Archive for junio 9th, 2018

Sin piedad: los Warriors barren a LeBron y son los campeones NBA

Posted on: junio 9th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

 

 

 

Sin historia en un cuarto partido dominado de cabo a rabo por unos Warriors que ya son dinastía: 3 títulos en cuatro años. Kevin Durant, MVP.

 

 

Golden State Warriors, campeón de la NBA 2017-18. El segundo anillo seguido, el tercero en cuatro años. Una dinastía con todos los honores que además puede presumir del primer 73-9 en Regular Season (2015-16) y de los primeros playoffs en 16-1 (2017) dentro del actual formato. Son seis títulos ya para la franquicia, que antes de Steve Kerr, los Splash Brothers y Kevin Durant no ganaba desde 1975. Son los mismos seis que los Bulls y uno más que los Spurs con solo ya Celtics y Lakers por delante. Es un regalo a toda la Bahía en la penúltima temporada en Oakland, con el desembarco en San Francisco cada vez más a punto. Es el ingreso en la élite de la historia y el cierre a la primera tetralogía en Finales: cuatro Warriors-Cavs, 3-1 ante un LeBron James que ha perdido su sexta Final sobre nueve totales, la segunda por 4-0 después de la barrida de los Spurs en 2007, cuando tenía 22 años. Es solo el tercer 4-0 en Finales desde 1995. Dos se los ha llevado él. Es un dato duro.

 

 

 

Estos Warriors descorcharon champán por primera vez en este mismo Quicken Loans Arena un 16 de junio de 2015. Todavía no se han cumplido tres años pero ha llovido mucho: el récord de las 73 victorias, el triple de Kyrie Irving en 2016, la llegada de Kevin Durant y la ira de los muchos, muchísimos, que consideraron que se había formado un equipo que era, sencillamente, demasiado bueno. El año pasado, efectivamente, lo fue (15 victorias seguidas en playoffs hasta su concesión a los Cavs con las Finales 3-0). Esta vez lo ha sido lo suficiente. Kerr ha dicho que ha sido un año muy difícil, Curry que nadie esperaba tantos altibajos y Livingston que, al final del camino, esta vez sienten más liberación que euforia. Es el precio de ganar casi siempre a lo largo de temporadas inacabables, el peso en las piernas y las constantes tentaciones que ponen en peligro el deseo, la cohesión. La fuerza de grupo que hace falta para, se tenga los jugadores que se tenga, ganar un anillo. No digamos varios. Por eso hemos visto caer imperios un millón de veces. Si no no sería deporte. O no nos gustaría tanto.

 

 

Si en la temporada de las 73 victorias todos los baremos apuntaban a los Bulls de Michael Jordan, en esta los Warriors me han hecho pensar muchas veces en los Lakers 2001-02, los del tercer y último anillo de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal juntos. Aquellos venían de un 15-1 en los playoffs anteriores, los Warriors de un 16-1. Su historial comparte lesiones, problemas para mantener el fondo de armario y evidentes tramos de aburrimiento durante la Regular Season y dentro de los propios partidos. Al final también han compartido récord en la temporada (58-24) y camino en playoffs: 4-1 en semifinales y 4-3 en una final del Oeste que sonaba a pelea en la práctica por el anillo antes de ganar 4-0 las Finales (a Nets y Cavs). Ambos lidiaron además con el gran proyecto forjado para derrocarlos, aquellos Kings de Chris Webber y estos Rockets de James Harden, en una final de Conferencia en la que tuvieron que remontar un 3-2 con el séptimo partido a domicilio. Ahora viene el futuro: esos Lakers no ganaron más, estos Warriors afrontan el reto del cuatro de cinco, lo improbable. La mirada volviéndose hacia los Celtics de Bill Russell.

