Al pensar en seguridad informática lo primero que nos viene a la cabeza es el software antivirus. Herramientas como la copia de seguridad o el gestor de contraseñas pasan a un segundo plano. Pueden parecer dos herramientas secundarias, pero tras esa aparente simplicidad se esconde la clave para lograr un nivel de protección óptimo.
Cuando pensamos en seguridad informática lo primero que nos viene a la cabeza es el software antivirus. Esta herramienta de seguridad se puede haber granjeado buena reputación por ser la primera barrera de protección del sistema con la que chocan las amenazas, pero ni mucho menos es la única.
Las herramientas de seguridad de Norton incluyen varias de estas capas, tanto integradas en Norton 360, como en forma de aplicaciones independientes pero conectadas con el resto de aplicaciones de seguridad para trabajar de forma conjunta en la protección del sistema.
Haciendo una simplificación podríamos clasificar estas capas de seguridad como capas preventivas, como los gestores de contraseñas que evitan suplantaciones de identidad y previenen accesos; capas activas como el software antivirus o el cortafuegos, que evita de forma activa los ataques neutralizándolos; y capas reactivas, que son aquellas que se activan cuando el ataque ya se ha consumado como son las copias de seguridad.
Lamentamos darte esta noticia pero, como usuario, eres el eslabón más débil de la cadena de seguridad en torno a tu sistema. De hecho, existe una “técnica” de vulneración llamada ingeniería social especializada en tratar de engañar al usuario para que sea él mismo quien inserte la contraseña y franquee el paso a los atacantes.
Usar un gestor de contraseñas facilita la creación de contraseñas más robustas. Evitando secuencias lógicas como fechas, nombres o palabras que significan algo para el usuario y que, por lo tanto, puede recordar fácilmente, se reduce las probabilidades de que un atacante pueda «adivinar» la contraseña.
Los atacantes lo saben y, de hecho, cada año se renueva el diccionario de contraseñas más habituales. Para sorpresa de nadie, cada año se vulneran millones de sistemas y cuentas de usuario por tener configuradas contraseñas como 123456, password o qwerty.
Dado que el usuario no se enfrenta a la presión de tener que recordar una contraseña distinta para cada servicio, se aumenta exponencialmente la seguridad de sus cuentas y la protección frente a ataques de fuerza bruta para descifrarlas.
Además, el uso de un gestor de contraseñas facilita la rotación periódica de contraseñas. De ese modo, si un servicio ve comprometida la seguridad de sus usuarios, la cuenta vuelve a quedar protegida con cambios de credenciales desactivando la amenaza de las contraseñas filtradas.
Herramientas de seguridad como Norton 360 incluyen su propio administrador de contraseñas Norton Password Manager integrado en su suite de seguridad. De ese modo, el usuario cuenta con herramientas que le permiten crear, almacenar y administrar todas las credenciales de usuario, así como información de sus tarjetas de crédito cifrada en su propia bóveda de seguridad.
Copia de seguridad en la nube: lejos de los ataques, cerca de ti
En el siglo V a.C., el estratega militar chino Sun Tzu escribía en su manuscrito El arte de la guerra una cita que va como anillo al dedo para explicar el objetivo de las copias de seguridad.
La cita dice: “Los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar”.
En un contexto más actual de la ciberseguridad informática, si tu estrategia se basa en plantar batalla a las múltiples amenazas, la derrota es una variable que entra en juego. Por muy buenas que sean las herramientas de seguridad instaladas en tu ordenador, nadie puede garantizar una infalibilidad del 100%.
La parte negativa es que, cuando se trata de luchar contra enemigos tan sigilosos y dañinos como el ransomware, esa derrota conlleva la pérdida de tus datos y eso puede suponer pérdidas millonarias.
Es por ello que, para salir victoriosos de la batalla contra las amenazas de seguridad, lo mejor es no dejar nada al azar y asegurar los datos para que el desenlace final no afecte en absoluto a los datos.
Las copias de seguridad alojadas en la nube, son una herramienta esencial para la seguridad. Pero solo es efectiva si se mantienen perfectamente actualizadas antes de sufrir cualquier tipo de ataque.
Una copia de seguridad alojada en la nube eleva tu nivel de resiliencia y permitiendo una recuperación más rápida y eficiente de todos tus datos, y facilita una respuesta más agresiva ante los ataques con ransomware o cualquier otra incidencia.
Es por ello que herramientas de seguridad como Norton 360 integran un sistema de copia de seguridad en la nube como parte de su estrategia reactiva.
Un respaldo actualizado de tus archivos corta la dependencia de los datos que guardas en el almacenamiento de tu equipo, y te permite tomar medidas drásticas como restablecer por completo el sistema y reinstalarlo de nuevo recuperando rápidamente de la copia de seguridad en la nube.
Este método eliminará de un plumazo la amenaza que pretendía secuestrar tus archivos y no podrá ejecutar el secuestro de tus datos porque, de hecho, no te importa sacrificar los datos que se almacenan en los discos de tu ordenador, porque los tienes a buen recaudo en un servidor externo y en solo unos minutos puedes restaurarlos y seguir trabajando con normalidad.
Fuente: Computer Hoy
Por: Maria Laura Espinoza
En Twitter: @i_am_LauEz14
