De cara a mantener nuestra información segura te explicamos algunas pautas y consejos a seguir en los servicios digitales
La mayoría de servicios digitales emplean contraseñas para gestionar la información de sus usuarios. Un dato que, pese a tener asumido como elemento indispenable, todavía se suele descuidar por parte de muchos usuarios registrando combinaciones suaves y débiles como el empleo de nombres personales o fechas de nacimiento.
Y eso a pesar del peligro que ello conlleva. Según apuntan expertos de la firma Entelgy Innotec Security, los ataques más comunes que sufren tanto empresas como particulares son, por un lado, los llamados ataques de fuerza bruta -el ciberdelincuente utiliza programas especiales que prueban contraseñas al azar hasta dar con la correcta-, el «phishing» -suplantación de identidad- o ataques de ingeniería social -no se llevan a cabo a través de equipos informáticos sino que puede ser incluso espiar lo que escribe la víctima-.
Un escenario que, además de los quebraderos de cabeza que ocasiona, puede derivar en importantes pérdidas económicas para una empresa. Según las estimaciones de la consultora Ponemon Institute, un robo de información puede provocar pérdidas de 3,41 millones de euros. Los expertos creen que en la mayoría de los casos se debe al empleo de contraseñas poco robustas.
«Contar con contraseñas seguras es un factor fundamental tanto para organizaciones empresariales como para el usuario. Es mucha e importante la información que hay detrás de una clave por ello, a la hora de crear una contraseña tiene que ser la más segura y robusta posible», explica en un comunicado Félix Muñoz, director general de Entelgy Innotec Security.
Un diagnóstico en el que coinciden otros expertos. «En la era digital en la que vivimos, casi todos nuestros servicios online requieren una contraseña. Se han convertido en la llave para acceder a todos nuestros datos personales: contactos, detalles bancarios, fotos y más. Por eso, los cibercriminales con su malware, bots, spam y campañas de phishing, siempre están en busca y captura de nuestras contraseñas», añade por correo electrónico Francisco Sancho, Product Partner Manager Consumer and Mobile en McAfee España.
Recomendaciones y pautas a seguir
1.- Cambiar la contraseña por primera vez: Según el último informe del Centro Nacional de Ciberseguridad de Reino Unido (NCSC) 23,2 millones de usuarios de todo el mundo que han resultado víctimas de una brecha de seguridad utilizaban como contraseña para sus cuentas «123456». Para evitar estos ataques es recomendable, en primer lugar, modificar la contraseña la primera vez que accedemos a una nueva cuenta o equipo.
2.- Cuidar la contraseña: Otra de las recomendaciones más necesarias puede ser algo rudimentaria pero funciona. Hay que evitar darle la combinación de la clave a una persona. De hecho, según varios estudios, en torno a un 69% de profesionales admite compartir contraseñas con sus compañeros de trabajo, una práctica muy poco segura si, además, esta información se transmite por algún medio online. Lo recomendable es no dar este dato a ningún compañero de trabajo ni dejarla apuntada en ningún documento.
3.- Utilizar una contraseña distinta: En muchas ocasiones, los usuarios, por los motivos que sean (pereza, comodidad, desconocimiento), empelan la misma clave para todos sus servicios, como el buzón de correo electrónico o la red social donde tenga presencia. Eso es un error. Los expertos creen que es muy importante crear una contraseña diferente para cada cuenta de usuario, de forma que si una es robada no se vean comprometidos varios servicios.
4.- Combinar mayúsculas, minúsculas y caracteres especiales: Se suele decir a menudo, pero es necesario recalcarlo más. Es preferible elegir una contraseña de más de 8 caracteres, la cual deberá incluir signos, caracteres especiales y alternar mayúsculas y minúsculas. Además, será importante evitar palabras comunes o relacionadas con información personal del usuario.
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