En medio del clima de la pandemia en Francia, el pasado primero de julio cerraba sus puertas en el bulevar Saint Germain de París la galería Denise René, donde funcionaba desde 1966. Aunque continuaba actividades en el Marais, “una etapa se cierra para este histórico enclave del arte”, reseñaba la Radio y Televisión Francesa.
René (1913-20129) fue, en efecto, un personaje clave en el lanzamiento de una tendencia llamada a revolucionar la historia del arte. Con la idea de que “el arte tiene que inventar nuevos caminos por existir”, en febrero de 1944 abre su galería en la Rue La Boétie con una exposición de dibujos y composiciones gráficas del entonces joven artista Victor Vasarely. A partir de allí, se consagró a defender a los creadores de la vanguardia.
En 1955, esos caminos eran la abstracción geométrica y luego el cinetismo, con la incorporación de la tecnología al arte, a los que ella brindó un decidido impulso con la muestra El movimiento, con trabajos de Nicolas Schöffer, Yaacov Agam, Jean Tinguely, Otto Piene, Jean Arp, Alexander Calder, Victor Vasarely, Sophie Taeuber-Arp, Pol Bury, Le Corbusier, Robert Delaunay, Max Bill y Sonia Delaunay, entre otros.
Destacan en esa exposición los nombres de los venezolanos Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, quienes entonces se abrían camino. “Con el transcurrir del tiempo cambiaron las modas y los estilos, pero ella siguió defendiendo la misma idea, el arte abstracto, que se asentó sólidamente en la historia», declaró Cruz-Diez.
Fue precisamente este maestro fallecido recientemente, quien brindaría el impulso a otra galerista que, aquí en Venezuela, emprendería un camino semejante: Magdalena Arria.
Enterado de la atracción de aquella muchacha de 16 años por el arte, Rodolfo Centeno, amigo de la familia, la llevó a conocer los espacios del Estudio de Artes Visuales Carlos Cruz-Diez, donde el que un día sería el famoso artista llevaba a cabo trabajo de diseño, ilustración y publicidad de revistas de la época, como Círculo Anaranjado y El Farol, de las petroleras Mene Grande y Creole: Tricolor, del Ministerio de Educación, e incluso la popular publicación humorística El Gallo Pelón.
“No era precisamente un taller”, recuerda Magdalena Arria. “Allí desarrollaba su obra, al mismo tiempo que hacía publicidad, pero era un espacio muy interesante al que se acercaban artistas e intelectuales de la época, como Miguel Otero Silva, Pedro Francisco Lizardo, Oscar Sambrano Urdaneta, Jesús Soto, Jacobo Borges, Oswaldo Vigas, entre muchos otros que participaban en las tertulias que tenían lugar en las tardes, sobre todo los viernes”.
En 1960, luego de haber participado en la exposición de lanzamiento del cinetismo con Denise René, Cruz-Diez se instala en París. A su regreso a Venezuela, una década más tarde, da inicio a su etapa de integración del arte cinético a la arquitectura urbana, y le brinda respaldo a Magdalena Arria para la instalación de la que sería la primera galería dedicada al “arte de la reflexión, que es el arte abstracto, el arte constructivo”, como ella sostiene.
Fue así como en 1976, en las instalaciones del Parque Central, donde el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas había abierto sus puertas poco antes, nació Graphic CB2, como inicialmente se llamó la que hoy sería GraphicArt, con una exposición de la artista francesa Collette Dupriez, y un catálogo diseñado por Cruz-Diez que constituyó la imagen gráfica de la galería.
“Fue una época muy bella, de gran efervescencia en el mundo del arte. Uno podía inaugurar las exposiciones en la noche, y asistir a toda clase de eventos artísticos”, recuerda Arria, cuya galería, empujada por la realidad urbana, debió trasladarse al edificio La Hacienda de Las Mercedes, donde hoy funciona.
Los nombres nacionales e internacionales más destacados de esta tendencia, Cruz-Diez, Vasarely, Le Parc, Polesello, Francisco Salazar, Omar Carreño, Francisco Sobrino, Rafael Barrios, Manuel Mérida, Edgard Guinand, Édgar Negret, Walter Strack, Satoru Sato, Carlos Evangelista, Germán Botero, César Andrade, Joaquín Latorraca, Esteban Castillo, Nanín García, Octavio Herrera, entre muchos otros, han pasado por esos espacios en estos 44 años que la galería cumple el 12 de diciembre.
Desde allí, además, surgió otro destacado evento al que Magdalena Arria ha dedicado grandes esfuerzos durante 23 años: la Feria Iberoamericana de Arte, FIA, que ha servido, además, de plataforma de apoyo y lanzamiento a muchos creadores jóvenes. La galería, que participa representando a nuestros artistas en reconocidas ferias internacionales como ArtLima, ArtBo, Barcú, Art Miami y Art Paris, entre otras, abrió en la capital peruana el espacio GraphicArt Lima.
“Nuestra meta más importante ahora son los jóvenes valiosos que trabajan en esta línea”, destaca la galerista.
Aunque la polémica abstracción/figuración, que tantas páginas ha generado en la historia del arte, lejos de acabarse, parece haberse renovado con la partida de los maestros Soto y Cruz-Diez, Arria es tajante cuando se le pregunta por la vigencia de este arte.
“Ellos fueron grandes creadores del arte geométrico, investigadores e innovadores. Llegaron a París en el momento en que este arte se comienza a conocer y después forman parte del cinetismo dado a conocer por la Galería Denise René. Considero que, por su disciplina, compromiso y confianza en su propuesta creativa, son los referentes del arte geométrico para nuestras generaciones de artistas venideros”.
Fuente: El Universal
Por: Maria Laura Espinoza
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