 

 

 

La historia de estos históricos Warriors, un proyecto colosal que Stephen Curry hace distinto y Kevin Durant hace imposible, es un libro que se sigue escribiendo mientras se cierra en una especie de asunción crepuscular el de LeBron James en los Cavaliers. Si nada lo impide, y dicen que solo una súplica de su familia lo haría, dejará por segunda vez la franquicia de su ciudad, en la que ha jugado once de sus quince temporadas y donde este año ha hecho un esfuerzo difícil hasta de imaginar para llegar a unas Finales en las que esa plantilla sencillamente no debería estar: nunca había jugado 104 partidos en una temporada, con más de 42 minutos por noche en playoffs. En Cleveland, aunque no haya nada decidido, su marcha parece algo asumido y con lo que esta vez las calles, por las que tanto ha hecho, están en paz. Se le mide por su anillo de 2016 y por su trabajo incansable por su comunidad. Los Cavs han sido un proyecto tan inestable y tan débil esta temporada que muchos casi bendicen que busque un acomodo donde pueda retar a los Warriors con todas las de la ley. Si se va, no será una despedida furiosa como la de 2010 ni triste a pesar de este 4-0, del error de JR Smith en el primer partido, del triple de Kevin Durant en el tercero o de la falta de energía colectiva del cuarto. Si de verdad se va, LeBron lo hará reconciliado con su tierra. Se irá de los Cavaliers, no de Cleveland.

 

 

 

A los Warriors les faltaba un 4-0 en una Final, otro golpe a ese fantasma del triple de Kyrie Irving al que llevan dos años sacudiendo como a una estera pero que no se termina de marchar. Curiosamente, Kyrie se fue antes de Cleveland que de la Bahía. Es un 8-1 en las dos últimas Finales, un 6-0 esta temporada y un 11-1 desde el 1 de enero de 2017 contra los Cavaliers, con los que esta vez estuvieron a punto de no encontrarse. Por las terribles limitaciones de los de Ohio después de un verano calamitoso (Wade, Isaiah, Crowder, Rose…) y por el jaque de los Rockets en el Oeste, un proyecto obsesionado con derrocar a los Warriors y que no va a cejar en su empeño. Tal vez con LeBron a bordo. Quién sabe.

 

 

 

La Final había terminado con la ejecución a sangre fría de Kevin Durant el miércoles. A diferencia de hace un año, cuando los Cavs encontraron fuerzas para forzar el quinto (en gran parte gracias al fugado Kyrie), esta vez no pudieron plantar batalla, asumida y rumiada la derrota, totalmente digerida. Los Warriors hicieron el resto sin rastro de condescendencia y sellaron el título a domicilio, por la vía rápida y con una paliza tremenda: 85-108 final, 65-86 al final de un tercer cuarto en el que los Cavs anotaron 13 puntos frente a una grada gélida y con muchas camisetas de los Warriors. No hubo historia. A falta de cuatro minutos, la grada despidió en pie a LeBron, veremos si para siempre y después de un partido flojo del alero (23+7+8 final, muy cansado). Los Warriors salieron concentrados, productivos y seguros de que la temporada se iba a acabar en este partido. Kevin Durant selló el segundo MVP de Finales consecutivo con un triple doble (20+12+10 y 3 tapones). Stephen Curry se lo peleó: 37+6+4 con siete triples. Pero, para uno y para otro, pesó demasiado el tercer partido, cuando se bajó de verdad el telón de estas Finales 2018. Quedaba el último paso y los Warriors lo dieron a lo grande. Equipo de leyenda, dinastía: un grupo de jugadores como no ha habido otro en la historia de la NBA. Enhorabuena.

 

 

 

AS

Juanma Rubio

 

 

OIT designó una comisión que investigará «violaciones laborales» en Venezuela

Posted on: junio 9th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

El organismo aprobó este sábado la designación de los tres miembros independientes que conformarán la llamada Comisión de Encuesta para Venezuela

 

 

 

Ginebra.- La expresidenta del Tribunal Constitucional de España, María Emilia Casas, y dos juristas latinoamericanos serán los miembros de una comisión creada por la OIT para investigar las denuncias contra el Gobierno venezolano por «violaciones» de los derechos laborales.

 

 

 

La OIT aprobó este sábado la designación de los tres miembros independientes que conformarán la llamada Comisión de Encuesta para Venezuela.

