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AN dará luz verde para antejuicio contra Maduro

Posted on: abril 17th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

La mayoría opositora en la Asamblea Nacional dará luz verde este martes al antejuicio de mérito que solicitaron los magistrados designados por el Parlamento en contra del jefe de Estado, Nicolás Maduro, señalado de corrupción

 

 

La Asamblea Nacional (AN, Parlamento) discutirá mañana martes una solicitud de antejuicio de mérito contra Maduro que ya fue aprobada por el denominado Tribunal Supremo «en el exilio», conformado por cerca de 30 juristas que la Cámara invistió como magistrados pero que son desconocidos por el Supremo venezolano.

 

 

 

El Parlamento se limitó a convocar una sesión para «considerar la solicitud de autorización para continuar el proceso al ciudadano Nicolás Maduro», sin mencionar expresamente que se trata de un juicio penal y de una acción política que intenta la oposición en medio de la crisis nacional.

 

 

 

El «proceso» atiende una denuncia hecha por la exfiscal general de Venezuela Luisa Ortega, quien ante la Alta Corte que sesiona en el extranjero presentó supuestas pruebas para que se iniciara el juicio por la participación del líder chavista en los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.

 

 

 

Frente a ello, los principales partidos políticos de la oposición y numerosos legisladores han adelantado que votarán favorablemente para que continúe el enjuiciamiento y, en lo sucesivo, se dicte una sentencia contra el mandatario venezolano.

 

 

 

Primero Justicia (PJ), Acción Democrática (AD), Un Nuevo Tiempo (UNT) y Voluntad Popular (VP), las cuatro principales formaciones que se oponen al chavismo y que agrupan más de la mitad de los escaños en la AN, aseguraron que sus diputados respaldarán el trámite en la sesión de mañana.

 

 

 

El partido UNT -en el que milita el presidente del Parlamento, Omar Barboza,- señaló a través de Twitter que sus legisladores «reconfirman su compromiso democrático con el país y con el pueblo» y con las decisiones del Supremo en el exilio.

 

 

 

Por su parte, PJ dijo esperar «que la justicia castigue severamente a quienes se han enriquecido inmoralmente a costa del hambre y los sufrimientos del pueblo», y reiteró que sumarán votos para acercar a Maduro al banquillo.

 

 

 

«Apoyaremos irrestrictamente cualquier acción de la Asamblea Nacional que vaya dirigida al esclarecimiento y enjuiciamiento por los casos de corrupción que vinculan a Nicolás Maduro Moros y su gobierno con Odebretch», afirmó el partido en un comunicado.

 

 

 

Mientras que la primera escisión opositora dentro de la AN llamada «16 de julio» confirmó su apoyo a la iniciativa judicial, la recién creada fracción parlamentaria «Prociudadanos» no ha revelado cuál será su postura en el venidero debate.

 

 

 

La puja entre el Poder Legislativo y el resto de las instituciones más cercanas al Ejecutivo dificulta aun más este «proceso», toda vez que el Supremo declaró a la Cámara en desacato, por lo que sus actos son considerados nulos, y los diputados reprochan al Poder Judicial el nombramiento «irregular» de varios jueces.

 

 

 

El Parlamento sigue reconociendo como fiscal a Ortega, destituida el año pasado por la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, mientras que el chavismo no participa en los debates legislativos bajo el argumento de que este órgano votado por 14 millones de venezolanos está actuando al margen de la legalidad.

 

 

 

Aunque la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia indica que se requiere el voto positivo de dos terceras partes de los escaños (112) para dar luz verde al enjuiciamiento, la oposición planea aprobar esta medida con una mayoría simple de 84 votos.

 

 

 

Si bien el antichavismo logró en 2015 la super mayoría con 112 escaños que le permitía un amplio margen de acción, el Supremo ordenó desincorporar a cuatro legisladores al poner en duda la legitimidad de su elección.

