Todos los tipos de herpes tienen en común el hecho de que provocan una infección. Además, después de que esta se supera, quedan en estado de latencia. Esto quiere decir que se pueden reactivar en cualquier momento de la vida, ocasionando problemas de salud.
Casi todo el mundo ha oído hablar acerca del herpes, ya que se trata de una infección muy común. Lo que no todos saben es que existen varios tipos de herpes, cada uno con características diferentes, así como con diferentes niveles de gravedad.
Los tipos de herpes más comunes son las variantes 1 y 2 del herpes simple. Se estima que cerca de la mitad de la población ha experimentado el herpes simple tipo 1 alguna vez. En cuanto al herpes simple tipo 2, es probable que lo haya padecido hasta un tercio de la población.
Ninguno de los tipos de herpes tiene cura, pero sí existen medicamentos que reducen los síntomas y disminuyen la posibilidad de contagio a otras personas. De cualquier manera, en la mayoría de los casos, una persona con herpes puede llevar una vida completamente normal.
El herpes
El herpes es una infección causada por virus pertenecientes a la familia herpesviridae. En su forma simple, se caracteriza por la aparición de pequeñas vesículas que contienen líquido. Estas lesiones pueden llegar a ser muy dolorosas. En algunas ocasiones, se rompen, forman úlceras y costras, que, a veces, dejan una cicatriz.
Existen 50 tipos diferentes de virus de herpes. Tienen en común el hecho de que todos pueden provocar una infección. Luego, permanecen latentes y es posible que se reactiven tiempo después, originando infecciones recurrentes.
La palabra herpes viene de la raíz griega ‘herpein’, que significa ‘serpentear’. Su propiedad de latencia no fue descubierta hasta 1950, por Burnet y Budding. Algunos tipos de herpes pueden llegar a causar dificultades que afectan a la calidad de vida de forma significativa.
Tipos de herpes: Virus Herpes Simple tipo 1 o VHS-1
Este tipo de herpes afecta principalmente a los labios, la boca y sus alrededores. Es más frecuente en los niños. Es el herpes más frecuente y suele exacerbarse por diversas circunstancias como estrés, fiebre, exposición a rayos solares e, incluso, por la menstruación. Por lo general, las recurrencias son más leves que la primera aparición.
Tipos de herpes: Virus del Herpes Simple tipo 2 o VHS-2
Este herpes afecta la zona genital y lo más habitual es que se transmita por contacto sexual. Las lesiones que produce son similares a las que aparecen en los labios o en el rostro. El episodio inicial, muy frecuentemente, cursa sin síntomas, por lo que puede pasar desapercibido. En cambio, los episodios posteriores suelen ser muy dolorosos.
Si una mujer tiene herpes tipo 2 activo durante el parto, puede trasmitírselo al bebé. Esto da lugar al herpes neonatal. Eventualmente, este causa problemas en el sistema nervioso y, en algunas ocasiones, puede tener un desenlace fatal.
El Zóster, uno de los tipos de herpes
Este es uno de los tipos de herpes que puede dar lugar a complicaciones más severas. La infección original es la varicela. Luego, el virus migra hacia las fibras nerviosas sensitivas y queda latente en los ganglios de las raíces dorsales.
El rebrote del virus da lugar al herpes-zóster, el cual aparece siguiendo la trayectoria del nervio en donde se alojó. Suele ser muy doloroso y, en algunos pocos casos, genera síntomas que pueden durar años. Se cree que el 20 % de la población puede manifestar esta forma de herpes.
Tipos de herpes: Virus de Epstein-Barr
Está asociado con la mononucleosis infecciosa. En los niños suele pasar desapercibido, pero en los adolescentes desencadena la enfermedad. Esta puede causar diseminación asintomática, lo cual quiere decir que se contagia sin que los síntomas se hagan presentes de inmediato.
Solo en contados casos da origen a complicaciones como meningoencefalitis o síndrome de Guillian Barré. Es una enfermedad muy benigna a edades tempranas.
Citomegalovirus
Este virus puede infectar a un promedio de entre el 50 % y el 80 % de las personas. Sin embargo, es poco común que se manifieste como enfermedad. Lo habitual es que permanezca latente en el riñón, corazón y en los glóbulos blancos.
Normalmente, se reactiva en las personas que tienen deprimido su sistema inmunológico. Es frecuente en pacientes con SIDA, por ejemplo. No tiene una sintomatología específica y tampoco existen fármacos definidos exclusivamente para su tratamiento.
Herpes 6, 7 y 8
El HHV-6 fue encontrado por primera vez en 1986 en pacientes con SIDA. Se cree que este virus de la familia del herpes es el causante de la roséola y también se le asocia con diferentes problemas neurológicos. Tiene dos variantes:
HHV-6 tipo A:
se presenta en los niños pequeños y no provoca mayores síntomas. En la adolescencia se reactiva con un cuadro similar al de la mononucleosis.
HHV-6 tipo B:
se cree que todos los adultos estamos contagiados del tipo HHV-6B, el cual no da lugar a síntomas, que se sepa.
El HHV-7:
también da lugar a cuadros de roseóla. Entre tanto, el HHV-8 está asociado con el sarcoma de Kaposi. Todos estos tipos de herpes se presentan principalmente en personas con SIDA o inmunodeprimidos.
Con información de Mejor con Salud