 

 

 

Se trata del mecanismo de más alto nivel que investiga y establece conclusiones sobre las quejas planteadas contra Gobiernos por el no respeto de los derechos amparados por las convenciones de la organización, reseñó EFE.

 

 

 

La presidencia de la Comisión ha sido confiada al magistrado dominicano Manuel Herrera Carbuccia, juez presidente de la Sala de Tierras Laboral Contencioso-Administrativo y Contencioso Tributario de la Suprema Corte de Justicia de República Dominicana.

 

 

 

Herrera ha ocupado además cargos de responsabilidad en entidades especializadas en temas laborales y de seguridad social con alcance latinoamericano e iberoamericano, además de ser autor de varios libros dedicados a la temática laboral.

 

 

 

Completa la Comisión de Encuesta para Venezuela el jurista uruguayo Santiago Pérez del Castillo, ex ministro de Trabajo de su país y ex rector de la Universidad de Montevideo. También cuenta con una amplia experiencia en materia de derecho laboral, es miembro de tribunales arbitrales que resuelven disputas colectivas e individuales en esta materia y ha trabajo en distintos

 

 

proyectos con entidades internacionales.

 

 

 

La Comisión de Encuesta fue solicitada por la patronal venezolana Fedecámaras en 2015 por violación de los convenios de fijación de salarios mínimos, libertad sindical y consulta tripartita.

 

 

 

A pesar de que la OIT ha discutido en seis ocasiones esos temas con el Gobierno venezolano, éste no ha adoptado medidas para corregir las violaciones detectadas.

 

 

 

Asimismo, fracasó el intento de institucionalizar una mesa redonda tripartita, así como la visita de una misión de alto nivel de la OIT −aunque sin los poderes de una Comisión de Encuesta− por objeciones de las autoridades a su agenda de trabajo.

 

 

 

Desde la fundación de la OIT, en 1919, solo se han activado doce comisiones de Encuestas, siendo las más recientes sobre Birmania en 2001 y Zimbabue en 2008.

 

 

 

Líderes sindicales de la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela (Únete), del Sindicato de Alimentos Polar y de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela que participaron en las últimas dos semanas en la Conferencia anual de la OIT en Ginebra, dijeron que harán todo lo posible para que la Comisión de Encuesta pueda cumplir su trabajo. Ello ante la posibilidad de que el gobierno no colabore con sus miembros o no les garantice las condiciones para realizar una investigación imparcial e independiente.

 

 

 

Los sindicalistas dijeron que están preparados para viajar a cualquier punto de la frontera para entrevistarse con los expertos que evaluarán la situación en el país.

 

 

 

 

El cronómetro, una revolución en el golf

Posted on: junio 9th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

El Masters de Austria experimenta con un reloj digital para evitar el juego lento

 

 

Colsaerts, ante un buggy con el cronómetro. MATTHEW LEWIS GETTY

 

 

El tiempo vuela en el Masters de Austria, el primer torneo de golf que experimenta con un reloj en una pantalla digital situada en un buggy que vigila lo que tarda cada jugador en dar un golpe. Es la última medida del circuito europeo para atajar el juego lento, uno de los males que ha llevado este deporte a rondas larguísimas de más de cinco horas, un mal negocio para las televisiones, los espectadores y los golfistas. Frente al riesgo del aburrimiento, el european tour se ha arremangado. El cronómetro es su última receta tras comenzar hace dos años un sistema de monitorización. Nada que ver con el pasotismo del circuito estadounidense, que hace la vista gorda frente a las sesiones de larga duración.