 

 

 

Todas las anomalías que giran en torno al antejuicio de mérito contra el presidente venezolano no han detenido la expectación por este proceso que, al menos en lo político, marcará un capítulo importante en la historia del país petrolero que planea celebrar unas cuestionadas elecciones presidenciales el 20 de mayo.

 

 

EFE

90 Meninas en las calles de Madrid

Posted on: abril 17th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

Antonio Azzato convierte Madrid en una galería de arte urbano con imágenes velazqueñas

 

 

Estaban destinadas a un lugar secundario en la historia, pero acabaron convirtiéndose en personajes principales. Las meninas no solo dan nombre al cuadro más famoso de Diego Velázquez, también siguen acaparando estudios y miradas. Tres siglos después de ser inmortalizadas por el pintor sevillano han saltado del lienzo a la calle. Antonio Azzato ha diseñado 80 esculturas que convertirán la capital en una galería de arte al aire libre hasta julio. Ha contado con la colaboración de un centenar de artistas que han reinterpretado las figuras partiendo de la pregunta ¿qué es Madrid para ti?

 

 

Azzato utiliza diferentes moldes para crear las esculturas, que miden 180 centímetros y pesan 30 kilos. Las construye en fibra de vidrio y las entrega a sus colaboradores “como un lienzo en blanco”. “Cada artista aplica su técnica, por lo que cada menina es una obra de arte única e irrepetible”, sostiene su creador. Azzato estudió en profundidad la obra de Velázquez y lleva una década moldeando la icónica imagen. “Ha habido muchas interpretaciones. Me di cuenta de que era como un sistema de ecuaciones que había que despejar. He llamado a la variable el mensaje infinito de Velázquez. La muestra nos ayudará a desvelar ese mensaje”.

 

 

 

Alejandro Sanz, Enrique Ponce o la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada son algunos de los artistas que participan en el proyecto, bautizado como Meninas Madrid Gallery. El cantante venezolano Carlos Baute se ha sumado con una menina que se expone en la Plaza Mayor. Es una figura de color fucsia a la que ha llamado Madrid en mi ADN. “Dibujé un mapa genético porque Madrid está en mi ADN. Aquí nacieron mis dos hijos y me han sucedido cosas maravillosas. La ciudad me tiene colgado en sus manos”. La frase, que saca de una de sus canciones, preside la escultura junto a otras palabras significativas para él. “Hice la menina en casa. Había que darle un barniz y luego pintarla. Más tarde metimos los dibujos. Tardé una semana”, subraya Baute.

 

 

“El arte hay que tocarlo”

 

 

“Para mí, Madrid es Sabina, por eso le dibujé un bombín”, revela la actriz Marta Hazas. En su menina intenta homenajear al mundo del cómic, un género que le encanta. De hecho, al llegar a la ciudad compraba tebeos en El Rastro. La figura es también una explosión de colores, con los que Hazas intenta “diferenciarla del gris del asfalto”. Para la intérprete cántabra, Madrid es también “esos atardeceres rojos que compensan la ausencia del mar, una jungla de tejados y esa ciudad soterrada de teatros donde he cumplido mis sueños”. Y es Velázquez, a cuya técnica de perspectivas hace un guiño dibujando una espectadora en la falda de la escultura, que se expone en la calle de Bailén y fue elaborada durante “tres tardes en un hotel”.

 

 

Azzato sostiene que la colección aparece por “la necesidad que tiene el arte de salir a la calle”. En su opinión los museos deben estar fuera de los edificios. “La mejor manera de interesarse por el arte es tocarlo y sentirlo”. Su objetivo ahora es llevar el proyecto a otros lugares: “En cada uno de ellos se preguntará a personas significativas qué es la ciudad para ellos”. Una vez terminada la exhibición, las figuras serán subastadas con un fin benéfico. La iniciativa, sin embargo, nace gracias a Acotex, la organización más representativa de la moda en la capital, y es posible gracias al patrocinio de empresas privadas y la colaboración del Ayuntamiento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Crepes de limón

