Nadie puede decir que no es valiente. El solo hecho de sentarse, en una entrevista, sin saber de qué se va a hablar, lo corrobora —tomando en cuenta, por supuesto, su perfil—. Y en el 2017, sin duda, dio uno de los golpes más letales al régimen de Nicolás Maduro. Aunque pudo haber continuado beneficiándose del sistema, decidió desafiarlo. Desde sus entrañas, la fiscal general de la República de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, le dijo al usurpador que era un golpista. Y eso le valió la persecución y el exilio.
Muchos la señalan, con razón. Por años vivió dentro y del sistema. Fue fiscal general de Venezuela por casi una década, tiempo durante el que, primero bajo Hugo Chávez, y luego con Maduro, se desmanteló la democracia. Se cometieron crímenes y violaciones de derechos humanos. El país se desmoronó. Y todos dicen que por qué tan tarde. Que por qué no dijo nada antes.
La fiscal general de Venezuela habló sobre la estrategia que debe emprender el Gobierno de Juan Guaidó para derrocar a Maduro, las denuncias en su contra y los delitos que cometió el chavismo y a los que se le vincula. Dijo que no le tiene miedo a nada y que le pide perdón a quien le haya hecho daño. “Estoy dispuesta a regresar a Venezuela y que me investiguen”, aseguró.
Como lamentablemente no tenemos tanto tiempo, quiero ir directo al grano: ¿cómo se derroca a Maduro?
Tú sabes que con el caso de Venezuela se cayeron los manuales. No hay precedentes. Venezuela vive una situación sui géneris y, en consecuencia, hay que actuar de esa misma forma.
Yo creo que es fundamental, oye esto, ¡fundamental!, para lograr la salida de Maduro, la unificación de todos los actores democráticos. No importa de qué partido político o de qué tendencia sean. Lo importante es que sea gente decente, honorable, que quiera al país y que combata esa práctica corrompida, apátrida, que ha venido teniendo un grupo liderado por Maduro. Eso es lo importante.
Hasta que no haya unificación, que se transmita al país el mensaje, o que el país se sienta representado por esos actores, no va a haber, o no estaremos en el camino para lograr la salida de Maduro.
Por eso es que Guaidó ha logrado agrupar a tanta gente. Porque el discurso de Guaidó ha sido un discurso de inclusión. De incorporación de todos los actores democráticos.
La otra tarea es tener objetivos definidos. Tener claridad hacia adónde se va. Por ejemplo, ¿qué pretendemos con cada una de las acciones que se ejecuten? Y el otro tema es desenmascarar a Maduro. Frente a todos los problemas que atraviesa Venezuela, hay que señalar que, claramente, el responsable es Maduro. Yo creo que nos ha faltado fuerza.
El problema del servicio eléctrico es responsabilidad de Maduro. De sus ministros. De todos los del régimen. La falta de alimentos, de insumos, es claro. No hay que especular en cuanto a esos aspectos. Hay que hablarle claro al venezolano, “el responsable de que esto está pasando es Nicolás Maduro por estas razones”. Entonces son una serie de acciones que hay que ejecutar, y que la ejecuten todos, desde la sinceridad. Y desde el deseo de acabar con esta tragedia para que podamos salir de él.
¿No ha quedado demasiado claro, sobre todo luego del 23 de febrero, cuando se cruzó una línea roja, que la salida de Maduro solo será por la fuerza?
Muchos actores señalan eso. Si eso ocurre el único responsable va a ser Maduro. Es quien ha cerrado todas las vías democráticas. Es el que ha cerrado todas las puertas para buscar una salida que sea menos traumática para la población. El propio Maduro es quien ha llevado el país a un enfrentamiento. Lo ha llevado a provocar salidas violentas.
Fíjate que hay un elemento que nosotros estamos analizando como Ministerio Público: Maduro no llama a la Fuerza Armada. Recientemente llamó fue a los colectivos. Él mismo reconoce públicamente que él dirige un Estado forajido. Que dirige un Estado donde no hay orden y que, ni ante un problema, llama a la fuerza pública. Es decir, Maduro se ha venido preparando para matar a la población. Maduro ha venido ejecutando un plan pensado contra la población. No solo para exterminarla, por la crisis humanitaria, sino también para asesinarla por las armas.
Fiscal, ahora hay un debate en Venezuela —que se basa sobre el hecho de que las alternativas para la salida de Maduro se están agotando—, en torno a la aplicación del artículo 187, ordinal 11. ¿Qué piensa al respecto?
