Cientos de turistas se encontraban atrapados y aislados del mundo el jueves en la isla turística filipina de Boracay, debido al tifón Phanfone que dejó a su paso al menos 16 muertos en diferentes puntos del país el día de Navidad.
Phanfone alcanzó vientos de hasta 200 kilómetros por hora, destruyó numerosas viviendas y derribó parte del cableado eléctrico.
Los fallecidos se encontraban en aldeas y pueblos en las islas Bisayas, en el tercio central de Filipinas, de acuerdo con la agencia nacional de respuesta a desastres naturales.
Phanfone golpeó duramente importantes destinos turísticos como Boracay y Coron, famosas por sus playas de arena blanca, muy populares entre los turistas.
Sin embargo, la evaluación definitiva de daños sigue sin ser definitiva, ya que las líneas telefónicas y el acceso a Internet permanecían caídos desde el miércoles, según dijo a AFP Jonathan Pablito, jefe de policía del municipio de Malay en la provincia Aklan, aledaña a Boracay.
El responsable también explicó que los servicios de ferry entre Boracay y Aklan -la principal vía para trasladarse entre ambas islas- seguían suspendidos el jueves, pese a que la tormenta ya había amainado.
“No tenemos información de la guardia costera sobre si los barcos tienen permitido zarpar. Desde el día 24 todos los que iban o volvían de la isla no pueden cruzar”, añadió.
El aeropuerto de Kalibo, desde donde despegan los aviones con destino a Boracay, se encontraba severamente dañado por Phanfone, de acuerdo con turistas coreanos atrapados en la terminal aérea sin poder viajar y que proporcionaron imágenes a AFP.
“Las rutas están bloqueadas, aunque ya hay algunos esfuerzos para retirar los escombros. La situación es bastante mala”, dijo a AFP Jung Byung Joon, mediante una comunicación vía Instagram.
“Todo en un radio de 100 metros alrededor del aeropuerto está roto. Hay mucha gente frustrada en el aeropuerto porque muchos vuelos han sido cancelados“, añadió.
“Los taxis aún funcionan, pero hay viento y aún está lloviendo por lo que nadie quiere salir del aeropuerto, y yo me incluyo”.
Otra turista coreana atrapada en el aeropuerto dijo que había sido incapaz de comunicarse con su amiga en Borocay el jueves. “Intenté llamarla, pero no logré contactarla. Quizá hay algo que no está funcionando”, explicó Dahae Gong a la AFP por Instagram. “No sé cuándo podremos volver a casa”.
Recuerdos de una tormenta monstruosa
Por el momento, no obstante, nada indicaba que hubiera daños de calado en Boracay.
Aunque mucho más débil, Phanfone siguió un trazado muy parecido al del super tifón Haiyan – la tormenta más mortífera que se recuerda en la zona- que dejó más de 7.300 víctimas mortales o desaparecidas en 2013.
Phanfone “es como un hermano menor de Haiyan. Es menos destructivo, pero ha seguido un camino similar”, dijo Cindy Ferrer, funcionaria de la oficina de atención a desastres en Bisayas Occidentales.
Decenas de miles de personas se han visto forzadas a evacuar sus hogares en plena Navidad. Otras muchas no eran capaces de reunirse con sus familiares, con los ferries y vuelos suspendidos.
Filipinas es la primera gran masa continental frente al cinturón de fuego del Pacífico, área de fuerte actividad de los tifones. El país se ve golpeado por una media de 20 grandes tormentas al año.
Muchas de las tormentas arrasan cosechas, viviendas e infrastructuras y no solo dejan numerosas víctimas mortales, sino también perennizan la pobreza de la población afectada.