Posted on: abril 17th, 2018 by Super Confirmado No Comments

Ingredientes

 

Ingredientes para la masa básica para crepes dulces:

 

3/4 taza azúcar

 

2 cucharadas fécula de maíz (maicena)

 

2 yemas de huevo batida

 

1 cucharadita cáscara de limón rallada

 

3 cucharadas jugo de limón

 

9 crepes dulces

 

—- Relleno de limón:

 

Combine 1 1/2 taza de leche

 

1 taza harina todo uso

 

2 huevos

 

2 cucharadas azúcar

 

1 cuccharada de aceite

 

1/2 cucharadita sal

 

 

Pasos

 

 

En una olla combine azúcar, maicena, un punto de sal, revuelva con 3/4 taza de agua fría. Mezcle con las yemas batidas, piel de limón y el jugo, Cocine dando vueltas hasta que se espese, siga cocinando por un minuto más. Saque del fuego y revuelva la mantequilla en la olla. Tape y deje enfriar mientras prepara las crepes.

 

 

Bata los ingredientes de la masa hasta que se vea bien mezclado

 

 

Caliente una sartén anti adherente de 20 centímetros ligeramente engrasada.

 

 

Remueva del fuego y agregue dos cucharadas de la masa procurando que cubra el fondo de la sartén.

 

 

Se cocina por un solo lado sin dar la vuelta y se va poniendo en un plato.
Así se van haciendo una a una. Salen alrededor de 16 o 18 crepes. Las que sobren se pueden guardar en el congelador separadas por papel parafinado.

 

 

Una vez listas se pone dos cucharadas de la crema de limón en cada crepe, por la parte no dorada, se enrolla como un brazo de gitano o canelón, y se coloca en la bandeja en que se van a servir. Se tapan y se ponen en la nevera o se sirven enseguida.

 

 

 

Cookpad

Exembajador de Chile en Venezuela: “Mi visión cambió, Venezuela hoy es una dictadura”

Posted on: abril 17th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

En 2014, Bachelet lo nombró embajador en Venezuela. Fue casi un regalo: Pedro Felipe Ramírez, exministro de Salvador Allende, vivió su exilio en Caracas tras un duro paso por Isla Dawson y otras cárceles políticas y era un reconocido admirador de Hugo Chávez. Pero cuatro años cambiaron su visión. A continuación les presentamos la entrevista que le hiciera en Chile el periodista Hernán López para al diario La Tercera

 

 

 

“Cuando recibí a Freddy Guevara en la embajada (diputado opositor a Nicolás Maduro) vino a reclamarme gente del canciller Jorge Arreaza. Me dijeron ‘mire, nosotros lo respetamos porque usted es ex ministro de Allende, pero no entendemos cómo usted está recibiendo gente que está en contra de un gobierno de izquierda’. Le dije dos cosas: la primera es que, por favor, no se compararan con el gobierno del presidente Allende, porque nosotros en tres años no tuvimos un solo preso político y aquí hay cientos y, lo segundo, es que cuando vino el golpe de Estado, a los que fuimos ministros, senadores y diputados de la UP nos investigaron de arriba abajo para ver si nos habíamos robado un solo peso. Y nunca hubo un solo juicio. Para qué vamos a hablar de los niveles de corrupción”.

 

 

 

Hace casi exactos cuatro años, Pedro Felipe Ramírez (76 años) embalaba sus cosas y partía a Caracas como embajador. Su ahora expartido, la Izquierda Ciudadana, lo puso en la lista de candidatos y Bachelet se inclinó por él. Todo un simbolismo para el exministro de Allende: Venezuela era el país que lo acogió como su segunda casa tras una larga prisión política en Tres Álamos, Isla Dawson y Ritoque. Esta vez, sin embargo, sabía que llegaba a una Venezuela distinta, con una profunda fractura social y política y con el recuerdo aún presente de Hugo Chávez, el conductor de la revolución bolivariana al cual Ramírez admiraba y defendía a pesar de todo. “Me decían que era muy chavista y me lo decían con razón”, dice.

