La Armada de Argentina admitió la posibilidad de que no se sepa nunca la razón que hizo desaparecer al submarino ARA San Juan en aguas del Atlántico Sur hace 19 días, algo que dependerá de poder localizarlo en el fondo del océano, para lo que se seguirá trabajando «hasta agotar los medios disponibles».
«Es importante el contacto visual de este equipamiento, de poder localizarlo en el lecho del mar. Va a dar un indicio si visualmente se percibe algo que genere una evidencia (de lo ocurrido), puede que sí, puede que no», reconoció este lunes el portavoz de la Armada, Enrique Balbi, al ser consultado por una periodista sobre si se sabrá alguna vez qué le sucedió a la nave.
Durante su parte diario en Buenos Aires sobre el intenso operativo de búsqueda, el capitán de navío insistió en que no hay un tiempo límite de búsqueda del sumergible, que el 15 de noviembre comunicó por última vez su localización a 430 kilómetros de la costa argentina.
La confianza pasa ahora por la tecnología de Rusia y Estados Unidos que está a punto de llegar al lugar donde se cree puede estar el buque militar, una superficie de casi 4.000 kilómetros cuadrados equivalente a 20 veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires.
Este área se delimitó en torno al punto del mar donde, con base en la información de diversos organismos internacionales, se registró una «anomalía hidroacústica» relacionada con un evento «consistente en una explosión» pocas horas después de que se perdiera el rastro del sumergible.
Este martes llegará el barco ruso de exploración científica Yantar, que cuenta con equipamiento de alta tecnología de inspección subacuática y puede efectuar búsquedas a profundidades de hasta 6.000 metros.
Además, el sábado arribará otra embarcación con un robot de Estados Unidos que también puede trabajar en la detección hasta la misma profundidad.
Sin embargo, los trabajos dependerán directamente de las condiciones meteorológicas, que no se esperan buenas para los próximos dos días.
En la última semana, diversos barcos han detectado con sensores seis «contactos» o indicios de objetos metálicos que podían ser el submarino, de los cuales tres ya fueron descartados por ser viejas embarcaciones hundidas.
Es por eso que quedan otros tres, a alrededor de 700, 800 y 900 metros de profundidad, sobre los que deberá trabajar la tecnología rusa y estadounidense, así como el robot ruso Panther Plus, que puede inspeccionar hasta los 1.000 metros y que ya está en el mar argentino desde hace dos días.
Aunque ya está el 100 % del área rastreada, para comprobar que no se han quedado por el camino otros «contactos» que los barcos no hayan detectado se mantienen en el área de operaciones seis buques -cinco de la Armada Argentina y uno de Chile- que siguen barriendo el fondo intentando detectar cualquier alteración sospechosa en el fondo.
Preguntado por la prensa, Balbi se refirió de nuevo a la avería sufrida por el ARA San Juan la noche antes de desaparecer, provocada por la entrada de agua en el compartimento de baterías eléctricas, algo que el capitán insistió fue subsanado y el submarino pudo seguir navegando hacia Mar del Plata, adonde tenía que haber llegado el 19 de noviembre.
«El comandante informa primero telefónicamente y después por escrito que había tenido una falla en el circuito de baterías de proa, concretamente un cortocircuito, que para nosotros es humo sin llama. No fue considerado como una emergencia porque el comandante no lo consideró una emergencia», aseveró el capitán.
Al tiempo en que sigue el operativo de búsqueda, que la Armada continuará «hasta agotar los medios disponibles», una causa judicial se encarga de investigar si se cometió algún delito en la desaparición del sumergible.
No obstante, este domingo volvió a Argentina una comitiva que había viajado a Alemania para hablar con la empresa constructora del ARA San Juan, diseñado en ese país e incorporado en 1985 a la Armada Argentina.
«Trajeron información del diseño y diferentes apreciaciones que está siendo recabada y puesta a disposición de la doctora Yáñez (Marta, la jueza del caso)», destacó Balbi.
Además, el portavoz de la Armada destacó la importancia que pueda tener la realización de pericias sobre el submarino ARA Santa Cruz, considerado «mellizo» del ARA San Juan y que actualmente está sometido a un proceso de reparación en Buenos Aires.
«Es como una maqueta viva para apreciar qué pudo haber pasado», subrayó Balbi, quien hace cuatro días, y en nombre de la Armada y el Ministerio de Defensa, anunció que la búsqueda del submarino continuaría sin fecha límite pero descartando rescatar a los tripulantes por no haber posibilidades de supervivencia.
Aquel anuncio despertó la indignación de los familiares, que en medio del dolor marcharon ayer en la ciudad de Mar del Plata, donde tenía su base el submarino, para reclamar al Gobierno de Mauricio Macri que retome la fase de búsqueda con miras a un eventual rescate de la tripulación.
En este sentido, Balbi reiteró que el cuerpo sigue «desde el primer momento» acompañando y asistiendo a las familiares, con apoyo de contención psicológica. EFE