«Los lunares son pequeñas manchas o bultos que aparecen en la piel. La mayoría de ellos son benignos y podemos tenerlos desde el nacimiento. Pero también están los lunares adquiridos con el tiempo, a causa de la exposición al sol», comenta Martín Falla, oncólogo y especialista en piel.

El especialista nos enseña el ABC de la prevención para ayudarnos a identificar un posible lunar cancerígeno:

A. Asimetría: presta mucha atención si la mitad de tu lunar no corresponde con la otra mitad.

B. Bordes irregulares: revisa si los bordes del lunar no están bien definidos y no se aprecia con exactitud dónde empieza y dónde termina la lesión.

C. Color: si el lunar presenta más de un color, como café, negro, verde y/o rojo debe conducirnos a estudiar con más rigor la lesión que tenemos.

D. Diámetro: cuando un lunar mide más de un centímetro de diámetro o ha crecido desde la revisión anterior, debemos ponernos alertas.

E. Evolución: es importante observar si con el paso del tiempo el lunar cambia de tamaño, forma o color.

GV

Los vellos encarnados son aquellos que se rasuran o se quitan con pinzas, pero que luego vuelven a crecer por debajo de la piel. Cuando esto ocurre, generalmente hay inflamación y dolor. También aparecen pequeños bultos en el lugar en donde se retiró el vello.

Este problema puede afectar a cualquier persona que se depile. No importa si emplea una afeitadora, pinzas o cera. Aunque los vellos encarnados usualmente no representan ningún riesgo de consideración, sí causan grandes molestias a los afectados.

Los vellos encarnados son más frecuentes entre los hombres afroamericanos que se rasuran la barba. Sin embargo, nadie está exento de este problema. Pueden aparecer en la cara, el cuero cabelludo, las axilas, la zona púbica y las piernas.

La mejor manera de prevenir los vellos encarnados es evitando la depilación. Los seres humanos tenemos vello en toda la superficie del cuerpo, excepto en las plantas de las manos y los pies, y en las mucosas. Su función es la de proteger la piel.

Los vellos protegen del polvo, la suciedad, los rayos solares y las afectaciones causadas por el viento. También juegan un papel importante en la defensa frente a las bacterias y otros microorganismos. Así mismo, ejercen una función aislante, la cual es contribuir a regular la temperatura.

Por otra parte, el vello absorbe el sudor para que no cause irritación en la piel. También lo redirecciona para refrescar o secar algunas zonas. La depilación afecta el crecimiento natural del vello y por eso evitarla es la mejor manera de no tener complicaciones.

GV

Abrir el refrigerador y percibir un olor desagradable es lo último que quieres experimentar cuando llegas a casa. Sin embargo, a todos nos ha pasado. Por ello, es clave saber cómo distribuir los alimentos para evitar estos molestos olores.

Pero la distribución en la refrigeradora no debe ser al azar, sino todo lo contrario. Hay que conocer el lugar correcto para conservar las frutas y verduras, así como la temperatura ideal para cada tipo de alimento.

CONOCE SU FUNCIONAMIENTO

Raúl Arias, ingeniero de alimentos de la Universidad del Callao, indica que toda refrigeradora estándar maneja tres áreas de refrigeración sin contar la nevera:

– De 1 a 5 grados. Esta zona se ubica en la repisa superior o del primer piso, la más pegada a la congeladora. Allí puedes colocar los alimentos más sensibles, de fácil contaminación: embutidos (chorizos, salchichas, morcillas), mantequilla, queso, salsas preparadas en casa, alguna leche abierta.

– De 5 a 10 grados. Es la temperatura media de la refrigeradora y abarca la segunda y tercera repisa inferior. Ubica allí frutas de cáscara gruesa, como la piña, el mango, la sandía. También los envases con comida preparada, así como postres, gelatinas, mazamorras.

– De 10 a 15 grados. Es la temperatura que encontramos en la clásica cajonera de la refrigeradora. Aquí puedes almacenar las frutas más delicadas, hortalizas, verduras, hierbas.