 

 

 

Antes de partir, a Ramírez le preguntaron si creía que el gobierno de Nicolás Maduro violaba los derechos humanos. “No me consta”, respondió corto y seco, como respondería un disciplinado militante de la izquierda haciendo caso a una máxima que dice que la defensa de la revolución se hace en público y la crítica se hace en privado.

 

 

Cuatro años después, el hombre -y el militante de izquierda- que se fue no es el mismo que regresó a Santiago.

 

 

 

Pedro Felipe Ramírez está de vuelta en su departamento en calle Merced. Dice que no volvió para dar consejos, que él entrega información a todo el que se la pide y que buena parte de los dirigentes de la izquierda que han llegado a su casa con una posición a favor de Maduro y de su gobierno se van con una impresión distinta. Y es que el exembajador regresó lleno de momentos felices, pero también llegó con un convencimiento que comprobó en primera persona: la situación humanitaria, especialmente de niños y enfermos, es dramática. Peor aún, la corrupción del gobierno de Maduro está desatada y es a todo nivel.

 

 

Hoy, a Pedro Felipe Ramírez Ceballos sí le consta: Venezuela es una dictadura.

 

 

 

¿Cuál era la percepción de Venezuela que usted tenía antes de llegar como embajador a Caracas?

 

 

Era muy chavista, no porque Chávez no hubiera cometido errores; a mi juicio, el proyecto social tenía una intención de llevar a la gente que estaba invisibilizada a una mejor situación de vida, a ser protagonistas de su país, y eso me parecía loable y estaba apoyando ese proceso. Sin duda que se cometieron errores. Primero, se tomaron decisiones económicas equivocadas y, en segundo lugar, hubo algunas decisiones autoritarias que no lo ameritaban, pero eso no invalidaba mi apoyo al proceso revolucionario chavista, que mantuvo su espíritu hasta la muerte de Chávez. Hubo avances notables. Desde luego, la Constitución es un documento notable, se hizo a través de una Asamblea Constituyente participativa, fue un proceso interesantísimo. Basta que lea una sola página, el preámbulo, y verá que es una maravilla. Muchos programas sociales importantes también son parte del proceso, pero lo clave es que a la masa pobre se le entregó protagonismo, que sean personas, que tengan posibilidades de acceder a los beneficios que da su patria. Esperaba que Maduro continuara eso.

 

 

Y después de cuatro años en Caracas y de ver en primera persona la gestión de Maduro, ¿se sigue considerando chavista?

 

 

 

Pero no madurista, y no soy el único. Hoy, en Venezuela no sé si hay más maduristas o chavistas. Muchos chavistas han roto las relaciones políticas con Maduro, incluso algunos de ellos están encarcelados, no sé si hay más chavistas contra Maduro que maduristas. No soy una excepción.

 

 

 

¿Se desencantó del proceso?

 

 

 

Del chavismo no, del proceso tampoco, me desencanté del gobierno de Maduro, que no siguió la vocación popular y democrática de Chávez. Estoy seguro de que si Chávez resucitara y viera lo que está pasando en Venezuela, seguiría los mismos pasos de los chavistas que hoy están encarcelados.

 

 

 

¿Qué vio que lo convenció de ponerse en la oposición a Maduro?

 

 

 

Lo que más me duele de todo es la existencia de una crisis humanitaria muy seria frente a la indolencia del gobierno. Chávez no podría soportar ver esta situación y no hacer todo lo necesario para resolverlo. Eso me parece inaceptable. Muchas otras críticas también tengo, pero la indolencia ante esta situación es lejos lo peor.

 

 

 

Usted, que pudo vivir el día a día en Caracas, en primera persona, ¿la crisis es como dicen que es?