Ciertamente, si nuestra Constitución consagra un artículo es porque el constituyente, cuando redactó la Constitución, vio que se podía dar cierta situación. Porque si el constituyente hubiera considera que eso no era posible, no lo incluye dentro de la Constitución. Es decir, que esa posibilidad existe. Es cierta y es probable.
Yo lo que quiero insistir es que, de aplicarse cualquiera de estas acciones como las que establece el artículo 187, las personas que lo invoquen, primeramente, deben pensar en el país. ¿Realmente eso va a solucionar el problema de Venezuela? ¿Realmente eso es lo que quiere la población?
Yo creo que cualquier situación que lleve a más tragedia a los venezolanos sería bien doloroso para la población ya sufrida. Ya bastante sufrida y golpeada, como es la venezolana.
Fiscal, usted es valiente, usted fue muy valiente. Estuvo, en el año 2017, entre las cincuenta personas más influyentes del mundo según Bloomberg. Pero ¿por qué se apartó del chavismo?, ¿por qué lo hizo? Se estaba arriesgando y se exponía a una situación que podía evitar. Usted estaba en una posición privilegiada que pudo continuar.
Mira, ya eso venía desde años atrás. Eso no fue el 2017. Yo creo que el 2017 fue el quiebre definitivo. Fue la ruptura. Porque si te pones a ver, en el 2016 cuando el referendo revocatorio, un tribunal abrió una investigación —cuando eso no le corresponde— y Maduro pretendió que yo abriera una investigación contra la oposición.
Yo me negué. Le dije: “No, vale. Eso no procede”.
¿En el 2016?
Sí. Así mismo se lo dije: “Mira, eso no procede. Y las funciones suyas no son darme instrucciones a mí sobre qué investigaciones voy a abrir”. Creo que eso fue en septiembre de 2016. Eso ya marcó un antecedente.
Igualmente, en el 2015, ocurrieron varios hechos que me enfrentaron con Maduro. Yo le di una medida de protección a la señora Lilian Tintori, con ocasión a un evento ocurrido en Ramo Verde. Eso me enfrentó con el Gobierno y me enfrentó con las OLP.
¿Usted venía siendo incómoda para el régimen?
¡Yo venía siendo incómoda para el Gobierno! Para Maduro yo siempre fui incómoda.
¿Y nunca sintió que en algún momento, si usted no se apartaba, igual la iban a terminar sacando?
Es que yo sabía que me iban a sacar de cualquier manera. Porque Jorge Rodríguez, en el 2017, me dice que me va a dar USD 50 000 000 si yo renuncio y me voy del país.
La pregunta mía fue: “¿Y de dónde tú estás sacando esos USD 50 000 000 para dármelos a mí? Que yo sepa tú no tienes dinero para eso. ¿De dónde me lo vas a dar?”. Y yo le dije: “No, estás equivocado. En todo caso, estás equivocado”.
Ellos querían apartarme a mí. Y las presiones que yo viví desde enero de 2017 hasta que salí fueron terribles. Recordarás que a la hija de mi esposo y a su nieto los secuestraron.
¿Fue el Estado?
Yo estoy convencida de eso. No tengo las pruebas pero… Mira, Maduro se enteró de que yo me iba para Brasil a la reunión de Odebrecht (en ese momento yo no sabía que Maduro estaba involucrado, apenas estábamos iniciando la investigación). Él me llama. “Me dijeron que tú te vas para Brasil, ¿a qué vas a esa reunión?”. “Pues una reunión de fiscales generales y lo más correcto es que yo vaya”, le dije. Bueno, me voy, y saliendo para la reunión de Brasil secuestran a la hija y al nieto de Germán. Me tuve que regresar. Y después es que yo saco como conclusión que ellos tuvieron que ver en eso.
Cuando los fiscales se van de Venezuela —y yo todavía estaba en el Ministerio Público— a Brasil y entrevistan a Marcelo Odebrecht y a Euzenando Azevedo, a Mónica Moura, y vienen con todos los elementos de prueba que comprometen a Maduro, ellos no pudieron entrar a Venezuela. Ellos se quedaron aquí (Colombia). Porque ya teníamos la información de que los estaban esperando para meterlos presos y desaparecerlos.
Ellos viven aquí incluso antes de que me sacaran del Ministerio Público y yo saliera de Venezuela. Porque yo tuve que llamar al fiscal general de aquí y pedirle ayuda. “Tengo este problema, ayúdame por favor con los fiscales”. Y él les dio una protección aquí en Colombia.
