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    ¿Por qué estornudamos varias veces seguidas?

Posted on: septiembre 19th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

¡Achús, achús, achús! No hay estornudo que venga si no es acompañado de un par más.

 

 

 

Me parece realmente interesante cómo la ciencia logra explicar pequeños detalles y comportamientos que transcurren en nuestro día a día y que durante algún momento en nuestra vida nos hayamos preguntado por qué ocurren. Entre estos sucesos está el estornudo, que cómo a todo el mundo probablemente le pasará, viene acompañado de una sucesión de estornudos.

 

 

 

Hoy nos preguntamos, ¿por qué estornudamos varias veces seguidas? ¿por qué estornudamos en una sucesión y no una sola vez?

 

 

¿Por qué estornudamos diciendo «¡Achis!»?

 

 

La ciencia del estornudo

 

 

Estornudamos por diferentes causas; una enfermedad, una condición pasajera, un trastorno, una reacción alérgica e incluso por la exposición a la luz del sol. Aunque cada una pueda ocurrir por diferentes naturalezas, en todas ocurre básicamente lo mismo.

 

 

Los músculos del pecho comienzan a comprimir los pulmones, los cuales mandan una ráfaga de aire hacia arriba. A partir de ahí, la garganta se cierra, de forma que se manda aire a través de la nariz a una velocidad de 160 kilómetros por hora. Nuestra nariz no pasaría los controles de velocidad de la DGT.

 

 

 

Ese “aire” no viene sólo, pues le acompañan de unas 2.000 a 5.000 gotitas llenas de bacterias y otros microorganismos. Con un solo estornudo es suficiente para eliminar los agentes irritantes en nuestro sistema. Entonces, ¿por qué estornudamos al menos 3 veces seguidas?

 

 

 

¿Por qué estornudamos varias veces si con una es suficiente?

 

 

Queda claro entonces, cómo el estornudo es un mecanismo que posee nuestro organismo para mantener segura nuestra mucosa y los conductos que se comunican con los orificios nasales y la boca, pero, ¿por qué necesitamos más de un estornudo?

 

 

 

Laura Geggel, del Livesciencenos cuenta que el número 3 en los estornudos asegura que se eliminen con más profundidad los agentes que irritantes. El primer estornudo separa los agentes irritantes de la superficie de los conductos, el segundo los lleva a la nariz, y el tercero los expulsa por completo.

 

 

 

¿Por qué estornudamos cuando hace frío?

 

 

Aunque pueda parecer un poco obvio, ya que más estornudos asegurarían más limpieza, siempre ha resultado curioso que por regla general estornudemos al menos un par de veces. No debemos olvidar que cada persona tiene un estornudo único; yo por ejemplo suelo estornudar 2 veces seguidas, pero a mi tía la he llegado a ver estornudar hasta 5.

 

 

 

La razón que reside en el número de estornudos de cada individuo se mantiene en la fuerza o la intensidad del estornudo, para que cumpla los 3 pasos que hemos comentado antes.

 

 

 

¿Por qué solemos “bendecir” tras un estornudo?

 

 

No podemos negar que decir “Jesús” tras un estornudo o “achús María” (un poco más típico de Andalucía) es totalmente normal. ¿Por qué se utilizan bendiciones cuándo uno estornuda? Un articulo delBusiness Insider nos acerca que para comprenderlo tenemos que remontarnos a los tiempos de los romanos y los griegos, que disfrutaban los estornudos a los que acompañaban del mensaje “vive más”.

 

 

 

En el siglo 14, cambió la concepción del estornudo durante la temida plaga que azotaba la población, la peste. El Papa Gregorio VII pedía a la gente que rezasen tras el estornudopara protegerse de esta enfermedad. Con un simple Jesús, o un Ave María, la población pretendía velar de su salud.

 

 

 

Sea por el motivo que sea, estornudos el número de veces que sea, recuerda siempre que es un mecanismo natural de nuestro organismo y que nos ayuda a mantenernos sanos y seguros.

 

 

 

Fran Benitez

 

 ¿Por qué se contagian los bostezos?

Posted on: septiembre 19th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Aunque no estemos cansados, si vemos a alguien bostezar, nosotros lo hacemos también. Una reacción muy común que todos hemos experimentado. Pero, ¿por qué sucede esto? La clave se encuentra en la activación de una región muy concreta del cerebro, según una investigación de la Universidad de Nottingham.

 

 

 

El estudio sugiere que la propensión al contagio del bostezo involuntario se origina en la corteza motora primaria del cerebro, área responsable de la ejecución del movimiento a través de los impulsos neuronales. Los resultados arrojan luz sobre la base neural de este ecofenómeno (repetición automática de las palabras o acciones de otros), desconocida hasta ahora.

 

 

 

En el estudio participaron 36 adultos voluntarios a quienes se les enseñó a contener el contagio mientras contemplaban clips de vídeo donde aparecían personas bostezando. Posteriormente, se contabilizaron todos sus bostezos, incluidos los reprimidos. Para probar la relación entre la base neural del bostezo y la excitabilidad motora, el grupo de investigadores utilizó técnicas de estimulación magnética transcraneal (TMS), demostrado que a través de la estimulación eléctrica también se puede incitar al bostezo.

 

 

Gracias a las TMS probaron también que ser más o menos propenso al bostezo contagioso depende de la excitabilidad cortical y la inhibición fisiológica del córtex motor primario de cada persona, por la que la necesidad de bostezar es diferente en cada uno de nosotros. Sin embargo, nuestra capacidad para resistirnos al contagio es limitada e incluso el intento de reprimirlo aumenta la necesidad de bostezar. Por mucho que lo intentemos, nuestra predisposición al bostezo no va a cambiar.

 

 

 

El hallazgo, publicado en la revista Current Biology, permitirá a los investigadores comprender mejor las causas de las enfermedades relacionadas con un aumento de la excitabilidad cortical y/o una disminución de la inhibición fisiológica, donde  los pacientes no pueden frenar los ecofenómenos más comunes: ecoalia, imitación involuntaria de palabras, y ecopraxia, imitación automática de acciones.

 

 

 

En busca de tratamientos personalizados

 

 

“Esta investigación ha demostrado que el impulso se incrementa cuando intenta detenerse. Utilizando la estimulación eléctrica se pudo aumentar la excitabilidad motora y, al hacerlo, aumentó la tendencia a contagiarse del bostezo, por lo que si en pacientes con Tourette pudiéramos rebajar la excitabilidad, reduciríamos los tics, y eso es en lo que estamos trabajando”, explica Georgina Jackson, profesora de Neuropsicología Cognitiva del Instituto de Salud Mental de Nottingham.
El estudio, que forma parte del nuevo Centro de Investigación Biomédica (BRC) de la ciudad, explora nuevos tratamientos personalizados a través de las técnicas TMS, sin necesidad de fármacos. “Si podemos entender cómo las alteraciones en la excitabilidad de la corteza motora primaria provocan los trastornos neurales,  seríamos potencialmente capaces de revertirlos”, afirma el profesor Stephen Jackson.

 

 

 Muy Interesante 

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