La posibilidad de una tercera reconversión de la moneda venezolana, que, en principio, y, según observaciones de algunos expertos financieros, quitaría de nuevo hasta cinco ceros al actual bolívar, se asoma con mucha fuerza en un futuro inmediato dentro del panorama de la economía venezolana, e incluso, podría darse durante el primer semestre de 2021.
La necesidad de una reconversión se refleja inminente, cuando prácticamente, la calle ya la hizo. Al preguntar o al hablar de un precio, la gente lo cifra en miles, eliminando la palabra millón. Mil bolívares, es un millón. Un kilo de leche, por ejemplo, que puede valer siete millones, se refiere con “siete mil bolívares”.
Pero adicionalmente, el sistema de pagos camina hacia el colapso. La cantidad de dígitos que se manejan hoy cotidianamente – siete o más, sin decimales-, convulsiona los puntos de pago, los cajeros y, muy especialmente, las sumas y restas normales de un presupuesto doméstico, según un reporte de El Impulso.
«Ni el bolívar fuerte ni el bolívar soberano han derrotado la inflación, dice el economista César Aristimuño en su portal económico Banca y Negocios. Sus resultados han sido totalmente contrarios. Por ejemplo, 70 bolívares de hoy son equivalentes a 7.000.000.000 (siete mil millones) de antes de las reconversiones, ejecutadas en el país, la primera, en 2008 y la siguiente 10 años después.
José Guerra, economista exdirector del Banco Central y diputado a la Asamblea Nacional, ratifica que el Gobierno prepara la tercera reconversión monetaria, para eliminar entre cinco y seis ceros al cono monetario, “ante el hecho cierto de que la cantidad de dígitos que ha generado la hiperinflación está dificultando las transacciones de la economía, a lo que se agrega la imposibilidad de conseguir billetes para realizar pagos de menores proporciones”.
Pero sin medidas adicionales pasará lo mismo otra vez
Cuando se habló de la primera reconversión, en 2008, durante el mandato de Chávez, los expertos alertaron al gobierno de que, si no se aplicaban otras medidas económicas conjuntamente con la supresión de los ceros, esta no serviría de nada. No se les prestó atención, y la economía, impuso sus reglas.
Igual, cuando Maduro anunció su reconversión, o la supresión de cinco ceros al valor del entonces bolívar fuerte, puesta en práctica en agosto de 2018, las advertencias del mismo tenor resonaron a través de los expertos. De nuevo quedaron desatendidas, y, apenas a dos años y cuatro meses, las consecuencias han sido peores. El bolívar soberano hoy agoniza.
De acuerdo con los expertos, la supresión, de darse, esta vez será de cinco o seis ceros más.
En ese sentido, el doctor Aristimuño dice que el BCV debe ejecutar nueva reconversión monetaria en el primer semestre de 2021, pues ya se están analizando opciones para «relanzar» el bolívar, con la eliminación de al menos tres ceros al cono vigente.
Pero no es el remedio, señala. “Son ocho ceros que se le han quitado a la moneda. Ninguna de las dos reconversiones logró el objetivo de bajar los altos niveles de inflación e hiperinflación que hemos tenido en los últimos años».
Un nuevo ejercicio de este tipo, agrega, tampoco cumplirá ese objetivo. La reconversión es una consecuencia de la inflación, y puede ser parte del remedio, pero se requiere mucho más, en términos de estrategia económica, para derrotar al mayor flagelo de la economía venezolana.
Por su parte, Guerra señala que, si la reconversión no se acompaña de medidas fiscales y monetarias para contener la inflación, en poco tiempo restaurará los ceros que se le quiten al bolívar. Asegura que se requiere de un programa de reformas económicas de largo aliento que acabe con la hiperinflación y siente las bases para reanudar el crecimiento de la economía.
Resume que el BCV no debe seguir financiando el Fisco Nacional mediante emisión de dinero sin respaldo, pues se requiere, fondos en divisas y detener la creación de dinero de la nada. Sobre la base de ese acuerdo procedería la sustitución del bolívar por otra moneda nacional que mantendría una relación estable con el dólar, y así, anclar los precios y parar la hiperinflación.
Otro economista, el diputado Ángel Alvarado, indica en declaraciones a un medio capitalino, que el tema de la reconversión en hiperinflación no tiene sentido, porque como la hiperinflación sigue, si se convierte la moneda hoy, esa moneda pierde validez al año, como ocurrió con el bolívar soberano.
La reconversión, añade, se hace necesaria, pero no tendrá efecto alguno si no hay un control real de la hiperinflación. “Seguramente hace falta otra reconversión, pero, más que una reconversión, hay que acabar con la hiperinflación”, añadió.
La reconversión más reciente entró en vigor el 20 de agosto de 2018, cuando 100.000 bolívares fuertes se convirtieron en un bolívar soberano. El dólar cerró ese mes de agosto, en 101,5 Bs.S,, y pasó de 114,90 al cierre de septiembre de 2018, a 241,57 el último día de octubre, un incremento de 109,4 % en apenas dos meses.
A un año, el domingo 01 de septiembre de 2019, ya el dólar estaba en 25.950 bolívares, y otro año después, el martes 01 de septiembre de 2020, alcanzó 336.821bolívares. A la una de la tarde del martes 28 de noviembre, el dólar desbordó 1.010.000 bolívares, una devaluación de 50 % solo en ese mes. Para el 5 de diciembre, marcaba 1.305.000 bolívares.
Fuente: Banca y Negocios
Por: Maria Laura Espinoza
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