La empresa colombiana MS Compactadoras y Equipos se ha posicionado en el sector ambiental con sus compactadoras domésticas de uso general e industrial que facilitan el manejo de residuos sólidos con soluciones tecnológicas que permiten un mejor almacenamiento y cómodo transporte.
El dueño de la compañía, el ingeniero mecatrónico Daniel González Henao, fundada hace dos años en Medellín (noroeste), identificó una oportunidad en el mercado al detallar que varios rellenos sanitarios del país «colapsarán» en poco tiempo, lo que dificultará el tratamiento de las basuras.
Debido a esto, la empresa, que tiene por eslogan «trabajar por un futuro más limpio», le apostó a este tipo de desarrollos inicialmente como una acción de «bastante impacto» en el cuidado del medioambiente, pero adquirió solidez al detectar una necesidad y la poca presencia de fabricantes de este tipo de tecnología en Colombia.
«Tenemos la vida útil de los rellenos sanitarios casi que agotada. En 2030 no tendremos donde almacenar el 80 % de las basuras», expresó a Efe González, quien como gerente dice tener presente la importancia de una «corresponsabilidad» frente al cuidado del planeta.
En ese sentido, subrayó que hasta el momento su empresa ha fabricado equipos que tienen «un potencial de aprovechamiento de residuos de alrededor de 3.000 toneladas por mes».
También precisó que, en promedio, una persona genera 800 gramos de basura al día y con ese panorama «urge» mejorar la logística a través de la reducción del volumen de los residuos sólidos para que sea «viable» el reciclaje y toda una cadena productiva posterior.
Según cifras del Departamento Nacional de Planeación (DNP), en Colombia se producen 11,6 millones de toneladas de basura al año y solo se recicla el 17 %.
Conocer en su momento esos datos le definió a González el perfil que tendría su empresa, luego de fabricar hace diez años, y siendo aún un estudiante universitario, la primera compactadora por solicitud de un cliente.
«Hice un estudio muy serio y decidí apostarle a realizar todo el desarrollo de una línea estandarizada de compactadoras hidráulicas», contó el ingeniero, quien de la mano de nueve empleados logró poner en el mercado tres líneas para encajar entre distintos perfiles de compradores y generar mayor impacto.
El Grupo Familia y Continental Gold aparecen como principales clientes, a los que se suman instituciones educativas, clínicas, centros comerciales y conjuntos residenciales, además de fábricas de productos como colchones y plásticos.
González señaló que hay un «montón de necesidades» que estos equipos empiezan a atender, entre ellas facilitar la logística tanto de transporte como de almacenamiento de residuos sólidos, lo que contribuye con la puesta en marcha de proyectos productivos con reciclaje, desde los más básicos hasta los complejos.
Como un reconocimiento a su labor, la corporación Interactuar le entregó a la empresa el premio Famiempresario Interactuar del Año en la categoría de innovación, un eslabón importante en la evolución de MS Compactadoras que incluyó capacitaciones que han pulido su operación.
Con el apoyo consiguió, entre otros, «refinar» la cadena de abastecimiento para la fabricación de sus máquinas y reducir los tiempos de entrega del producto, pues pasó de ocho semanas a tres.
«Ya contamos con una mejor infraestructura y una planta más amplia. Tenemos distribuidores nacionales y uno con presencia en Latinoamérica», comentó González, quien proviene de una familia cafetera de Betania, en el departamento de Antioquia (noroeste), donde aprendió a amar la naturaleza, pese a que debió abandonarla con 13 años por el conflicto armado.
Con el aval que le da «aportar silenciosamente» al medioambiente con la labor de su empresa, pide a varios actores pasar «del discurso a los hechos» para responder a las exigencias en el tema del manejo de los residuos sólidos y del cuidado del planeta.
«Sueño con que haya voluntad política y un nivel de conciencia alto en las personas. Necesitamos que realmente se generen unos impactos masivos y tener una economía circular», puntualizó el ingeniero.
EFE
