Seguramente, se pasa el día usando WhatsApp, Facebook Messenger y otras apps de mensajería, pero ¿hasta que punto su privacidad está garantizada?.
Vivimos enganchadados al móvil: en los últimos cinco años, el porcentaje de personas con smartphone ha pasado del 41 al 81 %, según el informe Google Consumer Barometer Report en España. Y decir enganchado al móvil quiere decir en buena medida colgado del WhatsApp: nuestro país es el más aficionado de Europa a esta app, de acuerdo con el último Eurobarómetro, publicado a finales de 2016.
Los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) indican que el 42,3 % de los usuarios españoles de telefonía móvil dice utilizar la famosa aplicación “continuamente”, mientras que un 47,5 % admite manejarla “varias veces al día” .
El WhatsApp, que tiene más de 1.200 millones de usuarios en el mundo, ha cambiado nuestra forma de relacionarnos. Hoy, enviar un SMS es el equivalente tecnológico de mandar un cuervo en Juego de Tronos, o, para quien no siga la serie, de mandar una paloma mensajera.
Pero ¿sabemos que lo que escribimos en esta app y otras similares como Facebook Messenger está al alcance de cualquier hacker con un mínimo de conocimientos? ¿Y somos conscientes de que proteger nuestra privacidad en internet no requiere de mucho esfuerzo?
No, a juzgar por una reciente investigación de la Universidad Brigham Young de Utah (Estados Unidos), que ha comprobado que la mayoría de los usuarios de estas aplicaciones están expuestos a los hackers, ya que no usan las opciones de seguridad de estos servicios o, directamente, no las conocen.
Pon barreras en tu móvil
La investigación tenía como objetivo averiguar si el público se preocupa de proteger su privacidad en el móvil, y la conclusión es rotunda: por lo general, no.
El año pasado, WhatsApp activó el “sistema de cifrado de extremo a extremo”. Los mensajes que se envían se codifican y se desencriptan cuando llegan al dispositivo del receptor, para que ningún ojo indiscreto pueda echarles un vistazo en su camino de servidor web a servidor web, ni siquiera los dueños y creadores de la aplicación.
Pero este método, que también emplea la app Viber, no es del todo seguro. Los piratas informáticos con tiempo y ganas son capaces de sortearlo. Lo ideal es aprovechar las opciones adicionales de seguridad que ofrecen estos servicios, que poca gente conoce, como ha constatado la investigación de Brigham.
El más importante es la verificación en dos pasos, que WhatsApp puso en marcha a principios de 2017, aunque ya estaba presente en otros muchos servicios online. ¿En qué consiste?
Se trata de una especie de segunda contraseña. En las propias palabras de la app, “es una función opcional que le añade aún más seguridad a tu cuenta. Cuando activas la verificación en dos pasos, cualquier intento de verificación de tu número de teléfono en WhatsApp debe ir acompañado de un PIN de seis dígitos que tú, y solo tú, habrás creado”.
Habilitar esta función es tan sencillo como abrir WhatsApp y seguir estos pasos: > Ajustes > Cuenta > Verificación en dos pasos > Activar.
Esto permite a los usuarios confirmar la identidad de quien desee chatear con ellos, y asegurarse de que no sea otra persona –o incluso los propietarios de la aplicación– quien desee ver los mensajes.
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Por Confirmado: Gabriella Garcés