El presidente en disputa venezolano, Nicolás Maduro, insistió el viernes en que hay que negociar para salir de la crisis que agobia al país petrolero, mientras que el líder opositor Juan Guaidó se negó tajantemente a tratar con una «dictadura» que dijo busca ganar tiempo mediante espacios de diálogo.
En el día de la independencia de Venezuela, Maduro encabezó una parada militar en el paseo Los Próceres, al sur de Caracas, donde dijo, «llamo a la paz y a la unión nacional a todos los sectores (…) dentro de Venezuela cabemos todos». Luego anunció nuevos ejercicios militares el 24 de julio para probar los sistemas de defensa de «mares, ríos y fronteras».
En paralelo, el jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, dijo antes del inicio de una sesión especial en el parlamento que, «no hay eufemismo que valga para caracterizar a este régimen más que dictadura: la sistemática violación de derechos humanos, la represión, la tortura, el utilizar la comida como elemento de chantaje a la ciudadanía, el perseguir», agregó.
«Aquí nadie se chupa el dedo ¿Ustedes piensan que yo soy pendejo? (…) ¿Ustedes creen que vamos a ir a cualquier espacio a enfrentar la dictadura para que ganen tiempo? ¿Para que se burlen de nosotros? A cada espacio que vamos es para enfrentarlos (…) Ni a mi, ni a los diputados, ni a los venezolanos nos van a ver las caras de pendejo», agregó más tarde al inicio de una marcha en el este de la ciudad.
“No se rindan. ¡Lo vamos a lograr!”, clamó Guaidó, jefe del Parlamento, pidiendo a los manifestantes no “desmayar” aunque la concurrencia a movilizaciones antigubernamentales es lejana a la de multitudinarias protestas registradas cuando se proclamó hace cinco meses presidente encargado de Venezuela con apoyo de medio centenar de países.
“¡Sí se puede! ¡Sí se puede!”, gritó la gente tras el discurso del político, que sostenía un cuatro (una pequeña guitarra típica de cuatro cuerdas) sobre el techo de una camioneta, en Caracas.
“Vamos a seguir en las calles agitando a toda Venezuela”, prometió.
El opositor invocó artículos de la Constitución para proclamarse en enero presidente encargado, argumentando que el mandato de Maduro es ilegítimo porque fue reelecto en cuestionados comicios en mayo del 2018.
Gobierno y oposición iniciaron acercamientos bajo la mediación del gobierno de Noruega, pero un encuentro en mayo pasado en Oslo culminó sin acuerdo. Una nueva ronda quedó en suspenso luego que el fin de semana pasado un militar detenido murió a consecuencia de torturas, según denuncias de sus parientes.
El jueves, la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, dio a conocer un informe en el que señala que fuerzas de seguridad usan la tortura, arrestan y disparan a jóvenes como parte de una estrategia para neutralizar a la oposición.
Simpatizantes de la oposición, encabezados por Guaidó, marcharon el viernes hasta una zona cercana a la sede del servicio de contrainteligencia, al este de Caracas, donde estuvo detenido el oficial militar muerto y se encuentran otros uniformados detenidos.
Antes de la marcha, la oficialista Asamblea Nacional Constituyente también realizó una sesión especial en la que participó el jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada de Venezuela, almirante Remigio Ceballos, quien dijo que hay una investigación sobre la muerte del militar y que en el país se respetan los derechos humanos.
«Toda la Fuerza Armada lamenta los acontecimientos relacionados con la pérdida del oficial retirado de la Armada, luego de mantenerse conspirando durante más de 10 años contra el Estado», agregó Ceballos, quien dijo que su fallecimiento se investiga a solicitud del presidente para «mantener profundo respeto de los derechos humanos».
“Seguiré luchando como luché contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1952-1958) siendo un estudiante”, dijo a la AFP Jorge Fermín, un hombre de 81 años que cargaba una pancarta con una foto de Acosta y un extracto del poema ‘Oh, capitán’ de Walt Whitman en homenaje a Abraham Lincoln tras su asesinato.
El acceso a la DGCIM fue bloqueado con un vehículo, conocido popularmente como “murciélago”, que despliega muros de metal a manera de alas. “Pusieron un piquete (…), una muralla”, protestó Guaidó.
Un pequeño grupo de manifestantes lanzó piedras y botellas contra agentes alineados tras esa barrera. No hubo mayores incidentes.
Fuerza Armada “aceitada”
Maduro, en tanto, encabezó el habitual desfile del 5 de julio, recibiendo por enésima vez apoyo del alto mando militar.
“Cuente usted con la Fuerza Armada (…). No tenemos miedo de enfrentar a los enemigos de la patria”, le dijo el almirante Remigio Ceballos.
El gobernante socialista anunció ejercicios militares en las fronteras terrestres, aéreas y marítimas para el próximo 24 de julio, a fin de “mantener aceitada” la “maquinaria” ante planes desestabilizadores que, sostiene, lidera Estados Unidos. “Ya basta de conspiraciones” y “llamados a intervención militar y guerra”, exclamó.
Washington, que recrudeció sus sanciones contra Venezuela con un embargo petrolero vigente desde abril pasado, ratificó este viernes su respaldo a Guaidó.
“Hace 208 años (…), Venezuela declaró su independencia. Estados Unidos seguirá apoyando al presidente interino Guaidó” y “al pueblo venezolano en su camino para recuperar la libertad”, tuiteó el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.
Si bien descarta por ahora retomar contactos, Guaidó dijo no tener “miedo” a negociaciones iniciadas con delegados de Maduro en mayo en Oslo, con la mediación de Noruega; congeladas tras la muerte de Acosta Arévalo.
Ello, “siempre y cuando” sirvan para deponer a Maduro e instalar un “gobierno de transición” que convoque a “elecciones libres”.
En la parada militar, Maduro aseveró, sin embargo, que la semana entrante habrá “buenas noticias” en torno a las negociaciones.
Sectores de la oposición son críticos con el diálogo, por considerar que el mandatario busca “ganar tiempo”. “Con dictadores y asesinos no se dialoga”, dijo a la AFP Francisco García, manifestante de 38 años.
“Siempre hay que dialogar, dialogar no significa perder, sino buscar una acción con menos pérdidas”, señaló en contraste Wilfredo Corniel, sacerdote católico de 44.
Agencias