El enfrentarse a un año que luce extremo como el 2018 es un desafío gerencial y profesional de primer orden, por lo que hay que procurar la mejor disposición y las mejores herramientas ejecutivas que impacten favorablemente en la creación de valor dentro de la empresa.
1.- Procure utilizar con la mayor rapidez el efectivo disponible
La gerencia del efectivo, entendiendo por esto desde la cobranza hasta la disposición del mismo, donde la rápida pérdida de valor continuamente a lo largo del día lleva a tener que contar con una planificación muy precisa, un eficaz uso de los medios bancarios utilizando todos los disponibles especialmente los digitales, estableciendo la máxima flexibilidad para que los clientes puedan pagar. No debe dejarse de usar ningún medio que permita cobrar: abrir cuenta en varios bancos incluyendo los productos digitales como el pago móvil, dinero electrónico en moneda local; así como las cuentas en moneda extranjera en las que progresivamente pueda realizar transacciones financieras. Para ello deben blindarse los procesos desde el punto de vista legal y cubrir las formalidades de cada caso.
2.- Endéudese en moneda local, períodos cortos de hasta tres meses y gestione líneas de crédito revisables incrementales con manejo de garantías en moneda dura. La banca local se enfrenta con un reto de suma importancia: mantener capitalizada la institución para abordar las crecientes necesidades de los clientes. Por tanto, el manejo coordinado de cuentas en moneda local y moneda dura es clave para aprovechar el ambiente de pérdida continua de valor de la moneda local. Por su parte, los clientes que logren reducir los ciclos del efectivo se verán beneficiados con el aprovechamiento de los mayores márgenes de intermediación nacionales. En el mismo sentido, la relación con bancos con mayor profundidad (que tengan la posibilidad de coordinar el manejo corporativo del dinero) es clave para aprovechar ventajas del amplio arbitraje comercial nacional ya su vez fortalecer la posición con activos en moneda dura.
3.- Trabajar y desarrollar marcas locales ofreciendo un producto o servicio diferenciado
En el pasado reciente la globalización nos condujo a un proceso de incorporación de marcas mundiales en lo cotidiano. Ante la pérdida estrepitosa de valor de nuestra moneda resulta que lo pertinente es trabajar en nuevas formas de ofrecer los productos y lograr que los clientes puedan acceder a los mismos. Desarrollar nuevas marcas deslindándose de las tradicionales, procura establecer nuevos vínculos en la relación con los clientes: nuevos empaques (tanto más grandes para vender a menor costo unitario como más pequeños accesibles a la masa y con mejores márgenes), nuevos canales que incluyan ventas directas a grupos de consumidores, en condominios, calles de urbanizaciones, en oficinas, centros comerciales en espacios no permanentes, entre otros.
4.- Coordinar el consumo ya que se necesita reducir el consumo de cosas que aumentan rápidamente de precio sin tener que reducir el consumo de bienes que suben con menor rapidez o incluso disminuyen de precio .
Dentro de la inteligencia comercial que se debe fomentar en momentos de restricción, una clave importante es identificar aquellos productos o servicios cuya variación de precios se produce con mayor frecuencia. Para ello se recomienda un registro inteligente que muestre tanto variación de precio como de tiempo de cambio, digamos de la duplicación del precio. De esta forma se puede programar mejor el uso del dinero y no dejar de comprar lo que incluso hay que aprovechar en virtud del arbitraje comercial temporal.
5- Establecer vínculos comerciales y financieros con la diáspora
La realidad de la emigración venezolana a tan diversos y distantes destinos tiene estupendas ventajas desde el punto de vista empresarial que pueden y deben explotarse. Quizás la más importante es que la vinculación personal, familiar e incluso laboral puede ser el camino para procurar el abordaje de mercados externos de productos locales nacionales o bien del emprendimiento de las mismas operaciones en escalas reducidas fuera, con alianzas o tercerizaciones para acceder a nacionales que demandan productos venezolanos fuera o la introducción de productos que por los bajos costos laborales internos sean competitivos en el exterior.
Esto fenómeno se está materializando desde hace algunos meses en mecanismos formales de exportación, o bien por contrabando de extracción. Es decir, el desarrollo de mercados foráneos está replicando la gestión formal e informal de la economía venezolana, tal cual como ocurre en muchas naciones. Lo recomendable es que en orden estratégico, el desarrollo de mercados no es simplemente aprovechar oportunidades de corto plazo sino más bien el crear estrechos lazos de actividad permanente y recurrente.
Por otra parte, el establecer vínculos con la diáspora puede servir para canalizar oportunidades de obtener financiamiento para nuevos emprendimientos o la adquisición de algunos que se estén abandonando o liquidando. Con ello se aprovecha la presencia local y la inversión “extranjera de nacionales” logra entrar en donde haya mayor rentabilidad.
6- Entender el convivir con una economía de guerra con bajo perfil en cuanto a inversiones y líneas de abastecimiento. En estos tiempos convulsionados es interesante revisar los conceptos de economía de guerra que dicen son: “periodos de extrema autarquía y que tiene por objeto mantener el funcionamiento de las actividades económicas indispensables para un país, procurar el autoabastecimiento, desincentivar el consumo privado, garantizar la producción de alimentos y controlar la economía nacional desde el Estado”.
En ese orden de ideas, esas prioridades seguirán marcando el entorno, por lo que limitar las inversiones a lo indispensable que conlleve el mantenimiento de la operación en marcha, establecer alianzas o convenios que garanticen los insumos para autoabastecerse, el capturar el pedazo de mercado nacional que seguirá vivo, y el sortear la creciente presión por el control de todo de parte del Estado. Ese es un enorme reto que con innovación y astucia puede superarse.
7.- Acuerdos con el personal que anticipen pago contra trabajo a futuro, para apalancar su poder de compra efectivo. Quizás la dificultad mayor del próximo año será la continua rotación de personal. Por tanto, deben procurarse formas más efectivas para lograr retener al personal clave en las organizaciones dentro de los rígidos y asfixiantes parámetros de la legislación laboral vigente. Una de ellas en pagar cada vez más porciones de salario en moneda dura (en concordancia con el manejo del ciclo de efectivo moneda local y dura antes descrito), que en muchos casos están eludiendo los compromisos legales asociados.
Igualmente se pueden realizar planes recurrentes de abastecimiento de productos donde el poder de compra de la empresa atraiga a los proveedores y de esta forma ofrecer cubrir parte de las necesidades de los empleados. Igualmente el asumir como programa de becas el pago de educación para los mismos o sus familiares, de transporte en convenios directos con líneas y servicios en línea, o de salud directamente con centros de salud donde se adquiera equivalente de medicina prepagada, o de turismo en convenios con operadores turísticos locales.
Como consejo final compre solo lo que necesita, especialmente aquellos objetos que sirvan para más de una función, y privilegie la adquisición de los que se consideran bienes duraderos, con moneda local y sincronizando la frecuencia de compra en virtud del arbitraje comercial y financiero del entorno actúa.
Banca y Negocios
Francisco Sanabria Rotondaro / fsanabriar@gmail.com