Placer propio vs nuestro placer
No hablaremos de amor como tal, porque una pareja de enamorados también puede tener sexo. Para nosotros, la primera diferencia entre hacer el amor y tener sexo es el placer que se busca obtener, es decir, cuando tenemos sexo generalmente pretendemos buscar nuestro propio placer por lo que, en muchas ocasiones, no hace falta conocer a alguien en profundidad para lograrlo.
Sin embargo, una vez que has conocido y conectado con una persona, es probable que no solo intentes buscar tu placer, sino que también desearás hacer que se sienta cómoda, cuidarla y satisfacerla en todos los sentidos.
Amigos con derecho a roce
¿Conoces la fina línea que separa a los amigos con derecho a roce de una pareja oficial? Esta estrecha y complicada franja separa el placer por el placer del amor, la atracción del enamoramiento. Ahí también reside una clara diferencia entre hacer el amor y tener sexo.
Puedes practicar sexo con diferentes personas que te atraigan físicamente y con las que te lo pases bien, aunque eso no significa que se vaya a establecer una relación amorosa. Mantener una relación única y puramente sexual a largo plazo es complicado, porque quizás alguno de los dos se acabaría enamorando y pasaríais a hacer el amor, siendo uno. Al final es una cuestión de sentimientos.
Falta de juego previo
Hacer el amor es mucho más completo que tener sexo. En multitud de ocasiones, practicar sexo a la breva carece de un juego previo, de darle rienda suelta a la imaginación, da pasar tiempo juntos. Esta puede ser otra diferencia, dado que con el primero ambas personas buscarán tiempo para estar juntos y dedicárselo completamente al placer, a descubrirse… Mientras que teniendo sexo se puede carecer de juegos previos o, por lo menos, no tan basados en la experimentación y el conocimiento de la otra persona.
Orgasmos
Vale, no son exclusivamente para aquellos que hacen el amor, se pueden tener orgasmos increíbles teniendo sexo, pero es mucho más probable que la confianza y el cariño te permitan hacer disfrutar a la persona al completo, por lo que conseguir que llegue al orgasmo será una tarea esencial cuando se hace el amor.
Recuerda que tener sexo es dejarse llevar por los instintos más animales, mientras que hacer el amor es un trabajo personalizado.
El sexo como arma de liberación
Muchas veces se tiene sexo por amor, pero no olvidemos que el sexo es un método de liberar tensiones y estrés, dado que no deja de ser una actividad física. Esta es una gran diferencia entre tener sexo y hacer el amor: mientras que la primera buscas tu placer propio y egoísta, liberar tu estrés y tus tensiones, cuando haces el amor, no buscas tanto la actividad física sino el pasar tiempo y amar a la otra persona.
El tiempo
En relación con todas las diferencias anteriores, encontramos una de las claves para distinguir entre hacer el amor y tener sexo: el tiempo. Se asocia el tener sexo como algo rápido, una manera de obtener el placer directamente, un objetivo rápido. En cambio, a la hora de hacer el amor se desarrolla todo un juego de sensualidad en el que se busca pasar la mayor parte del tiempo con la otra persona, mezclando amor y sexo.
La química
Y por último, la química también es un factor que puede diferenciar hacer el amor de tener sexo. Puedes sentir atracción por muchas personas, pero puede no haber una química que implique ciertos sentimientos. En ese caso, hablamos de química puramente sexual, es decir, dos personas que se gustan y lo pasan bien teniendo sexo sin la necesidad de establecer ningún vínculo más. En cuanto haces el amor, se desarrolla la química sexual, atractiva y emocional.
UC
Por Confirmado: Oriana Campos