 

 

 

Tal vez es peor. Como yo la vi, la sentí, tengo una percepción que me afecta mucho en mi interior. De lejos, la noticia debe ser terrible, pero yo tuve muchos contactos con gente que trabaja estos temas. Por ejemplo, hay una organización que trabaja dos situaciones, niños con desnutrición aguda y enfermos crónicos que no tienen dinero suficiente para poder atenderse. Gente que tiene hipertensión, que se hace diálisis, con VIH, con cáncer. Cuando me reunía con ellos tenía que hacer un esfuerzo enorme para no llorar, incluso ahora me cuesta… (se emociona unos segundos). Cuando te cuentan que hay niños que mueren por desnutrición o están afectados de manera irreversible en su desarrollo, y no sólo ellos, sino también los hijos y nietos de ellos, porque ese déficit lo van a traspasar a las generaciones. Son niños que parece que han salido de un campo de concentración nazi. Un enfermo crónico que me decía ‘estamos trasplantados de riñón y sabemos que en seis meses más estamos muertos, porque no tenemos los remedios’. Sume la migración, que es brutal, una fuga masiva. Nos hemos beneficiado, porque está llegando gente con alto nivel educativo, profesionales buenísimos. Y ahora está saliendo un montón de gente sin recursos. Antes, los venezolanos llegaban a Chile en avión; ahora llegan por tierra y son siete o nueve días de viaje. Y agréguele la inseguridad, una cosa de todos los días. No me tocó porque voy en un auto con patente diplomática y hace dos años que estoy resguardado por cuatro funcionarios de la PDI. El gobierno, al darse cuenta de la situación que teníamos, envió un equipo. Pero esa es mi situación, la mayoría de la gente vive una delincuencia muy violenta. En Chile te roban un auto y te dejan partir, allá te roban el auto y también te matan.

 

 

¿Venezuela es una dictadura?

 

 

 

Tiene mucho de una dictadura, especialmente a partir del momento en el que se desconoció la Asamblea Nacional.

 

 

 

En ese momento, para usted, se rompe el orden democrático…

 

 

 

Sí, hay un antes y un después. Y cuando se impone la Asamblea Nacional Constituyente, se le pone la lápida…

 

 

Y pasó a ser una dictadura.

 

 

Sí, mi visión cambió: Venezuela hoy es una dictadura. No es una dictadura de la crueldad ni la fuerza de la que tuvimos acá. Cuando la gente compara hay que decir que no es lo mismo; en Chile hubo campos de concentración, asesinatos, desaparecidos, hay que leer el libro de Carmen Frei sobre su padre para entender lo cruel que fue la dictadura. Tiene muchas cosas de una dictadura, pero no es igual a la nuestra.

 

 

¿La elección del 20 de mayo es un fraude?

 

 

 

No me cabe ninguna duda de que es un fraude. Sigo insistiendo en que no estoy seguro de que ocurra.

 

 

***

El exembajador frecuentaba en Caracas un restaurante en el que pedía siempre el mismo plato: Lomito a la piedra. “Le traen dos pedazos de carne cruda y una piedra incandescente y uno va cocinando en la mesa su propio plato con unas salsas exquisitas. Esa carne debe ser medio kilo y cuesta $ 2 mil chilenos”. Si en 2014 había que esperar 40 minutos por una mesa, hoy, menos del 10% de los sitios están ocupados. Si antes el problema era de desabastecimiento, hoy el problema es el precio.

 

 

En el supermercado a veces faltan productos que son repuestos en días. Ramírez podía llenar un carro para echar a andar la residencia de la embajada, pero confiesa haberse sentido muy observado por los demás clientes, que en sus cestas llevaban lo justo.

 

 

Una de las cosas que mejor funciona, asegura, es el mercado negro, porque si uno tiene dólares en Venezuela puede comprar casi cualquier cosa. Pero esa es una minoría, porque todo el resto tiene que vivir con $ 60 mil, un cuarto del sueldo mínimo chileno.