 

 

 

Es un pequeño ejército de 20 buggys con 20 relojes digitales sobre ellos. Uno para cada uno de los 20 partidos que se juegan en el Masters de Austria (oficialmente Shot Clock Masters) por la mañana, y otros 20 por la tarde. Cada uno de ellos arbitrado por un juez con un ipad en sus manos que contiene una aplicación específica para este torneo. Cuando es el turno de cada golfista, se le da una cuenta atrás de cinco segundos. Desde entonces, se pone en marcha el cronómetro, activado a través del ipad. “Esto es historia pura. Nunca se había hecho. Y está siendo un exitazo”, explica el árbitro español Miguel Vidaor, director de torneo del circuito europeo, después de dirigir este viernes dos partidos. “Uno ha acabado en 4h 28m, y el otro en 3h 59m. Y ningún jugador se ha quejado. Es una maravilla, espectacular. El año pasado en este torneo, la media por vuelta era de 4h 45m para rondas de tres jugadores. ¡En este es de 4h 10m o 4h 15m! Y hemos tenido un partido de 3h 43m. Impresionante”, expresa encantado Vidaor, uno de los 25 árbitros en el torneo.

 

 

 

El primer jugador en dar el golpe tiene 50 segundos. Los que le siguen, y para los golpes a continuación, 40. Hasta ahora, si un jugador se retrasaba, recibía un aviso: está siendo monitorizado, es decir, miden su tiempo de juego. Si lo supera dos veces en una vuelta, recibe un golpe de sanción. Y 3.000 euros por dos penalidades de monitorización. Así se cuentan 30 sanciones desde 1991.

 

 

 

Según estos cálculos, un par tres se ha de jugar en un máximo de 11 minutos, un par cuatro en 14 y un par cinco 17 en partidos de tres jugadores, y en 9, 12 y 14 minutos para los de dos. Los caddies conocen de antemano los tiempos de paso previstos. La suma arroja un tiempo de entre 4h 20m y 4h 35m para los encuentros de tres golfistas, y entre 3h 30m y 3h 45m para los de dos.

 

 

 

 

El juego lento ha llegado a límites exagerados. El pasado enero, en el Farmers Insurance Open, J.B. Holmes tardó más de cuatro minutos en dar un golpe, ridiculizando la regla de los 40 segundos, pese a lo que no hubo sanción del PGA. Su partido con Alex Noren y Ryan Palmer se fue casi a les seis horas, tan interminable que se esfumó la luz natural y el torneo acabó el lunes y sin público. El circuito americano es muy reticente a penalizaciones con golpes o económicas: solo si un jugador es cronometrado 10 veces paga 25.000 dólares.

 

 

 

Europa sí combate el juego lento. Aunque el cronometraje sea un sistema caro: todo el aparataje tecnológico en Austria ha costado 100.000 euros, más los gastos de un equipo de 25 árbitros. También el tenis ha señalado al enemigo, pero su plan de situar una pantalla similar en las pistas aún no ha visto la luz. En el golf ya tiene un ejemplo muy válido.

 

 

Juan Morenilla

Nadal niega a Del Potro y degusta otra final

Posted on: junio 9th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

Inmenso en la fase defensiva, el número uno priva al argentino de sus siete opciones de ‘break’ y le sentencia en el primer set: 6-4, 6-1 y 6-2, en 2h 14m. Thiem (7-5, 7-6 y 6-1 a Cecchinato), rival el domingo

 

Juan Martín del Potro hizo este viernes de Sísifo, intentado guiar la roca hacia arriba una y otra vez, negado una tras otra y al final rendido porque no hay nadie capaz de resistir tal castigo, semejante frustración. Una, dos, tres, cuatro, cinco y seis. En frío, sin compasión. Seis pelotas de break en el arranque de partido, abortadas la una detrás de la otra, y Rafael Nadal sobrevolando ya otra final de Roland Garros. Al argentino se le vació la moral y poco a poco el depósito, hasta que la tarde se tradujo en la enésima exhibición de fuerza del número uno (6-4, 6-1 y 6-2, en 2h 14m) y el gigante se desmoronó. Nadal, pues, está donde quería estar, batiendo las alas con fuerza y divisando ya a Dominic Thiem, el rival del domingo (15.00, Eurosport y DMax).

 

 

El austriaco redujo a la sensación de este torneo, el italiano Marco Cecchinato (7-5, 7-6 y 6-1, en 2h 17m), y aparece otra vez como escollo. El curso pasado lo fue en las semifinales y no hubo discusión. Ahora, en su primera final de un grande, vuelve a amenazar la hegemonía de Nadal en su reino de arena, aunque de continuar este por el mismo camino –solo un set cedido en el trazado de estas dos semanas– solo le aguarda una opción al austriaco: excelencia o nada, la perfección. De lo contrario, el desenlace ya se conoce.

