Pretty Woman se convirtió en una película icónica de los años 90 y catapultó a la fama a una jovencisima y prometedora Julia Roberts y a Richard Gere, uno de los grandes galanes cuya popularidad se disparó tras la cinta de Garry Marshall, que se estrenó en 1990, hace ya 30 años, y que gracias a la buena fortuna y las decisiones acertadas logró recaudar cerca de 500 millones de dólares en todo el mundo. Paradójicamente, la cinta podría haberse quedado en la gaveta de un escritorio y nunca llegar a las salas de cine.
El titulo del guión original era 3.000, el dinero que iba a pagar el ejecutivo a la prostituta por pasar una semana juntos. Al final, la famosa canción de Roy Orbison que le sirvió de tema musical, fue la que le dio el nombre definitivo. Lo cierto es que no es lo único del guión que cambió. En realidad, el resultado final no tiene nada que ver.
Según confesó Julia Roberts recientemente, el final original era muy sombrío. En una conversación con la revista Variety explicó que el guión, elaborado por J. F. Lawton, era “muy oscuro” y “tenía un final muy fuerte”. En el original, una parte del trato era que ella iba a dejar de tomar drogas durante la semana que durara el acuerdo. Ella quería el dinero para viajar a Disneylandia. A final, él la echaba de su coche y acababa muerta por una sobredosis en un callejón.
La productora que se iba a encargar del rodaje se retiró y Disney decidió retomar el proyecto y rehizo el guión a la medida de Roberts. El trágico final se convirtió en final feliz y el drama pasó a ser una comedia romántica.
Los protagonistas tampoco iban a ser Roberts y Gere. De hecho, fueron de las últimas opciones que manejó el director de casting, pero al verlos juntos supo que tenían que protagonizarla porque emanaban una gran complicidad y química. Una de las actrices que más gustaba en el momento era Molly Ringwald, hoy día poco conocida pero que en la época era una luminaria en alza tras protagonizar El club de los cinco y La chica de rosa.
Pero Ringwald no se sentía cómoda con la idea de interpretar a una prostituta y rechazó el papel. Muchos fueron los nombres que se barajaron: Daryl Hannah, Sarah Jessica Parker, Brooke Shields y Jennifer Connelly. Todas declinaron porque pensaron que era deningrante para la mujer y tenían miedo de ser encasilladas en papeles de prostitutas. Winona Ryder y Drew Barrimore fueron rechazadas por el director por ser demasiado jóvenes.
A pesar de que antes de que Disney asumiera el proyecto la elegida era Roberts, el estudio quería que la protagonista fuera Meg Ryan, pero no hubo acuerdo. Roberts consiguió el papel, se quedó sin trabajo y lo recuperó en cuestión de tres días. No estaba demasiado cómoda con el guión de 3.000, pero cuando el director se reunió con ella y Gere para presentarles los cambios, supo que había acertado.
Con el papel de Edward Lewis ocurrió lo mismo. La lista de nombres era interminable. Harrison Ford, Danny Glover, John Travolta, Bruce Campbell, Christopher Lambert, John Heard, Burt Reynolds, incluso Christopher Reeve, quien tuvo que realizar la prueba con la directora de casting porque Roberts no pudo ir. La directora leyó tan mal su guión, que Reeve rompió el libreto y abandonó el estudio enfurecido.
Una de las pruebas más sólidas que se hicieron en pareja fue la formada por Al Pacino y Michelle Pfeiffer, pero ambos eran más idóneos para el guión original. Richard Gere también iba a rechazar el papel, a pesar de que durante los ensayos había tenido una gran química con Roberts. Él tenía 40 años y ella apenas 22. “Era un guión tonto, pero cuando me llegó, el papel era un traje para mí. Era poner a alguien en un traje, básicamente”, relató Gere hace pocos meses cuando fue preguntado sobre si pensaban que el filme iba a ser el éxito que fue. Gere recordó que estaba con Roberts cuando iba a comunicar su decisión a los productores por teléfono: entonces ella le pasó una nota que decía “por favor, di que sí” y él, confesó, no se pudo resistir.
El cartel promocional de la película muestra a los dos protagonistas de la historia. Sin embargo, el cuerpo de Roberts corresponde a una modelo sobre la que se pegó la cara de la actriz. El papel de Vivian llevó a Julia Roberts a ganar un Globo de Oro y a recibir su primera nominación al Óscar.
La canción más recordada de la película es la que le da nombre, un tema lanzado por Roy Orbison en 1965, que retomó todo su esplendor con la comedia romántica. Otro de los temas inolvidables es It Must Have Been Love. Per Gessle, de Roxette, estaba en Los Ángeles preparando una gira con el grupo y le pidieron que escribiera una canción para la película 3.000. Como no tenía tiempo, ofreció una canción navideña que ya habían lanzado en Suecia. El tema enamoró al director Garry Marshall y sólo hubo que hacer un pequeño retoque en la letra para eliminar la palabra Navidad antes de incorporarla a la banda sonora.
Pretty Woman ha sido siempre un sinónimo de éxito, incluso en la televisión. Es la película más emitida en los últimos 30 años y con los mejores resultados. Nunca ha bajado del millón de espectadores y del 11 por ciento de cuota de pantalla, pero los resultados de los primeros años fueron los más espectaculares.
A esta altura ya es un clásico de Hollywood, una de esas películas para levantar el ánimo que abundan en las listas de recomendaciones para soportar mejor la cuarentena. Pero esta historia del príncipe azul que rescata de la marginalidad a una trabajadora sexual, ¿podría haber sido filmada hoy, cuando los movimientos feministas como MeToo y Time’s Up están tan presentes en la consideración de contenidos de la industria? ¿Usted qué piensa?
Fuente: El Universal
Por: María Laura Espinoza
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