De cara a Cumbre de las Américas, EE.UU. lidera estrategia hemisférica.
La Voz de América entrevistó a la directora de medios de la Casa Blanca, Helen Aguirre, para hablar sobre la crisis en Venezuela, la posibilidad de un encuentro entre el presidente Donald Trump con otros líderes del hemisferio, en la próxima Cumbre de las Américas que se realizará en Perú y los retos de las relaciones de EE.UU. con Latinoamérica.
VOA: ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno del presidente Trump para garantizar el retorno de la democracia en Venezuela?
Helen Aguirre: El presidente Donald Trump ha sido muy claro desde el comienzo. Apoya al pueblo de Venezuela, como al de Cuba, entre otros, que buscan y trabajan arduamente para restaurar la democracia en sus países.
En el caso específico de Venezuela hemos efectuado algunas sanciones contra aquellos que han violado los derechos humanos y la Constitución en físico y en espíritu. Ciertamente el presidente sigue estudiando, así como todas las agencias que tienen que ver con el asunto de Venezuela, todos los mecanismos disponibles para poder ayudar al pueblo a que restauren la democracia, porque de eso se trata del apoyo al pueblo.
Desde hace mucho meses se habla de sanciones directas a la industria petrolera venezolana. ¿Qué detiene al presidente Trump a tomar estas decisiones?
Estas decisiones no se pueden, ni se deben tomar ligeramente porque siempre tienen sus efectos secundarios. Con el viaje del secretario de Estado, Rex Tillerson, a Latinoamérica vimos que habló abiertamente sobre tomar algunas sanciones contra la industria petrolera venezolana, no para castigar al pueblo venezolano sino porque algunos miembros de la oposición han dicho que sería un mecanismo importante para ayudarlos a que el pueblo retome el camino hacia la democracia en Venezuela.
¿Podríamos decir que son inminentes esas sanciones?
No, se están estudiando. El Departamento de Estado y la Casa Blanca están estudiando la medida porque tendría efectos en otros países y en la industria petrolera de EE.UU. Tenemos que medir oportunamente para ver si es algo que ayuda realmente al pueblo venezolano a llegar a su meta.
Hace algunos meses la Casa Blanca rechazó la intervención directa sobre Venezuela, pero la situación ha cambiado, la crisis humanitaria sigue deteriorándose, no hay un avance en el diálogo y hay una conovocatoria de elecciones que la Casa Blanca considera «ilegítimas». ¿Cabe pensar que sobre la mesa está la posibilidad de una intervención directa de EE.UU. en Venezuela?
Una de las cosas importantes de esta crisis es que ha sido un punto que une a EE.UU. con un gran número de países que integran la OEA y el papel de la OEA no se debe subestimar en este caso. Bajo la presidencia de Trump estamos viendo que EE.U. ha retomado su interés de queder ser líder y coparticipe en lo que es la prosperidad y apoyo a la democracia en el hemisferio y es algo que lo estamos viendo con esta crisis. Es algo que se está trabajando y el secretario de Estado lo ha dado a entender en su gira por Latinoamérica. Esta es una decisión que se hace entre países vecinos porque compartimos una responsabilidad dentro del hemisferio y también queremos buscar mejores caminos para apoyar la democracia y la prosperidad.
¿Eso quiere decir que esa opción de intervención directa se está analizando entre EE.UU. y países vecinos?
Ciertamente, no se puede descartar nada y el presidente ha sido muy claro que nunca se descarta de manera abierta lo que podría ser una estrategia. Estamos muy preocupados con lo que está sucediendo en Venezuela y como mencionas la crisis humanitaria está llegando a un nivel dramático. Estamos trabajando con países vecinos de Venezuela para ver qué se puede hacer para ayudar a la hambruna y la crisis en el país sudamericano.
¿EE.UU. entonces no descarta la intervención si los países vecinos se ponen de acuerdo?
No estoy diciendo que EE.UU. está mirando una opción militar o que no está mirando esa opción. No voy a hablar sobre este tema, no vay a decir sí o no. Lo que sí puedo decir es que estamos buscando los caminos idealmente pacíficos para llegar a un acuerdo oportuno para el pueblo de Venezuela.
¿Podría considerarse que la Cumbre de las Américas (13 y 14 de abril, 2018) sería una especie de línea roja dependiendo de lo que ocurra ahí y si se encuentran o no el presidente Maduro con Trump?
Lo que se va tratar en esa cumbre serán temas diversos que incluye Venezuela, pero no sólo la crisis venezolana. Ciertamente es un tema que no se puede ignorar. La Cumbre representaría algunos retos no para EE.UU. sino para el régimen de Nicolás Maduro al tener que darle cara a un gobierno que es antidemocrático y que está llevando a su país al calvario.
¿Existe detrás de esta gira del secretario Tillerson una estrategia para unir al hemisferio y lograr que la OEA vote una resolución en contra de Venezuela?
Tienes razón en que esos países que visitó el secretario de EstadoTillerson son importantes para el tema de Venezuela, pero sobre otros temas también. Sabemos que la participación de los países del Caribe son importantísimos y el voto que representan son importantes en lo que se refiere a la OEA. Lo que sí queremos es trabajar en voz unánime a favor de la democracia, de la prosperidad y a favor de los pueblos.
Y cuando uno ve la situación en Venezuela, quién no pone en duda que el régimen de Nicolás Maduro representa los intereses de algunos militares venezolanos y ciertamente del régimen cubano y no de los mejores intereses ni los deseos del pueblo venezolano.
¿Está confirmada la participación de presidente Trump a la Cumbre de las Américas?
El presidente Trump no ha confirmado su participación, pero ha sido muy claro en que apoya los esfuerzos de estas entidades en Latinoamérica y que el quiere un mayor acercamiento con centro, sudamérica y también con México. Casi la mitad de los acuerdos bilaterales se hacen en EE.UU. y queremos aumentar eso en Latinoamérica, así como los temas que se tratan que no solo tienen que ver con el crimen transnacional, la inmigración y el tráfico humano. El año pasado EE.UU. tomó un papel muy importante en su primer año y se vio en la visita del vicepresidente Mike Pence a Latinoamérica, donde pudimos aumentar nuestras relaciones y vínculos con Latinoamerica. No solo vimos un mayor acercamiento con acuerdos bilaterales sino en otros temas comunes como los retos para aliviar la pobreza, el acceso a la tecnología, mejores prácticas de ONG’s para ayudar a aquellas comunidades que necesitan un poco más. Lo que queremos es compartir la sabiduría, las buenas experiencias y compartir la prosperidad hemisférica. EE.UU. y el presidente Trump están más que decididos a hablar de esos temas. La cumbre podría ser una oportunidad para ello.
¿De qué depende la asistencia del presidente Trump a la cumbre?
Del calendario, obligaciones que tiene previstas que podrían impedir el viaje. Pero el presidente está muy claro y sabe que muchos de sus amigos líderes van a estar ahí y hará todo lo posible para poder estar, pero todavía no lo podemos confirmar.
¿Hay algún avance sobre lo que dijo el secretario Tillerson en Colombia con respecto de ofrecer ayuda al país para atender a los venezolanos?
Se está estudiando el tema. Uno entiende por qué huyen los venezolanos a Colombia, pero también entendemos el reto que eso representa y el peso para Colombia para poder absorberlo debidamente. Si hay algo que EE.UU. pueda hacer, estamos más que conscientes de ese problema, no podemos comentar más.
¿Hay un mecanismo específico en este tema?
Estamos trabajando sobre este tema.
Voz de América
Lina Correa