Por quinto día consecutivo, los manifestantes se volvieron a dar cita frente a la Casa Blanca. Durante el día, estas protestas suelen ser pacíficas; sin embargo, con la noche, suele llegar el caos. La alcaldesa de Washington decretó el lunes el toque de queda para evitar nuevos disturbios.
Agentes de policía hacen guardia mientras los manifestantes participan en una protesta cerca de la Casa Blanca contra la muerte bajo custodia policial de George Floyd en Minneapolis.
WASHINGTON – Por quinto día consecutivo, este martes miles de ciudadanos se volvieron a dar cita frente a la Casa Blanca para manifestar su rabia por la muerte de George Floyd cuando se encontraba bajo custodia policial, el pasado 25 de mayo.
A pesar del carácter pacífico de la protesta en el centro de Washington, según caía el sol, más personas se acercaban a las proximidades de la residencia presidencial, en lo que parecía un claro desafío a las autoridades, que el lunes decretaron el toque de queda, desde las 19:00 hasta las 06:00 hora local.
«Estoy aquí protestando porque desde hace muchos años ya hay mucha brutalidad contra los morenos en los Estados Unidos», explicó a la Voz de América el joven Michael, de 28 años.
A lo largo de la jornada miles de personas se volvieron a reunir en los alrededores de la Casa Blanca con pancartas y altavoces, exigiendo justicia y acción por parte de las autoridades por este crimen, al que algunos catalogan como un acto de racismo.
Los manifestantes que llegaron el martes a la Casa Blanca, pedían a los policías y demás miembros de los cuerpos de seguridad que se arrodillaran como muestra de respeto y apoyo a sus demandas. Coreaban, además, cánticos en memoria de George Floyd o exigiendo que el presidente Donald Trump sea encarcelado.
«Estoy protestando porque estoy furiosa con lo que está pasando en este país (…). Son 400 años de injusticia racial, de falta de igualdad racial. No voy a esperar a que muera uno de mis amigos», declaró a la VOA María, quien se encontraba a escasos metros de la Casa Blanca.
Lo que acontece es parte de una serie de manifestaciones que se han dado en la capital estadounidense, a pesar del toque de queda que la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, impuso el lunes.
Otra noche de protestas y saqueos en ciudades de EE.UU.
Gran parte de las protestas comenzaron pacíficas, pero de una forma u otra se destapó la violencia en medio de un ambiente ya caldeado entre las fuerzas del orden, que trataban de despejar las calles, y los manifestantes.
Esta orden no detuvo anoche a las decenas de manifestantes que, desafiantes, volvieron a rodear las cercanías de la Casa Blanca.
El domingo, los manifestantes habían llegado hasta la verja Casa Blanca, donde fueron dispersados por grupos antidisturbios de la policía, que hicieron uso de gases lacrimógenos después de que se produjeran enfrentamientos violentos. Las acciones contra los manifestantes no fueron menos el lunes.
Momentos antes de que el toque de queda entrara en vigencia, la policía de la ciudad comenzó a solicitar a los manifestantes que se retiraran de las calles y lanzaron gas lacrimógeno contra los manifestantes, pero algunos de estos lanzaron los proyectiles de vuelta a las autoridades.
Asimismo, en esta ocasión, la policía local se vio reforzada por la policía militar, el servicio secreto y la policía montada, con el objetivo de disuadir a los manifestantes para que se retiraran de las calles y obedecieran el toque de queda.
El despliegue de la policía militar en estos eventos de protestas civiles, no se había visto desde 1992, cuando fueron llamados a prestar servicio en los disturbios de la ciudad de Los Ángeles, California.
La policía militar reforzó a las fuerzas del orden en la ciudad de Washington DC para contener las manifestaciones por el asesinato del afroamericano George Floyd.
Ya antes, el presidente Donald Trump había advertido con activar al ejército en caso que los gobernadores y las fuerzas locales del orden no lograran apaciguar las protestas que se están realizando en gran parte del país.
Según datos brindados a la Voz de América, cientos de policías militares de tres bases de las Fuerzas Armadas han recibido órdenes de prepararse para su posible despliegue en Minnesota, en caso de que el gobernador solicite su asistencia.
Con el refuerzo de la policía militar, las autoridades comenzaron a acordonar los alrededores de la casa y presionar a los manifestantes para que se movilizaran lejos de la Casa Blanca.
Asimismo, utilizaron un helicóptero militar que sobrevoló a baja altura con el objetivo de persuadir a los grupos de protesta para que se retiraran de las calles y cumplieran con el toque de queda.
Las manifestaciones que se han registrado en los últimos días surgieron después que se diera a conocer el vídeo sobre el arresto y muerte de George Floyd, un afroamericano que murió bajo custodia de la policía de Minessota, después de que el oficial Derek Chauvin mantuviera su rodilla sobre el cuello de Floyd durante más de 8 minutos, causándole asfixia y matándolo.
Desde entones, millones de personas han protestado por la brutalidad de la policía pero en la mayoría de lugares, las manifestaciones se han tornado violentas y han generado actos de vandalismo y conflictos con las fuerzas del orden.
Por Voz de América
(Con la colaboración de Alejandra Arredondo, Jorge Agobián, Bricio Segovia y Herbert Zepeda)