Entonces yo estaba siendo un elemento incómodo.
Ese gran discurso, cuando denunció la ruptura del orden constitucional. ¿Usted lo dio sabiendo los riesgos, pero confiada en que la crisis política que generaría derivaría en la salida de Maduro?
Fíjate que yo pensé en la rectificación. Yo dije: “Estos van a rectificar, de pronto”. Porque yo pensaba que aquí había actores políticos que hay que llamar. El país no se podía gobernar sin contrapeso. Hay que tenerlo.
Yo venía objetando el tema del aparato corruptivo y de PDVSA. Yo no sé si tú recordarás que en el 2016 yo pretendí imputar unos directores de PDVSA y nunca pude. Incluso los cité y yo después me entero —porque la misma Delcy Rodríguez me dijo a mí eso— que Cilia Flores le dijo a los directores: “Mira, no le hagan caso a esa…”. Usó una palabra despectiva hacia mí.
Entonces yo pensé que pudiera haber una rectificación. Aunque ya para esa fecha el país estaba destruido.
Creo que más duro fue, aparte del pronunciamiento de ese día, lo de Pernalete. Ahí fue donde me dijeron: “Maduro te mandó a buscar para que te mataran”. Ahí tuve que esconderme. Y yo pensaba quedarme en Venezuela, pero alguien me dijo: “Te van a matar en serio y vas a aparecer atropellada por ahí”.
¿Querían asesinarla?
¡Pero claro! Ellos me burlaron. Jorge Rodríguez, Ernesto Villegas y Delcy Rodríguez comenzaron a decir en los medios de comunicación que a Pernalete lo había matado un compañero. Y sacaron videos. Entonces, yo le preguntaba a los fiscales —porque yo no investigo, quienes investigan son los fiscales—; y me decían: “Mire doctora, todo apunta a que no fue una pistola de perno. Todo parece indicar que fue una bomba lacrimógena”. Y los videos están. Con ellos corroboramos que fue un Guardia Nacional. Y yo llamo a Jorge Rodríguez, quien era el que estaba con el tema y le digo: “Mira, Jorge, no sigas diciendo eso porque ya yo tengo las evidencias de que fue la Guardia Nacional. Y le vamos a pedir la privativa a todo el grupo que estaba —porque se veían todos con cascos—. Yo no sé cuál de los doce, pero de esos uno fue el que mató a Pernalete”. “No, vamos a hacer una cosa, no le pidas la privativa que nosotros te los vamos a entregar”, me dijo. ¿Y tú sabes qué hicieron al otro día? Empezaron a atacarme a mí.
¿Allí empezó la guerra?
Sí, esos tipos, quién sabe qué iban a decir de mí. Yo tenía que empezar a denunciar todo. Y como ya estábamos en una situación en la que cada vez que yo iba a dar una rueda de prensa le suspendían la luz al Ministerio Público, montamos tres escenarios. Si le suspenden la luz al Ministerio Público, nos vamos para la Escuela, si es en la Escuela, nos vamos a tal sitio. Y, efectivamente, le suspenden la luz a la sede principal y nos vamos para la Escuela. Es ahí donde yo puedo dar la rueda de prensa sobre Pernalete. Esa, creo yo, fue mi acción más atrevida.
Eso, fiscal, provocó su exilio. Escenas que todos recordamos con entusiasmo. Porque por primera vez se estaba generando un quiebre fortísimo y profundo en el régimen. Y además usted se convirtió en una voz letal para el régimen. Y desde el exilio dio estocadas grandes. Pero aún así, hay muchos venezolanos, muchísimos, que se sienten incómodos con lo que usted hace. No confían en usted ni la ven bien. La ven como una persona que formó parte de una estructura criminal. ¿Qué les diría?
Mi trabajo es para todos los venezolanos. Para los que me quieran o no me quieran. Para los que sientan simpatía por mí o no. Para los que apoyen mi trabajo o no. Yo trabajo para todos ellos. Yo estoy comprometida, ¿se entiende? A mí no me importa que si me dicen esto o aquello. Igual yo voy a seguir.
Bueno, nadie puede dudar de los riesgos que asumió…
No, ¡y aquí! Aquí sacaron a un tipo que me estaba espiando. El propio fiscal general dio unas declaraciones: “Lo sacamos porque estaba espiando a la fiscal general”. O sea, todavía me andan persiguiendo. Ellos saben que yo todavía tengo muchas cosas bajo la manga. Eso por una parte.
