Lejos de solucionarse, la falta de gasolina y diesel que viven los usuarios del interior del país desde hace semanas se ha profundizado. Esta situación se evidencia en la orden del Ministerio de Energía y Petróleo a las bombas de cinco estados que establece límites de abastecimiento por vehículo, pero la intención es extenderla a otras entidades, revelaron fuentes del sector petrolero.
El sábado, la Dirección Regional Barinas del despacho, que abarca esa entidad, además de Apure, Portuguesa, Lara y Cojedes, instruyó a las estaciones de servicio a vender solo 30 litros de combustible por automóvil, 5 litros a las motocicletas y 35 litros a camionetas y camiones 350 en adelante, con excepción de los que transporten alimentos, medicinas y prensa.
Pese a que en Táchira no ha llegado instrucción oficial, los usuarios fueron sorprendidos con que solo les despachan 30 litros por vehículo, pese a que ya tienen la restricción de un cupo de 40 litroscomo consecuencia del chip o tag. Dueños de estaciones servicio, que pidieron no mencionar sus nombres, señalaron que la reducción de 10 litros proviene directamente del sistema tecnológico de control de combustible fronterizo, instalado en todas las gasolineras y a través del cual, con la lectura del chip o código de barras, es regulada la venta del carburante.
Cuando el ministerio asignó el tag o código de barras a cada conductor, fijó también la cantidad de combustible a comprar de acuerdo con el tamaño del tanque del vehículo, además de limitar la frecuencia de compra. “Creen que con esta medida van a revertir la situación. Eso es inversamente proporcional a las colas: mientras menos gasolina le pongas al carro, más rápido vas a regresar a hacer cola. Las personas no van a dejar de comprar carburante. La única manera que la persona baje el consumo es con el aumento del precio de combustible y que incida en el presupuesto familiar”, dijo un concesionario.
Desde el 24 de diciembre, a medianoche, hasta ayer centenares de vehículos se han mantenido apostados en las gasolineras de la capital merideña a la espera de tener el lugar en la fila y ser despachado. Aunque todas las bombas están custodiadas por militares de la Guardia Nacional Bolivariana, se han presentado algunos problemas por el abuso de conductores pertenecientes a organismos gubernamentales.
El transporte público ha trabajado parcialmente y las rutas extra e interurbanas no cuentan con el número requerido de unidades igual que el servicio de taxis. Uno de los sectores más afectados es el turístico ya que muchos visitantes cancelaron sus reservaciones en esta temporada, debido a la crisis de combustible que tiene ya varias semanas.
En el interior de Mérida el problema es similar. En Tovar hay estaciones de servicio que no reciben inventario desde hace nueve días y otras despachan con restricción porque en esa zona hay chip de control. En El Vigía el abastecimiento es irregular, pese a tener una planta de llenado de combustible a solo 15 kilómetros de distancia.
En Caracas se observó ayer retrasos en el transporte de pasajeros en varios terminales por la falta de gasoil (diesel) en los expendios de la capital. “Pdvsa prometió que enviaría las gandolas con gasolina y diesel el 24 y 25 de diciembre, pero no lo hizo y las bombas amanecieron secas este 26”, relató un concesionario.
La situación se fue normalizando a partir del mediodía con la llegada de las cisternas de combustible. Los concesionarios caraqueños revelaron que no han recibido hasta ahora instrucciones de Pdvsa o el ministerio sobre racionar el carburante.
“La situación de la escasez de combustible va a empeorar porque siguen los problemas en las refinerías de Amuay y Cardón (Falcón), mientras que El Palito (Carabobo) y Puerto La Cruz (Anzoátegui) están paralizadas”, alertó Iván Freites, directivo de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela.
El representante de la Futpv explicó que la actual producción nacional de gasolina y diesel (390.000 barriles diarios) no cubre el consumo del mercado interno de 470.000 barriles al día por lo que Pdvsa debe importar, pero no tiene recursos financieros.
“El jueves un buque descargó 100.000 barriles en Bajo Grande (Zulia), pero ese volumen es insuficiente para satisfacer la demanda”, insistió Freites. Reveló que en la Costa Oriental del Lago las bombas vendían 30 litros de carburante por vehículo.
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas detuvieron a Romer Chacón, administrador del terminal de pasajeros de San Cristóbal, Táchira, debido a las protestas de los usuarios por la falta de unidades de transporte con destino a distintos puntos del país. Chacón fue puesto en libertad, pero con medida de presentación cada 15 días.
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