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Cuáles son y para qué sirven los medicamentos que más facturan en el mundo

Posted on: marzo 5th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

 

Los treinta mayores fármacos por ingresos aportaron a los laboratorios 133.500 millones de euros en 2017, un 5,2% más. Abbvie, Celgene, Roche, Amgen y Pfizer tienen los superventas.

 

 

 

Los fármacos para el cáncer, la artritis y la diabetes tienen cada vez más peso en la cartera de los laboratorios y en su cuenta de resultados. Los treinta mayores medicamentos por ingresos aportaron a las farmacéuticas 162.900 millones de dólares (133.500 millones de euros) el año pasado, un 5,2% más, favorecidos por su elevado precio ya que muchos de ellos mantienen una patente que les protege de la competencia. La industria tiene 82 medicamentos que facturan más de 1.000 millones de dólares, que suman 262.000 millones de dólares de facturación, un 2,7% más, por la menor aportación de un antitumoral tras perder la patente y a algunos tratamientos para la hepatitis. Dieciséis de estos superventas están indicados para la artritis, el cáncer y la diabetes. Los avances en el tratamiento del cáncer, junto con el envejecimiento de la población y el estilo de vida, sobre todo, en los países occidentales, se reflejan en las ventas.

 

 

 

 

El fármaco que más factura pertenece al campo de la inmunología, Humira, para la artritis reumatoide (una enfermedad autoinmune caracterizada por la inflamación de las articulaciones), ingresó 18.427 millones de dólares el año pasado para su dueño, la biotecnológica Abbvie, un 14,6% más. Dos tercios de las ventas de Humira, que supone el 65% del negocio de Abbvie, son en Estados Unidos, Más de 23 millones de personas en el mundo (unas 230.000 en España) padecen artritis reumatoide.

 

 

 

Crece la demanda

 

La demanda de fármacos para su tratamiento hace que haya cuatro medicamentos entre los treinta con más ingresos, tres en el top 10. Junto a Humira, en tercer lugar aparece Enbrel, que facturó casi 8.000 millones, un 11% menos. Amgen y Pfizer se reparten su comercialización. La primera en Estados Unidos y Canadá, donde las ventas cayeron un 9% y la segunda en el resto del mundo, donde bajaron un 16%. Para Amgen es su principal blockbuster (24% del negocio), seguido del anticancerígeno Neulasta. Para Pfizer es la vacuna Prevenar 13, que es el 10% de sus ingresos. Johnson & Johnson, a través de su división farmacéutica Janssen, cuenta con otro antiinflamatorio para la artritis, Remicade, su superventas, cuya facturación retrocedió un 10%.

 

 

 

 

Pero la estrella son los tratamientos para el cáncer, uno de los grandes motores de futuro de la industria farmacéutica gracias a la innovación. El primero es Revlimid, para el miéloma, de Celgene. Sus ingresos subieron un 17% el año pasado, superando los 8.100 millones de dólares y suponiendo el 63% de las ventas de la biotech americana.

 

 

 

Roche coloca tres de sus desarrollos entre los tres medicamentos con mayores ingresos, y los tres son tratamientos contra el cáncer, del que la farmacéutica suiza es uno de los grandes especialistas. Los más vendidos, MabThera/Rituxan y Hercpetin aumentaron su cifra de negocio un 1% y un 3%, respectivamente en 2017. El tercero, Avastin, la redujo un 2%. Los tres representan el 51% de los ingresos de Roche, que confía en nuevos lanzamientos como Ocrevus (para la esclerosis múltiple) y en nuevas indicaciones de los antitumorales Tecentriq y Alecensa para compensar los ingresos perdidos por la competencia de copias más baratas.

 

 

 

Cuatro de los treinta fármacos (y quince de los ochenta con más de mil millones de dólares de ingresos) están dirigidos al tratamiento de la diabetes, una enfermedad que afecta a 425 millones de personas en el mundo, diez millones más que hace dos años. Sólo uno, sin embargo, figura entre los diez primeros, Januvia/Janumet de MSD, que, pese a caer un 3,5%, sigue siendo uno de los grandes hitos de la farmacéutica americana. La competencia ha afectado a Lantus, de Sanofi, que ha vendido un 19% menos.

