El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció este lunes la cancelación del millonario proyecto de un nuevo aeropuerto internacional en Ciudad de México, tras una polémica consulta en la que los ciudadanos eligieron una opción más económica denominada Santa Lucía.
“La decisión es obedecer el mandato de los ciudadanos, de modo que se van a construir dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía, se va a mejorar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y se va a reactivar el aeropuerto de Toluca”, dijo López Obrador en una conferencia de prensa.
López Obrador, quien asume el poder el próximo 1 de diciembre, dijo que buscará que los constructores del nuevo aeropuerto, que se construye en Texcoco, continúen haciendo obras en Santa Lucía o se llegue a un arreglo.
“Hay la posibilidad de que sigan con los contratos, haciendo la obra en Santa Lucía, el mismo volumen de obra o llegar a arreglos y en todo caso, se va a actuar con apego a la legalidad”, dijo.
La construcción de un nuevo aeropuerto, impulsada por el gobierno del saliente presidente Enrique Peña Nieto, buscaba solucionar el problema de saturación de la actual terminal aérea, que movió 44 millones de pasajeros el año pasado.
En una polémica consulta ciudadana convocada por López Obrador, la construcción del ambicioso aeropuerto, de unos 13.000 millones de dólares, fue derrotada por la ampliación de la base militar de Santa Lucía, un proyecto que el mandatario electo prometió ahorrará 100.000 millones de pesos (unos 5.000 millones de dólares).
Sin embargo, Peña Nieto advirtió que al cancelar la obra, el gobierno entrante “tendrá que hacer frente al pago de compromisos, los cuales probablemente requerirán el uso de recursos fiscales adicionales al impuesto que pagan los usuarios del aeropuerto”.
El mandatario aseguró además que hasta que termine su administración, el 30 de noviembre, “no se realizará modificación alguna ni a la concesión ni a la ejecución del proyecto”, por lo que los bonos que se emitieron para su financiamiento serán administrados como previsto.
– Reacción de empresarios –
La consulta popular, promesa de campaña del izquierdista López Obrador -que arrasó en la presidencial de julio-, se realizó desde el jueves hasta este domingo, pero no cumplió con el marco legal de este tipo de consultas y se registraron irregularidades como votos múltiples de una persona.
Sin embargo, López Obrador dijo que la consulta fue un “ejercicio democrático” y que “fue la gente la que decidió”.
Rechazó también que los empresarios involucrados en la millonaria obra que se construye desde 2015 vayan a presentar denuncias por la cancelación.
“En el caso de que lo hicieran están en su derecho, pero lo que yo he percibido es una disposición a un arreglo”.
La iniciativa privada deploró la cancelación al señalar que afecta el potencial del país de atraer inversión nacional y extranjera.
“El mensaje que se da a la ciudadanía, a los mercados internacionales, a las empresas y a los inversionistas es que no hay confianza de que los contratos firmados se cumplan y que los proyectos transexenales no tienen ninguna certeza de ser terminados”, dijo a la prensa Juan Pablo Castañón, presidente del influyente Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
“La cancelación tendrá implicaciones jurídicas y financieras con acreedores y contratistas, con riesgos reputacionales en perjuicio de México y de futuros proyectos”, agregó, al lamentar que la consulta estuvo “fuera del marco legal y sin garantías de imparcialidad”.
– Señales futuras –
Desde el domingo el peso mexicano comenzó a perder terreno ante la noticia de que los ciudadanos habían elegido la opción de Santa Lucía.
Este lunes, la moneda perdía 2,62% para ubicarse en 19,9388 unidades por dólar en operaciones al mayoreo. En ventanillas bancarias, el dólar se vende en 20,20 pesos.
“La inversión asociada con Texcoco será reemplazada por inversión en Santa Lucía”, dijo a la AFP Edward Glossop, analista de la firma británica Capital Economics.
“Sin embargo, hay preocupación sobre lo que el referendo significará en políticas públicas”, agregó. “Hay versiones de que López Obrador usará el referendo para decisiones como la duración del periodo presidencial o el uso de las reservas del banco central. También podría poner los contratos petroleros en una consulta. Esto implicaría un proceso de políticas macroeconómicas menos estable y más impredecible”.
AFP