Hafedh Caid Essebsi, hijo del presidente Béki Caid Essebsi, compartió vía Facebook que su padre pertenecía a la nación y que cada residente tunecino tiene el derecho de asistir al funeral
Túnez se prepara para organizar elecciones anticipadas, todo un desafío en un contexto político crispado, tras el fallecimiento, el jueves, del presidente Béji Caid Essebsi.
Un día después del deceso, se sucedieron los homenajes al primer presidente tunecino elegido libremente, relató AFP.
El país, presidido de forma interina por el jefe del Parlamento, Mohamed Ennaceur, que prestó juramente justo después de que muriera el jefe del Estado, elogió la memoria del primer dirigente del país elegido democráticamente por sufragio universal, en 2014.
Se anularon festivales y los diarios se imprimieron en blanco y negro, además, se decretaron siete días de luto nacional.
El cuerpo de Béji Caid Essebsi fue trasladado del hospital militar de Túnez al Palacio Presidencial de Cartago, a unos 20 km de la capital. Varios cientos de tunecinos acudieron a la salida del convoy, algunas mujeres lloraban.
El sábado se celebrará un funeral nacional en presencia de varios jefes de Estado, incluido el presidente francés, Emmanuel Macron y el de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas.
El ministerio del Interior indicó que había desplegado un gran dispositivo de seguridad, pero se respetarán las «concentraciones espontáneas de ciudadanos».
«El presidente Béji Caid Essebsi pertenece al pueblo tunecino y cada tunecino tiene derecho a asistir a su funeral», escribió su hijo Hafedh en Facebook.
¿Presidenciales en septiembre?
Desde el anuncio del fallecimiento, se sucedieron los homenajes internacionales para conmemorar el papel crucial del presidente en la «marcha hacia la democracia en la cuna» de la Primavera Árabe.
El presidente estadounidense, Donald Trump, alabó el jueves su «liderazgo excepcional». Egipto, Jordania y Maurtiania decretaron tres días de luto, al igual que las vecinas Libia y Argelia.
Ahora, Túnez tendrá que preparar elecciones. Béji Caid Essebsi murió meses antes de que terminara su mandato, en diciembre, pero la constitución prevé que la suplencia de Ennaceur tenga una duración de entre 45 y 90 días, esto es, hasta el 23 de octubre como máximo.
En principio, las elecciones presidenciales debían celebrarse el 17 de noviembre, tras las elecciones legislativas del 6 de octubre. Pero habrá que modificar el calendario.
La instancia superior independiente encargada de organizar las elecciones anunció que las presidenciales se adelantarían y el jueves mencionó que es «probable» que tengan lugar a partir del 15 de septiembre.
Muchos tunecinos acogieron positivamente que se lleve a cabo una transición rápida, pues su país es el único de los Estados árabes que se vieron sacudidos por las protestas de 2011 que continúa en la vía de la democratización pese a los sobresaltos políticos, las dificultades económicas y los ataques yihadistas.
«Lo que está bien es que todo el mundo siga con su vida con normalidad», declaró Jalel Slimani, un vecino de Túnez. «Esto nos afecta mucho porque era nuestro presidente. Pero el país tiene que seguir avanzando».
Las luchas de clanes y el desmembramiento del partido presidencial dieron lugar a una atmósfera tóxica, que podría afectar a la organización de los comicios.
Además, la transición adolecerá de la ausencia de una Corte Constitucional, una institución vital en cualquier democracia joven.
Las condiciones para presentarse a las elecciones fueron modificadas -de una forma polémica- en junio por el Parlamento, pero el texto, que fue votado a iniciativa del Gobierno, no fue promulgado por el jefe del Estado antes de fallecer.
Queda por saber si el código electoral enmendado será promulgado en los próximos días, lo que conduciría a la exclusión de varios candidatos de peso en los comicios, como la mecenas Olfa Terras-Rambourg o el magnate de los medios de comunicación Nabil Karoui.
AFP