 

 

¿Todo sigue funcionando más o menos igual?

 

 

La mayoría sigue sobreviviendo, piensan que esta situación va a pasar, se va a arreglar y va a volver a ser como antes. Y tienen razón. En los centros comerciales la mayoría de las tiendas están vacías, hay más vendedoras que clientes. Claro que hay algunos que han cerrado, pero mucho menos de los que deberían. Uno ve locales vacíos, que no venden, y uno se pregunta por qué no cierran. Sobreviven.

 

 

Con todo lo que observó, ¿cree usted que la izquierda chilena debiera adoptar una posición más activa sobre Venezuela? ¿O replantearse, definitivamente, su posición respecto de Maduro o el chavismo?

 

 

 

Yo no le voy a dar consejos a nadie, el que quiera pedirme información de cómo yo lo veo, estoy disponible para ello. Algunos me lo han pedido, yo se los he dado, y en todos he visto un cambio de actitud, porque saben que lo que yo digo es lo que veo y lo que estimo y creo, porque no tengo ningún interés particular, salvo hacerle bien a Venezuela y a la región.

 

 

¿Lo llamaban de la Nueva Mayoría para conversar la situación de Venezuela?

 

 

 

El que más me llamaba era mi compañero Sergio Aguiló, también conversé con el PC y Guillermo Teillier. Yo les informaba de la situación, pero el juicio lo hacen ellos.

 

 

¿Y con Bachelet?

 

 

No directamente, pero sé que estaba muy de acuerdo con lo que hacíamos.

 

 

Lagos y Piñera también visitaron Caracas. ¿Fue difícil congeniar esas agendas con el gobierno de Maduro?

 

 

No me complicaba. En el caso de Lagos, el único contacto que tuve es que me llamó y me pidió que le mandara un informe, y aproveché que justo estaba haciendo un informe para muchos amigos. Después comentó que era un informe objetivo y serio y me agradeció. Y en el caso del Presidente Piñera, él fue en dos oportunidades. La primera vez fue por un paso para ir a unos países del Caribe para llevar la postura de Chile en La Haya, y la segunda vez volvió a Caracas invitado por la oposición para reunirse con Leopoldo López. Lo fui a buscar y a dejar al aeropuerto, y le pedí al gobierno que atendiera la seguridad de él, cosa que ocurrió.

 

 

¿Conversó con Piñera?

 

 

Conversé con él varias veces, sobre todo cuando estábamos en el salón VIP esperando las maletas o que subiera al avión. Siempre estaba acompañado de Cecilia Pérez. Ahí descubrí que ella es simpática, no es lo que se ve por televisión, que se ve una persona más dura, agresiva, pero es muy simpática.

 

 

¿Regresará a la militancia activa?

 

 

Podría ser. Tengo cercanía con el grupo de la Izquierda Socialista de Fernando Atria y tengo simpatía por algunos grupos del Frente Amplio, en particular por RD y el Movimiento Autonomista. También tengo admiración por Cristián Cuevas. Son gente muy interesante. He conversado bastante con el presidente de RD, Rodrigo Echecopar, sobre Venezuela, y he tenido contactos con Gabriel Boric, soy bastante amigo, tengo gran respeto por él. Cuando era presidente de la Fech estuvo en mi casa varias veces.

 

 

¿Cuál es el mejor recuerdo de Caracas?

 

 

Las 16 despedidas que tuve y el cariño de la gente, su alegría de vivir la vida.

 

 

¿Y el peor?

 

 

Fui a una farmacia a buscar un medicamento y había mucha gente. De repente sale el químico y dice ‘señores, para ahorrar problemas, quiero decirles que antibiótico para niños no hay nada’. Y sale una mujer gritando y dice ‘¡qué voy a hacer! ¡Se me muere mi hijo!’. Yo lloré… (llora unos segundos), fue muy duro.

 La Tercera

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