Archive for marzo 22nd, 2020

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Maduro vuelve a pedir ayuda al FMI esta vez por mil millones de dólares

Posted on: marzo 22nd, 2020 by Laura Espinoza No Comments



El líder del régimen argumenta que los fondos de emergencia podrían asignarse a través de programas diseñados para comprar alimentos, medicamentos y mejorar la infraestructura de algunos hospitales

 

El presidente Nicolás Maduro, por segunda vez en el mismo mes, vuelve a pedir un préstamo al Fondo Monetario Internacional. Esta vez la solicitud de asistencia es de $ 1 mil millones, después de que la organización de Washington rechazara un paquete de rescate financiero más grande, según cinco personas familiarizadas con la solicitud.

 

 

El Fondo Monetario Internacional (FMI) rechazó el pasado lunes la petición de asistencia financiera de 5.000 millones de dólares del Gobierno de Venezuela para atender la pandemia del coronavirus.

 

 


“Lamentablemente, el Fondo no está en condiciones de considerar esa solicitud”, dijo a Efe un portavoz del FMI.

 

 

El vocero señaló que el compromiso del FMI con los países miembros se basa en el reconocimiento oficial del Gobierno por parte de la comunidad internacional, como se refleja en la membresía de la institución.

 

 

La administración de Nicolás Maduro argumenta que los fondos de emergencia podrían asignarse a través de programas diseñados para comprar alimentos, medicamentos y mejorar la infraestructura de algunos hospitales para atender a pacientes con coronavirus, dijeron tres de las personas.

 

 

Un funcionario de prensa del FMI dijo que el fondo tiene la más profunda simpatía por la crisis humanitaria que enfrenta el pueblo venezolano y se refirió a una declaración del miércoles en respuesta a la solicitud anterior de $ 5 mil millones de Venezuela, que decía que el FMI no puede considerar las solicitudes del gobierno de Maduro, porque no es reconocido por la comunidad internacional.

 

 

Los funcionarios de prensa del Ministerio de Información de Venezuela esta vez no respondieron a las solicitudes de comentarios.

 

 

Maduro ordenó una cuarentena a nivel nacional a partir del martes para frenar el ritmo de la infección. El sistema de salud de Venezuela, agotado por una recesión de siete años, está en forma precaria, sufriendo una gran escasez de cualquier cosa, desde antibióticos y equipos de protección hasta agua y jabón. El gobierno ha reportado 42 casos confirmados.

 

Leer Artículo en Bloomberg

FAES se llevó detenido al periodista Darvinson Rojas

Posted on: marzo 22nd, 2020 by Laura Espinoza No Comments



Los efectivos le partieron la cabeza al padre del comunicador, quien estuvo brevemente detenido junto a la madre del reportero


 
 Funcionarios de la FAES se llevaron detenido este sábado en la noche al periodista Darvinson Rojas cuando este se encontraba en su vivienda.

 

 

El comunicador había denunciado en su cuenta de Twitter que los efectivos se habían presentado en su residencia para pedirle «colaboración» de trasladarse al comando porque supuestamente recibieron una llamada anónima que reportaba un «caso» de coronavirus

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Rojas dijo que lo funcionarios le advertían que si no acataba la orden se lo llevarían detenido.

 

 

«Funcionarios de las FAES quieren entrar a juro a la casa, incluso amenazan a los vecinos que salieron a la calle», expresó.

 

 

Luego se perdió comunicación con Rojas, de acuerdo con reportes de periodistas y del SNTP.

 

 

Daniel Colina indicó que a Rojas se lo llevaron detenido junto a sus padres, también sacaron de la casa una computadora.

 

 



 
Rojas también publicó, antes de que se perdiera comunicación con él, un audio en el que explicó, recalcando que los funcionarios le estaban dando golpes a su puerta, que se lo querían llevar por unos tuits que había publicado. De fondo se escuchaban gritos y golpes.

 

 

A Daniel Colina un familiar le dijo: «Se lo acaba de llevar la FAES, más de 15 funcionarios, a su papá y a su mamá también se los llevaron. Se llevaron dos computadoras, se regresó un grupo de 8 funcionarios. Tienen la casa rodeada, San Pablito, Mamera, sector el Cují».

 

El denunciante también aseguró que los funcionarios golpearon al padre de Rojas y le partieron la cabeza.

 

Tanto el papá como la mamá fueron luego puestos en libertad.

 

 

Después de la detención de Rojas, la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas, hizo la denuncia en Twitter y recordó que el periodista ha reportado la existencia de casos de coronavirus que el régimen de Nicolás Maduro no ha dado a conocer.

 

 

El director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco, expresó por su parte que la FAES es una organización criminal que le «hace el trabajo sucio a Maduro».

 

 

Asimismo Luisa Ortega Díaz, fiscal general en el exilio, calificó de grave la detención de Rojas. «La tiranía está deseperada por ocultar la verdad», afirmó.

 

Con información de El Nacional

Totalitarismo y epidemia

Posted on: marzo 22nd, 2020 by Laura Espinoza No Comments


 
Hay un vínculo profundo e histórico entre totalitarismo y epidemia. A lo largo de los siglos XX y XXI es posible documentar los múltiples modos en que los regímenes totalitarios han usado las epidemias: o las han provocado, o las han inventado para fines propagandísticos, o las han ocultado (como ya se ha comprobado en la tragedia planetaria que está causando el coronavirus), o las han utilizado para mantener su aplastante dominio sobre sociedades y personas.