 

 

 

Motores

 

 

Entre los compuestos que más suben sus ingresos, el anticoagulante Eliquis, que venden Bristol Myers-Squibb (BMS) y Pfizer. Facturó casi 7.400 millones de dólares en 2017, un 46% más, lo que le coloca en sexta posición. En el octavo, Xarelto, que ingresó un 11% más. Bayer, la propietaria de este anticoagulante oral utilizado en cardiología, lo comercializa en todo el mundo, excepto Estados Unidos, creciendo un 12,7%. En Estados Unidos, los derechos están cedidos a Johnson & Johnson. En el mercado americano las ventas se vieron afectadas por los descuentos, pero crecieron un 9,3%.

 

 

 

Destacan los fármacos para la esclerosis múltiple, un segmento en el que se están adentrando algunas empresas. Seis de ellos facturan más de mil millones de dólares y tres están entre los treinta primeros, encabezados por Tecfidera, de Biogen, que creció un 6,2%, hasta 4.200 millones de dólares. En el lado contrario, la Hepatitis C, con un comportamiento desigual. El tratamiento de miles de pacientes ha provocado una menor demanda de los fármacos, al ser una enfermedad que tiene cura en muchos de los casos. Gilead ha visto como los ingresos de Harvoni cayeron un 52%, compensado en parte con el crecimiento de Epclusa (+100,3%).

 

 

 

Más ventas de Botox y fármacos para el VIH

 

 

Allergan tiene en Botox uno de sus fármacos estrella, debido al crecimiento de la medicina estética. Aportó unos ingresos al grupo de 3.169 millones de dólares, un 13,7% más, mientras que el crecimiento de la cifra de negocio de Allergan se limitó al 9,4%. Dentro del ránking, destacan los medicamentos también para tratar el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), un retrovirus que ataca al sistema inmunitario. Siete de los 82 fármacos que facturan más de 1.000 millones de dólares se dirigen a curar esta enfermedad que, en sólo algunos casos, puede derivar en el síndrome de inmunodeficiencia adquirida(sida). Gilead comercializa cuatro de los siete, encabezados por Genvoya, que duplicó ingresos en 2017 (3.674 millones) y Truvada, que figuran en el top 30, y Atripla y Descovy. Dos son de GSK, Triumeq y Tivicay, que crecieron un 42% y un 47%, y uno (Isentress) a MSD, que cayó un 13%.

 

 

Expansión.com

Con qué recursos cuenta Venezuela para iniciar la próxima etapa

Posted on: marzo 5th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

Coincido con quienes sostienen que la destrucción de Venezuela sobrepasa los límites de lo que vemos. La destrucción no solo alcanza las calles, carreteras y autopistas; no solo los edificios propiedad del Estado; no solo las instalaciones de plazas y parques; no solo los museos y espacios para las prácticas deportivas; no solo las empresas y centros productivos, que el gobierno expropió y condujo a la ruina en tiempo récord. La destrucción, la más siniestra y difícil de medir, se refiere a la que se ha abalanzado sobre los bienes intangibles de la República.

 

 

Se ha liquidado el vínculo que existía entre trabajo y salario: en una economía sometida a los parámetros de la hiperinflación, ningún pago recompensa los esfuerzos ni les sirve a los trabajadores para resolver las necesidades más básicas de sus vidas. Se ha arrasado con las opciones reales y con la idea de que en Venezuela es posible un futuro mejor, con la cada vez más evidente intención de que los jóvenes, especialmente aquellos que están mejor formados, se marchen del país. Se ha desvirtuado la finalidad de las empresas públicas, a este punto: el chavismo-madurismo ha acabado con Petróleos de Venezuela, convertida hoy en día en un núcleo de la corrupción, improductiva, politizada, incompetente, plagada de vicios y ejemplo mundial de la desvergüenza.

