Las sanciones del Departamento del Tesoro señalan a diez altos oficiales relacionados con el golpe de Estado y a tres empresas propiedad de los militares birmanos.
Manifestantes se reúnen el 11 de febrero ante la embajada china en Rangún, la ciudad más grande de Myanmar diez días después del golpe militar.
El gobierno de Estados Unidos impuso el jueves sanciones a diez de los principales líderes del golpe militar ocurrido el 1 de febrero en Myanmar, que llevó a la detención y derrocamiento de la líder civil de facto Aung San Suu Kyi y el Presidente Win Myint.
En una declaración de prensa el Departamento de Estado informó que también están incluidas en la congelación de bienes tres empresas relacionadas con el mercado de piedras preciosas, supuestamente en poder de los militares.
“Hemos sido claros: esto fue un golpe, y no nos quedaremos de brazos cruzados. Este golpe intenta rechazar la voluntad del pueblo de Birmania [Myanmar] expresada durante las elecciones de noviembre de 2020”, indica la nota.
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Los implicados y las sanciones
Las sanciones, apunta el Departamento de Estado, están dirigidas de manera específica “a miembros actuales o anteriores de las Fuerzas Armadas” implicadas en el golpe, y aclara que las medidas “no tienen como objetivo la economía ni el pueblo de Birmania”.
En conferencia de prensa, el jueves, el portavoz del departamento de Estado, Ned Price, recalcó el interés de la administración del presidente Joe Biden en que el gobierno de China condene el golpe en Myanmar.
Los birmanos protestan en Rangún, la ciudad más grande de Myanmar, donde los militares efectuaron un golpe al gobierno civil el 1 de febrero de 2021.
“Seguimos pidiendo a China que condene el golpe de Estado que tuvo lugar en Birmania el 1 de febrero. Esperaríamos que los chinos desempeñen un papel constructivo en el restablecimiento de la democracia del gobierno civil en Birmania. Esto es coherente y, en realidad, es un interés compartido que tenemos”, dijo Price.
Las designaciones, a cargo del Departamento del Tesoro, señalan a altos oficiales relacionados con el golpe actual y a otros señalados por delitos cometidos anteriormente contra los derechos humanos.
Entre los principales implicados están el comandante en jefe de las fuerzas militares de Myanmar, el general Min Aung Hlaing, ya sancionado anteriormente por el Departamento del Tesoro estadounidense; también su comandante en jefe adjunto Soe Win, así como otros altos oficiales.
Las empresas sancionadas son: Myanmar Ruby Enterprise; Myanmar Imperial Jade Co., LTD. y Cancri (gemas y joyas) Co., LTD.
Tras la imposición de las sanciones, los bienes e intereses propiedad de las personas y entidades mencionadas anteriormente, quedan bloqueadas y deben de ser reportadas de inmediato a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés).
Así mismo queda prohibido cualquier tipo de transacción de ciudadanos estadounidenses o dentro de EE. UU. con las entidades y personas señaladas.
«En respuesta al golpe de estado»
Precisamente el jueves el presidente Biden tuvo una conversación telefónica de dos horas con su homólogo chino, Xi Jinping, aunque la Casa Blanca no mencionó el tema de Myanmar en su comunicado.
El decreto ejecutivo firmado por el presidente Biden ha sido “en respuesta al golpe de Estado en Birmania”, informó la Casa Blanca.
Miles protestan contra militares en Birmania por tercer día consecutivo
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“Las sanciones de hoy no tienen por qué ser permanentes. El ejército de Birmania debe restaurar inmediatamente el poder al gobierno elegido democráticamente, poner fin al estado de emergencia, liberar a todos los detenidos injustamente y garantizar que los manifestantes pacíficos no sean enfrentados con violencia”, exigió el Gobierno estadounidense.
Además como medida colateral, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) anunció la redirección de 42,4 millones de dólares en asistencia a la nación asiática en los que se incluye “apoyo para reformar la política económica, y a programas que apoyen y fortalezcan a la sociedad civil y el sector privado”.
USAID destinará aproximadamente 69 millones de dólares en programas bilaterales enfocados en el sistema de salud para el pueblo birmano, derechos humanos, el fomento de la seguridad alimentaria, “apoyar a los medios independientes y promover paz y reconciliación en regiones afectadas por conflictos”, concluyó la Casa Blanca.
Por Voz de América