 

 

 

El número uno (32 años) no afloja ni un segundo y se reafirmó en el pulso contra Del Potro, entero hasta que esas seis bolas abortadas se transformaron en un alud. “Tuve mis opciones, pero no convertí esos puntos. Si hubiera ganado el primer set hubiese sido un partido diferente”, comentó el argentino. “Él te hace correr mucho e impone una intensidad muy alta de principio a fin. Contra Rafa debes estar todo el rato al cien por cien y cuando no aprovechas tus opciones te metes en problemas. Su juego es demasiado bueno para mí. Él es demasiado fuerte…”, expresó con resignación Del Potro.

 

 

 

Arrinconó al número uno en el primer parcial, exigiéndole en cada uno de sus turnos de servicio, pero Nadal escapó de la encerrona. Dice el balear que de vez en cuando necesita de una situación de tensión para dar consigo mismo, con el Nadal hercúleo, y esta vez se dio el escenario ideal. Sorteó un 4-4 y 0-40 favorable a su rival, y con este dándole más y más vueltas a la cabeza, inundada de fantasmas, de dudas, asestó un golpe letal. Break, set y c’est fini. Del Potro grogui, tambaleante, sabiendo que había dejado pasar la gran oportunidad y que con Nadal los trenes jamás vuelven. A partir de ahí, un vendaval, severo castigo para el sudamericano, testigo directo del furibundo despertar de Nadal. Otro más. Un partido completamente decantado, dejadas por doquier y rumbo hacia la undécima final.

 

 

 

 

“Son 11 veces, pero no es lo lógico”

 

 

 

 

“Él ha tenido un drive para llevarse el primer set y la ha fallado. Ahí estaba en sus manos”, reconoció el español; “me siento afortunado de haber salvado ese primer parcial. Mentalmente he asumido bien el reto y he encarado bien esos momentos difíciles. Lo normal, tal y cómo ha ido, es que lo hubiera perdido, pero después he jugado un buen juego, con determinación, y el partido ha cambiado radicalmente y he jugado muy buen al tenis”.

 

 

 

El argentino había marcado un ambicioso plan al principio. Trataba de esconder el revés para evitar daños y la fórmula le funcionó durante 50 minutos, hasta que Nadal salió de la trinchera, puso el escudo, contragolpeó y le negó. “Esas seis bolas (siete en total)”, recordará para siempre Del Potro… El resto fue coser y cantar para el de Manacor, despidiendo llamas con la derecha (35 winners, 15 más que su adversario) y citado de nuevo con Thiem, el único hombre que ha conseguido derrotarle sobre tierra en los dos últimos años, en Roma y Madrid.

 

 

 

 

“Tengo un plan”, advirtió Thiem. “Y yo espero que no le salga”, le continuó Nadal, que agregó: “Son 11 veces en la final y parece lo lógico, pero yo no quiero que sea así. Si se entra en una espiral de no valorar las cosas, yo no quiero ser partícipe de ello”. El austriaco le batió la última vez, en la Caja Mágica. París, sin embargo, es otra plaza bien distinta. París, salvo que el heredero de Muster diga lo contrario, es cosa de Nadal.

 

 

 

EL REY DE LA TIERRA Y EL SUCESOR

 

 

Nadal y Thiem se han enfrentado nueve veces, con un balance favorable (6-3) al español. Los duelos fueron siempre sobre tierra batida, desde 2014 hasta la fecha. El número uno se impuso en Roland Garros (2014 y 2017), Montecarlo (2016 y 2018), Barcelona (2017) y Madrid (2017). Thiem, por su parte, venció en Buenos Aires (2016), Roma (2017) y la Caja Mágica (2018)

 

 

 

De los 10 premios que ha ganado el austriaco en su carrera, ocho tuvieron lugar sobre arcilla: Niza (2), Umag, Gstaad, Buenos Aires (2), Río de Janeiro y Lyon. Los otros dos fueron en Stuttgart (hierba) y Acapulco (dura).