 

 

Cuando llegó la primavera de 1921 a la llamada Región del Volga, estaban dadas las condiciones que podrían derivar en una hambruna -que es, en lo esencial, una epidemia de hambre-. La producción agrícola había caído en 50%, producto de la sequía. La industria había sido destruida y la guerra civil rusa había mermado la cantidad de campesinos activos. Entonces Lenin ordenó el uso de «métodos revolucionarios duros»: la Cheka realizaba expediciones para asesinar a los dirigentes. Se crearon «comités de requisa» que confiscaron los cereales y el resto de productos agrícolas, para que ellos fuesen de uso exclusivo de los bolcheviques y de las fuerzas militares. Se acusó a los pequeños productores agrícolas -kulaks- de sabotear la revolución. Los almacenes agrícolas y las alacenas domésticas fueron arrasados.

 

 
En semanas, millones de familias distribuidas en un vasto territorio, quedaron sin alimentos, sin recursos para sobrevivir y sin semillas para volver a sembrar. Durante meses, los comunistas locales negaron los hechos, mientras miles y miles de niños y ancianos morían de hambre. Cuando llegó el invierno de 1921, entre 1,5 y 2 millones de personas habían muerto por inanición, y no había solución a la vista. Entre 1920 y 1922, la población, en esa región específica, se redujo en más de 5 millones. De estos, entre 80% y 90% perdieron la vida por falta de alimentos. Cerca de medio millón de refugiados abandonaron los campos en busca de algo para comer: días después morían en caminos o caían en las calles de cualquier poblado. El subcapítulo de lo ocurrido en Tartaristán debe ser uno de los más atroces: casi 2 millones de mongoles -campesinos y sus familias- murieron de hambre. Difícilmente, en el espacio de este artículo, cabría relatar la ferocidad de la máquina de horror que Lenin puso en marcha. Aunque a partir de 1922, el régimen aceptó ayuda internacional -principalmente de la Administración Estadounidense de Socorro-, lo primordial de esfuerzos estuvieron concentrados en ocultar lo que estaba ocurriendo. Algo más que hoy conviene recordar: la ayuda internacional cesó, cuando Estados Unidos y los entes internacionales descubrieron que los comunistas vendían a otros países las donaciones de alimentos que recibían.

 

 

Los comunistas rusos no recibieron ninguna lección de aquella devastación. Nuevamente crearon un infierno en Ucrania, que la historia ha registrado con la palabra Holodomor: entre 1931 y 1934, alrededor de 5 millones de personas murieron de hambre en la Unión Soviética. De ese total, alrededor de 80% era ucraniano. Pagaron con sus vidas, muchas veces en escenas dantescas, el ser campesinos que producían cereales. Fueron liquidados, con violencia multiforme e ilimitada, por la voracidad del estalinismo.

 

 

Este horror volvería durante cinco años (1958 a 1962), esta vez en la China del más grande asesino de masas que tuvo el siglo XX: Mao Tse-tung. Como ha explicado el historiador alemán Frank Dikötter, una cuestión sustantiva del debate consiste en saber si la epidemia de hambre, más las ejecuciones cometidas por las milicias armadas y las patrullas del Ejército Rojo, sumaron 35, 40 o 45 millones. Nada menos. Decenas de millones muertos de inanición.

 

 

Estos tres casos que he recordado aquí -a los que se podría añadir los campos de concentración del hitlerismo, el sistema del Gulag de Stalin, las acciones de tierra y vida arrasadas de los jemeres rojos en Camboya, y tantas otras-, donde la muerte adquiere el estatuto de epidemia deliberada y gestionada por el poder totalitario, tienen un factor en común: el uso de la violencia epidémica como herramienta para prologar el mantenimiento del poder. Solo en Camboya, entre 1975 y 1979, fue liquidada, bajo las órdenes de Pol Pot, 25% de la población.

 

 

En pleno siglo XXI, los poderes totalitarios siguen manipulando las epidemias. En la China del emperador Xi Jinping intentaron ocultarla a lo largo de varias semanas. En la Rusia del zar Vladimir Putin hacen circular un discurso que responsabiliza a otros países de lo que está ocurriendo. En la Cuba del castrismo le reducen el salario a las personas que se enferman.

 

 

La situación de Venezuela es, en principio, extrema: militarizan el territorio y entregan el control pleno y total de la sociedad a los uniformados. El régimen saca armas y tanques a las calles. Lo esencial de su política consiste en intimidar. Los primeros días desconocieron lo que estaba ocurriendo y mintieron. Maduro hizo una comparecencia que quedará en su historia como uno de los momentos en los que su irresponsabilidad alcanzó las cotas más altas: dijo que estaban preparados para atender a la epidemia, cuando médicos, paramédicos, pacientes y expertos sanitarios, de forma unánime, vienen diciendo lo contrario. No hay recursos, de ningún tipo, para responder a la inevitable escalada del coronavirus. Los demócratas, mientras protegen su salud, deben prepararse para lo que viene: el régimen intentará usar la epidemia para inmovilizar a la sociedad, debilitarla todavía más, y así evitar el cambio que el país demanda, de forma cada vez más urgente.

 

 

Editorial de El Nacional

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