE.UU. vivió en las elecciones de 2020 una afluencia histórica a las urnas, con 116 millones de personas que acudieron a sufragar, es decir, el 73 % del electorado, según el diario The Washington Post.
El caso reciente más sonado sobre restricciones al voto ha sido el de Georgia, donde los republicanos aprobaron una reforma electoral que, según sus detractores, limita el derecho a sufragar porque añade nuevos requerimientos en caso de querer hacerlo por correo y porque prohíbe dar comida y bebida a los electores que esperen para depositar su papeleta, entre otras disposiciones.
El voto por correo, precisamente, fue esencial en las pasadas elecciones generales debido a la pandemia, y el blanco favorito de Trump, que no paró de criticarlo y considerarlo una fuente de fraude electoral.
Sector empresarial se implica
La reforma de Georgia no sólo ha desencadenado las críticas de activistas y demócratas, hasta el punto de que el mismo presidente del país, Joe Biden, se ha pronunciado para rechazarla, sino que grandes compañías como Coca Cola, Apple y Delta han expresado su repulsa.
Mike Ward, cofundador y vicepresidente de Civic Alliance, una coalición empresarial no partidista que lucha para defender la democracia, detalló a Efe que el mundo corporativo cada vez se está implicando más en este tipo de batallas.
“Una democracia sana es buena para los negocios en EE.UU.”, resumió a Efe Ward, quien precisó que un sistema democrático fuerte permite que la economía avance y que las empresas tengan buenos resultados.
Además, a su juicio, la democracia moviliza a empresas, trabajadores y clientes, que quieren ver un acceso libre a las urnas.
En Georgia, Civic Alliance impulsó un comunicado firmado por más de 170 firmas, entre las que figuraban Paypal, Uber, Twitter y H&M, que pedía a los responsables políticos proteger el acceso al sufragio.
La batalla más allá de Georgia
Ante el papel que está desempeñando el sector empresarial, el líder de la minoría republicana en el Senado de EE.UU., Mitch McConnell, ha advertido a las compañías de “consecuencias serias”, después de que muchas condenaran la reforma electoral en ese estado.
Sin embargo, a la vista de posibles represalias contra las compañías, Ward opina que en estos casos las empresas tienen el apoyo de la mayoría de los estadounidenses, especialmente en un asunto con un respaldo tan popular como es el acceso al voto, lo que puede contrarrestar este tipo de amenazas.
Tras Georgia se avecinan batallas similares en varios estados, entre los que Latosha Brown destaca Texas, uno de los bastiones republicanos, donde la dinámica demográfica puede hacer modificar el sentido del voto. “Es un estado que está cambiando, la mayoría de la población menor de 18 años son comunidades de color”, indicó la activista.
En definitiva, la lucha por el derecho a voto posiblemente se vaya intensificando conforme el calendario vaya avanzando hacia las elecciones de medio mandato.
EFE