 

 

 

“Prefería haber ganado a Thiem la última vez en vez de haber perdido, pero en Montecarlo hubo un partido y en Madrid fue totalmente diferente”, precisó Nadal; “en el tenis gana el que está mejor en el momento del partido. Yo voy a intentar estarlo en la final, superando las adversidades que lleguen. Voy a hacer todo lo posible para estar mejor que él el domingo”.

 

 

El País

BRUNSKILL GETTY
ALEJANDRO CIRIZA

 

Chile, Fidel y la OEA

Posted on: junio 9th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Qué diferencia tan grande la que los venezolanos partidarios de la democracia ven hoy en la Organización de Estados Americanos presidida por Luis Almagro y aquella, tristemente célebre, en manos de José Miguel Insulza, quien fue insultado casi a diario por Hugo Chávez, militar y para más, golpista inexperto. De más está decir que aquí en Venezuela sentíamos una gran vergüenza por lo que estaba sucediendo con el veterano diplomático chileno que, por más errores que estuviera cometiendo en su gestión en la OEA, no se merecía el maltrato de parte de ningún presidente de este continente.

 

 

 

En el fondo, lo que estaba sucediendo no era ni más ni menos que los preliminares de una gran batalla cuyo objetivo era reintegrar a Cuba al seno de la OEA. Desde luego que Fidel Castro no quería estar en el foro hemisférico (y bien que lo ocultó hasta lograr su objetivo) sino quebrarle el espinazo a una organización que había cometido la osadía de faltarle el respeto y exponerlo al desprecio de la opinión mundial. No era poca cosa lo que exigía el barbudo.

 

 

 

La llegada de Hugo Chávez al poder en Venezuela no pudo ser más que propicia para los planes de Fidel. Cuba, los países centroamericanos y la cadena de islas del Caribe tenían en común una debilidad fundamental para sus economías: la falta de petróleo. Y si un proveedor confiable, cercano y manirroto estaba dispuesto a entrar en el juego, pues la mesa estaba servida. Faltaba cursar las invitaciones y mostrar las cartas.

 

 

 

Así fueron siendo colonizadas pequeñas naciones insulares y de tierra firme con el propósito de que se integraran a la nueva organización ideada para actuar en bloque a la hora de decidir en las instancias internacionales. La vieja táctica del amarre de votos tan común a los viejos caudillos latinoamericanos, pero esta vez con una maquinaria aceitada con petróleo.

 

 

 

Mientras se hablaba de soberanía, imperialismo y derecha recalcitrante, Cuba encadenaba a su nueva servidumbre a su política exterior y, en primer lugar, a la OEA. Humillada esta última y aprobado el reingreso de Cuba, satisfecho su ego, entonces Fidel Castro dio la orden de rechazar lo aprobado por los tontos útiles y les dio la espalda. Adiós pues y no te he visto.

 

 

 

Pero ese desprecio le ha salido ahora muy caro a Cuba. Ya no tiene petróleo, Chávez está en alguna galaxia socialista, Fidel igual y Lula (ese gran agente de negocios de la burguesía brasileña) está lloroso en una cárcel.

 

 

 

Luis Almagro, ex canciller de Uruguay (donde Pepe Mujica, ese disfrazado de pobre, sigue fabricando frases más o menos graciosas según se le vea) ha revivido la OEA y la ha convertido en el más importante centro de discusión sobre los problemas democráticos de América Latina, en medio de una gran tormenta de ideas, adelantadas con la ley en la mano y no con petróleo a bajos precios, ni con chantajes políticos dirigidos desde Cuba.

 

 

 

El sorpresivo éxito en los medios de comunicación y en las redes sociales del canciller chileno Roberto Ampuero por su lúcida y apasionada defensa de la democracia, formulada públicamente en la OEA, le está diciendo a la vieja y chapucera dirigencia política socialista que vienen otros tiempos.

 

 

Editorial de El Nacional