La misma distribución se aplica a la puerta. Por debajo del lugar donde van los huevos, puedes situar la leche, el yogurt, o la barra de queso crema. Mientras que las gaseosas y jugos procesados, pueden ir en la zona inferior (10 a 15 grados). Las bebidas naturales deben ir en la zona de 1 a 5 grados, para que no se oxiden.

¿Y LA CONGELADORA?

La nevera que todos tenemos en casa maneja temperaturas desde 0 a -10 grados. “Aquí podemos guardar todo tipo de alimentos, en especial las carnes. La de cerdo, res y pollo pueden permanecer un tiempo máximo de 6 meses; y la de pescado, 3 meses”, acota el especialista.

Muchos modelos traen divisiones y compartimientos en la congeladora. No hay problema en ubicar los alimentos de manera indistinta dentro de ella. “Solo recuerda utilizar recipientes independientes (uno para la carne de pollo, otro para los chupetes de frutas, otro para los restos de la cena) para que ninguno tenga contacto con otro y evitar una contaminación cruzada”, agrega.

ABC DE LOS ALIMENTOS

“Comer de manera saludable empieza por tener una refrigeradora que te motive”, afirma Fergie Patrón asesora nutricional. “Organiza tus alimentos, evalúa la vida de cada grupo y calcula si realmente van a poder consumirlo en la semana, que es lo ideal”.

A continuación, la especialista comparte algunas recomendaciones sobre cuál es la mejor forma de conservar los principales grupos de alimentos en la refrigeradora:

Frutas. Recuerda que las frutas de cáscara dura pueden permanecer más tiempo en la nevera (en bolsitas herméticas) que las frutas pequeñas, como los arándanos, por ejemplo.

En caso de que las vayas a refrigerar para comerlas en la semana, Patrón sugiere sumergir estos ‘berries’ en un bol o táper con un litro de agua y 2 ó 3 gotitas de lejía o dioxil para desinfectarlos. Luego, llévalos a un colador para retirar el exceso de agua y sécalos para devolverlos al envase.

Puedes hacer lo mismo con aguaymantos, ciruelas, frambuesas, zarzamoras y fresas, considerando que estas últimas suelen tener muchos pesticidas. No olvides colocar un papel toalla al fondo del bol para absorber la humedad.

Lácteos. La regla número uno con la leche es consumirla toda al momento. En caso de que no se pueda, debes retirarla de la lata o tarro y verterla en una lechera de vidrio o cerámica. “Allí puede estar pocos días, pero no una semana o dos. Lo mismo pasa con el yogurt y los quesos. Si son pasteurizados, se puede alargar un poco más su tiempo de vida, porque ya cuentan con método de conservación”, agrega.

Verduras. Los vegetales se ubican en el cajón de la refrigeradora, siempre en bolsas de papel que queden de las compras o envueltos en papel craft para evitar que se humedezcan. “Recomiendo seguir el mismo proceso de desinfección que las frutas. De igual modo, puedes guardar porciones ya hechas de ensaladas en trozos o picadas, sin aliño, por 4 a 5 días en un táper cerrado con papel toalla en su interior”, aconseja la especialista.

GV

Vitaminas, minerales, aminoácidos, proteínas, hierbas o mixturas de todas estas. Hoy, uno tiene todo un bufet de nutrientes para agregarle al cuerpo, a fin de ganar musculatura o tener mayor energía, entre otras cosas. Son los llamados suplementos nutricionales.

Pero a pesar de su popularidad y gran variedad, cabe preguntarse: ¿son realmente útiles? Un reciente estudio analizó varios de estos productos y determinó que no hay suficiente evidencia que justifique su uso, en la mayoría de casos para aumentar la masa y la fuerza muscular.

Según la investigación publicada en el “European Journal of Nutrition”, el análisis de más de 20 suplementos o complementos, término adecuado según los especialistas, reveló que solo la cafeína y los nitratos mostraron ser efectivos para incrementar rápidamente la fuerza muscular.

Por otro lado, el consumo de complementos de proteínas, creatina o ácidos grasos poliinsaturados parecer aumentar o preservar a largo plazo la masa y fuerza muscular.

No obstante, no se hallaron pruebas suficientes que apoyen el uso de los populares glutamina empleada para la obtención de energía o resveratrolasociado a tratamientos antienvejecimiento.

GV