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La Academia echa a Weinstein y pone fin a la complicidad con abusos sexuales

Posted on: octubre 15th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

La Academia de Hollywood expulsó este sábado al productor Harvey Weinstein, envuelto en un enorme escándalo de abusos y acoso sexual, y decidió enviar al mundo el mensaje de que «la era de la ignorancia deliberada y la complicidad vergonzosa» con los delitos sexuales ha terminado.

 

 

Los 54 miembros de la junta de la Academia de Hollywood celebraron hoy una reunión urgente en su sede de Los Ángeles para decidir qué medidas tomaban contra Weinstein y anunciaron su decisión en un duro comunicado, en el que se dirigen a toda la industria cinematográfica.

 

 

 

«Hacemos esto no solo para separarnos de alguien que no merece el respeto de sus compañeros, sino también para enviar el mensaje de que la era de la ignorancia deliberada y la complicidad vergonzosa en los comportamientos sexuales de depredadores en nuestra industria acabó», reza el comunicado.

 

 

 

«Lo que está en cuestión es un problema muy grave que no tiene lugar en nuestra sociedad», añaden los miembros de la junta de la Academia de Hollywood, institución encargada de los Óscar y en la que se integran importantes iconos del cine, como Tom Hanks, Whoopi Goldberg y Steven Spielberg.

 

 

 

Según consta en la nota, la junta de la Academia de Hollywood celebró hoy una votación y, con una mayoría que superaba «bien en exceso» los dos tercios necesarios, decidió expulsar a Harvey Weinstein de manera inmediata, a pesar de que los artistas son admitidos como miembros de por vida.

 

 

 

La expulsión de Weinstein supone un importante cambio de rumbo en la Academia, que durante años defendió que los logros profesionales estaban separados de los escándalos y, por ello, había rechazado por ejemplo expulsar al cómico Bill Cosby, acusado de abusos sexuales por hasta 60 mujeres.

 

 

 

La Academia tampoco desterró al realizador franco-polaco Roman Polanski, acusado de abusar de menores, y tampoco reprimió al actor y director Mel Gibson, quien en 2006, en estado etílico, profirió unos duros comentarios contra los judíos y en 2010 agredió a su pareja.

 

 

 

Antes de su decisión de hoy, la Academia, compuesta por 8.400 miembros, solo había tomado una decisión similar en el caso de Carmine Caridi, actor de reparto en «El padrino II» y que, en 2004, fue expulsado por una infracción de derechos de autor al permitir la copia ilegal de algunas películas.

 

 

 

En su nota de hoy, la institución se comprometió a «trabajar para establecer unos estándares éticos de conducta» que todos los miembros de la Academia deben seguir para servir de ejemplo.

 

 

 

El famoso columnista de The Hollywood Reporter, Scott Feinberg, consideró que la decisión de hoy «puede suponer el comienzo de un capítulo muy duro» para la Academia, puesto que «lo próximo que va a pasar, para bien o para mal, es que una amplia variedad de grupos va a exigir que se trate de manera similar a otros miembros problemáticos».

 

 

 

Feinberg pone de ejemplo a Polanski o al actor Stephen Collins, un habitual de series y películas de Hollywood que, en 2014, admitió haber abusado de adolescentes durante décadas.

 

 

 

El escándalo sobre Weinstein estalló a principios de octubre, cuando el diario The New York Times y la revista The New Yorker destaparon el historial de acosos sexuales supuestamente perpetrados durante décadas por Weinstein, cofundador junto a su hermano Bob de Miramax y The Weinstein Company.

 

 

 

La lista de mujeres que sufrieron los abusos del productor no ha dejado de crecer en los últimos días, llega ya a 40 e incluye a famosas actrices como Angelina Jolie, quien a finales de la década de los 90 rechazó los avances del productor en una habitación de hotel.

 

 

 

A través de una portavoz, Weinstein negó esta semana las acusaciones de violación, aunque ha admitido que su conducta «ha causado mucho dolor».

 

 

Durante décadas, Weinstein ha estado muy ligado a la Academia de Hollywood como uno de sus miembros con más poder que llegó a conseguir 300 nominaciones para los Óscar y 80 estatuillas para sus estudios.

 

 

 

Entre esos premios, figura el Óscar a mejor película que ganó en 1999 con «Shakespeare enamorado» («Shakespeare in love»).

 

 

 

Según medios especializados, la Academia también había llegado a valorar la posibilidad de arrebatarle ese Óscar a mejor película, pero finalmente se decantó por la expulsión.

 

 

 

EFE

La hora crucial del ciudadano

Posted on: octubre 15th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Decir que la participación del ciudadano en los procesos electorales es fundamental parece trillar en parcela clásica, en espacios abonados a través de la historia por el pueblo venezolano, pero la cita de hoy tiene características especiales que obligan a una presencia masiva.

 

 

No solo nos ocuparemos de elegir autoridades regionales, sino también de hacer una demostración sobre el destino del país que sobrepasa los confines de los intereses que están en juego en cada uno de los estados que forman nuestro mapa. Hay una topografía más escabrosa que nos reclama, una reunión de elementos que se ubican más allá de los confines regionales y ante la cual tenemos la obligación de ofrecer una sola respuesta conjunta.

 

 

 

Quizá como pocas veces antes, ahora la nación depende de las regiones. De cada una debe salir una respuesta que se ocupe de lo comarcal, por supuesto, pero que también llame la atención sobre el panorama terrible de los padecimientos venezolanos. Son de tal magnitud los problemas nacionales que requieren una respuesta panorámica, una contundencia a través de la cual se manifieste sin posibilidad de cavilaciones la urgencia de un cambio en el rumbo de la política.

 

 

 

Pero ¿de dónde debe salir esa respuesta? De la Venezuela profunda, de las poblaciones abandonadas, de los caseríos arrinconados por la desidia, de los municipios dejados a la buena de Dios, de los harapos y los andrajos de sus habitantes desairados y engañados. El territorio tiene mil voces, pero cuando los sonidos se convierten en uno solo se expresa todo el cuerpo de la nación.

 

 

 

De allí que no estemos solamente ante la necesidad de ver el entorno inmediato, de mirar apenas un poco de nosotros. La necesidad de un estado es la misma del vecino. El clamor de una población suena como el de las otras. Una  voz es ahora o puede ser millones de voces, dadas las circunstancias de calamidad que todos padecemos. El cambio lugareño es, por lo tanto, el puente para un cambio de grandes proporciones.

 

 

 

La calamidad venezolana se ha traducido a su manera en los estados que forman la república, pero cada traducción conduce a una única desembocadura de fracaso generalizado. Pese a los pormenores, pese a la peculiaridad de los problemas y los asuntos de cada parcialidad, su reunión necesariamente conduce a la búsqueda de una salida general que nos incluye a todos los habitantes de oriente y occidente, del norte y del sur en una sola experiencia de declive y pesar.

 

 

 

En consecuencia, el voto de ahora no solo se relaciona con el pasar de cada quien en su comunidad, sino especialmente con las urgencias del país completo, de todo un universo flagelado y humillado. No solo nos convoca nuestro candidato a gobernador, nuestra experiencia de lo cercano, nuestra obligación con lo que está más a mano, sino una comunión de voluntades que tiene el derecho de labrarse un destino más digno y enaltecido.

 

 

 

Por eso estamos ante una elección excepcional, debido a la cual los problemas aparentemente pequeños del elector se pueden convertir en el anuncio de un cambio de grandes y profundas proporciones.

 

Editorial de El Nacional