 

 

 

Se han desarrollado tres vastas operaciones, que enunciaré a continuación, y que el lector puede documentar por sí mismo. La primera: se ha pervertido el valor que tienen la Constitución y las leyes. Se las ha violado hasta extremos insólitos. Se ha creado ese artefacto ilegítimo, ilegal y fraudulento que es la asamblea nacional constituyente, se ha fabricado un TSJ que contraviene los procedimientos establecidos en la ley, se han convertido los poderes públicos, de forma notoria el CNE, en comisarías políticas del régimen, cuya tarea principal consiste en eliminar, uno a uno, los derechos de la sociedad venezolana.

 

 

 

La segunda: se ha propagado una conducta que opera bajo un doble paradigma mental: todo puede ser robado, todo bien público puede convertirse en patrimonio de unos pocos, y lo más gravoso es que esos delitos están rodeados de impunidad. Las instituciones que hubiesen podido reaccionar en contra de la corrupción y de la destrucción de las instituciones están bajo la influencia y el control de los delincuentes.

 

 

 

La tercera, que tiene especial relevancia en la coyuntura de hoy: la propagación de la idea de que el poder es invencible, que Venezuela se mantendrá, durante los próximos años, bajo el control de un régimen en manos de bandas de delincuentes, algunas de ellas armadas, que se pasean por las calles para exhibir su poder de fuego. La campaña de la desesperanza es activa y se alienta a través de los más diversos recursos, lo que incluye una actitud de desánimo en algunos demócratas.

 

 

 

Sin embargo, frente a todo esto hay una sociedad que resiste, protesta e insiste en la lucha por el cambio de régimen. En los últimos meses, aunque sea algo difícil de aceptar, el poder se ha debilitado. Su ruina económica es creciente, el silencio de los que eran sus aliados, indiscutible. La disidencia interna es cada día más grande. Hay ministros, viceministros y altos cargos del Poder Ejecutivo buscando el modo de huir de Venezuela. Hay alcaldes y gobernadores del PSUV que han sacado a sus familias del país y han vendido sus propiedades. Cada día hay más funcionarios que viven en casas de familiares o en hoteles, esperando el momento para cruzar la frontera.

 

 

 

Dentro y fuera de Venezuela, a medida que crece la convicción de que el régimen está en sus últimos días, se intensifica el análisis y los debates sobre esta cuestión fundamental: con qué recursos cuentan los demócratas para recuperar a Venezuela, con qué recursos se cuenta para dar inicio a una nueva etapa venezolana.

 

 

 

En primer lugar, debo mencionar a los trabajadores, de distinta especialidad que se han mantenido en el país, y a los que están listos para volver, ciudadanos del trabajo y los esfuerzos, cuyo compromiso con la nación se ha incrementado en medio de las dificultades. Están también los empresarios, los que han logrado mantenerse y los que aguardan el momento de reiniciar a sus actividades, que serán factor vital para la reactivación económica.

 

 

 

 

Fuera de Venezuela hay gobiernos y cadenas de ONG que tienen todo a punto para iniciar el suministro de ayuda humanitaria, por la que claman millones de familias en todo el territorio. Los organismos multilaterales, donde se sigue a diario la situación venezolana, ya han calculado los fondos que serían vitales para la primera fase de reconstrucción del país. Conozco de primera mano iniciativas de expertos en derecho, economía, políticas públicas, educación, salud, alimentación, seguridad y cultura que cuentan con los diagnósticos y los planes de trabajo para poner en marcha en un tiempo inminente. Otra fuente de recursos profesionales que está a la espera para ofrecer sus talentos y contribuciones aguarda en las universidades del país.

 

 

 

En las últimas semanas, en España, Argentina, Chile, Estados Unidos, Perú, Colombia, Panamá, Estados Unidos y en otros países, se han producido, en distintos formatos y ocasiones, elogios y reconocimientos al talento profesional venezolano, a la disposición al emprendimiento que muestran quienes han emigrado, a la rapidez y eficacia con que aprenden y se desenvuelven en mercados laborales distintos al venezolano. Saber que una parte considerable de esa fuerza humana y trabajadora vive con las maletas preparadas para regresar es un anuncio reconfortante que nos dice que contamos con los factores imprescindibles para dar inicio a una nueva etapa en Venezuela.

 

 

 

Están dadas las condiciones. Hay consenso de todos los actores. Los planetas están alineados. El cambio es inminente.

 

Editorial de El Nacional