Largas colas a las afueras del Hospital Carlos J. Bello, sede de la Cruz Roja en La Candelaria, se registraron este jueves desde tempranas horas para suplirse de envases de agua y pastillas purificadoras pertenecientes a la ayuda humanitaria.
“Nos tienen como borregos. Estoy buscando un pote para recoger agua, porque nos llega dos veces a la semana. No se puede comprar un botellón porque vale Bs. 100.000 y de paso no tenemos gas para hervirla. No podemos vivir así”, comentó una señora.
Los insumos forman parte de la ayuda humanitaria que llegó esta semana desde Panamá en un primer lote organizado por el ente internacional, la cual se pidió no politizar.
Ante la gran cantidad de ciudadanos, los voluntarios están dándole prioridad a la tercera edad, enfermos crónicos y personas con niños.
“No es justo que uno tenga que pasar tres horas por un botellón. Si te pones a hablar, te amenazan con quitarte los Clap. Que me lo quiten, pero ya está bueno que uno tenga que hacer una cola por una pasta, un arroz. Si no te amenaza la policía, te amenazan los colectivos”, expresó la señora Marcano Rodríguez
Venezuela atraviesa por una severa crisis económica que ha ocasionado escasez de medicinas y material médico desde hace unos cinco años y, por ello, el pasado mes de febrero la oposición venezolana esperaba ingresar unas donaciones de EEUU y otros países almacenadas en Colombia, Brasil y Curazao, pero fueron bloqueadas por orden de Maduro. No obstante, este cargamento de ayuda humanitaria recibida por la Cruz Roja sí fue permitido por la administración del gobernante Nicolás Maduro.
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