Entonces, independientemente de eso, yo voy a seguir trabajando por los venezolanos. Yo actué como ciudadana, en un cargo público —y yo procuré atender a todos los venezolanos—. Mira, yo no cometí delitos.
En estos días alguien me dijo: “No, es que los muertos del 2014 son tuyos”. Yo le respondí: “Ah, ¿y el fiscal que me mataron a mí? Entonces ese es tuyo”.
¿Qué fiscal?
En el 2014 a un fiscal del Ministerio Público lo mataron. Los que estaban haciendo guarimbas. ¿Tú sabes eso?
No recuerdo.
De los cuarenta y tres muertos que hubo, uno fue un fiscal del Ministerio Público. Y yo le respondí asimismo, porque él me dijo: “No, es que tú mataste…”. Pero si yo ni sé manejar armas. Ni un cuchillo sé manejar. “Pero en todo caso, yo te puedo decir que tú mataste al fiscal que a mí me dolió y que yo tuve que cargar con su esposa y sus dos niños”. Lo mataron en las guarimbas y ese fiscal lo que estaba era trabajando.
Pero bueno, en todo caso, si en el marco de mis acciones —que yo no cometí delito alguno; a lo mejor me equivoqué y cometí errores— alguna persona se siente lesionada yo le ofrezco disculpas. Yo no tengo problema en decir que me equivoqué. Le pido perdón.
¿Se arrepiente?
De las cosas malas, indudablemente. De las cosas buenas, no.
Insisto: son muchos. Se sostiene que usted debería estar presa hoy, que, eventualmente, debería pagar.
Mira, yo voy a enfrentar lo que sea. Yo no tengo miedo a nada. Pero esos que dicen eso, son quienes lamentablemente han sido víctimas del chavismo. El chavismo sembró odio. Divide y vencerás —esa máxima no sé quien la dijo, pero fue muy sabio—.
Maduro y ¡Chávez también! crearon odio entre hermanos, entre vecinos. ¿Cómo serán que en el 2017, en el conflicto que hubo, se delataban entre vecinos? “Mira, esa es la casa en la que están los guarimberos”. Y entraban y destruían la casa. “Que ese es el carro del hijo de fulano”, y se lo destruían.
Ese odio es el que no nos ha permitido avanzar. Yo no estoy pidiendo que me amen a mí. ¡No vale! Ese no es mi objetivo. Mi objetivo es otro: salir de esta tragedia.
Claro, y son necesarios los aliados que realmente puedan dar golpes fuertes al régimen.
Si, claro. Y mira, en democracia resolvemos todos. Nuestras diferencias. Pero el tema es que ahorita en Venezuela no es posible, incluso un juicio justo.
Usted acaba de mencionar a Chávez, ¿cree que tiene responsabilidad en la tragedia que hoy vive Venezuela?
¡Pero claro! ¡Si esto comenzó con Chávez!
Aunque Chávez no es una causa, él es una consecuencia.
De una élite agostada.
Que se agotó, que se agotó. No había credibilidad en los partidos políticos. Y surge Chávez con un discurso populista y muchos creímos en ese discurso populista. Eso nos debe servir a nosotros para que esas cosas no vuelvan a ocurrir —incluso en los países de la región—.
Chávez hizo una propuesta humanista. ¿Que eso se desdibujó después? Sí. Fíjate que hubo un candidato que casi gana —aunque la diferencia entre Chávez y Capriles fue grande; sin embargo, él sacó un importante número de votos cuando las elecciones con Chávez—. Porque su propuesta decía: “Mejoraremos las misiones, mejoraremos tal cosa”.
Sí, Capriles no era una alternativa a Hugo Chávez, no era su antítesis.
Y es más —aunque yo no sé, por ahí dicen que Capriles le ganó a Maduro, es probable; yo no tuve acceso a esas cifras—, la propuesta de Capriles en ese momento era muy buena. ¿Por qué? Porque estaba dirigida a los sectores populares.
Entonces, es el debate. Pero yo creo que esa propuesta de Chávez se fue desdibujando. Pero con Maduro, ¡es que Maduro no merecía ser presidente, chico! Ese tipo es un incapaz. Todos lo sabemos y yo lo sabía. Lo que pasa es que…
Usted lo sabía, fiscal.
¿Pero cómo salgo yo a decir que…? Yo lo dije de la manera que podía y yo no podía decir que no voté por él.
¿No votó por Maduro?
¡Pero por favor! Ni mi marido.
Panam Post por Confirmado PV